Categorías
General Nacional

¿Quiénes boicotean al país?

¿Quiénes boicotean al país?

Cristina Kirchner dijo esta semana: “los convoco a no boicotear la Argentina”. Y se despachó contra “los dirigentes sindicales” ante el conflicto de Aerolíneas. Al otro día compensó sus dichos diciendo que también hacia referencia “a los empresarios que ganan fortunas”, reconociendo que las mismas se hicieron bajo su “modelo”.

Sabemos que millones de trabajadores y jóvenes votaron al gobierno por diversos motivos. Ya sea porque se sienten “mejor” comparados con la crisis de 2001; para “mantener” lo que está; por la expectativa de recibir alguna mejora; creyendo que están a resguardo de la crisis mundial o porque la oposición patronal no fue ninguna alternativa. Siempre hemos sostenido que comprendemos esas razones, pero no las compartimos.

Los dichos de la presidenta reabren el debate: ¿quiénes son los que “boicotean” al país? ¿Las grandes patronales o los trabajadores?

 

Quienes vienen boicoteando al país “en los últimos 50 o 70 años”, como dijo Cristina, son los mismos de siempre. Un puñado de multinacionales, banqueros y oligarcas que se siguen llevando la plata y las riquezas que producen millones de trabajadores argentinos. Los mismos que vienen manejando la economía del país en el presente. La española Repsol-YPF se sigue apropiando de todas nuestras reservas de petróleo y de gas con la venia del kirchnerismo, que no dio ningún paso para reestatizar el petróleo. La Barrick y otras mineras siguen saqueando el oro y demás recursos naturales. Roggio (Subte), Franco Macri y TBA (trenes), entre otros, siguen haciendo fortunas con la privatización del transporte que viene desde la década menemista, política que continúa con la vuelta de Dromi, transformado ahora en amigo del gobierno nacional. Los bancos que se quedaron con los depósitos de los pequeños ahorristas en 2001, ahora le restringen a éstos la compra de dólares, mientras le venden hasta dos millones de la misma moneda a un gran empresario. La oligarquía terrateniente, grandes propietarios extranjeros y pooles de siembra (Cargill, Benetton, Grobocopatel y otros) siguen gozando de las mejores tierras haciendo fortunas con el negocio de la soja. Y los países imperialistas, a través de los llamados “organismos multilaterales de crédito” (FMI, Banco Mundial, BID), se siguen llevando carradas de dinero mediante el pago de la ilegítima deuda externa. Los mismos que impulsan salvajes ajustes en todo el mundo. Y así podríamos seguir.

El gobierno podría utilizar el 54% de los votos para atacar a estos grandes boicoteadores del país, pero no lo hace. Porque el llamado “modelo” que encarna el kirchnerismo -si bien ha otorgado algunas concesiones a trabajadores y demás sectores populares fruto de importantes luchas- ha permitido que la tajada del león se la lleve un grupo de banqueros, multinacionales y grandes empresarios. Por eso el gobierno no hace nada para frenar la carestía de la vida, dejando que la inflación se siga comiendo los salarios, jubilaciones y planes sociales. Nunca ha garantizado que haya precios máximos ni aplicó sanciones a los monopolios formadores de precios. Ahora, ante los primeros síntomas de la crisis mundial -si bien ha eliminado parte de los vergonzosos subsidios en la luz y el gas que favorecían desde 2005 a bingos, casinos, hipódromos, bancos, telefónicas, petroleras y mineras-, sigue subsidiando a las grandes empresas y ha instalado como algo “lógico” que se tienen que aumentar las tarifas y el transporte, que afectará a los bolsillos populares. Mientras las multinacionales y grandes exportadoras “boicoteadoras” siguen fugando la plata al exterior. Y se tiene previsto pagar 9.000 millones de dólares al Club de París.

Además, el gobierno adelantó su posición ante las paritarias y reclamos salariales, señalando que los aumentos no van a ser como hasta ahora. Preparando un nuevo techo salarial por debajo de la inflación. Bajo el discurso que “entre todos tenemos que profundizar el modelo”, se llama a los trabajadores a que acepten salarios a la baja. Por eso luchan los docentes en varias provincias (entre ellas la gobernada por los peronistas Scioli-Mariotto), no se les reconoce el aumento a los trabajadores rurales, los petroleros de Neuquén, Río Negro y La Pampa paran por 24 horas porque las patronales se fueron de las negociaciones paritarias o el gobierno embiste contra el reclamo de mayor inversión en Aerolíneas.

El pedido por parte del gobierno de que le quiten la personería a uno de los gremios aeronáuticos (APTA) es un grave antecedente. Ya lo hicieron contra ADOSAC en el paro docente de Santa Cruz, para derrotarlos. Lo mismo que los dichos del actual secretario de Transporte y ex vocero de Mauricio Macri, Juan Pablo Schiavi, sobre que los trabajadores están “extorsionando”. Una de las figuras penales de las que se valió el juez Yalj para detener a nuestro dirigente “Pollo” Sobrero fue decir que los reclamos sindicales ferroviarios son una “extorsión” para lograr concesiones de la patronal.

 

El Frente de Izquierda alertó sobre esto en la campaña electoral. Pidió el voto para luchar por aumento de salario y contra el trabajo en negro; para que se castigue a los formadores de precios; por reestatizar las privatizadas; en defensa del petróleo y el gas; por el no pago de la deuda externa; para que se nacionalice la banca y el comercio exterior, entre otras medidas de fondo. Por las cuales habrá que seguir luchando hoy, para terminar con los boicoteadores. También el FIT llamó a construir una nueva alternativa de los trabajadores de la mano de la unidad de la izquierda, porque si alguien sabotea al país, es porque otro es cómplice. Y para nosotros los partidos políticos patronales son los instrumentos de los cuales se han valido los saboteadores para llevarnos a un país saqueado, donde los de arriba se llevan la mejor parte. Estos son el peronismo en todas sus variantes, la UCR , el PRO y demás partidos patronales. El kirchnerismo enarboló un doble discurso para intentar mostrar que no tiene nada que ver con el pasado y que levanta medidas “nacionales y populares”. Los hechos están mostrando lo contrario.

Mas allá de ese debate, llamamos a los trabajadores, independientemente de por quién hayan votado el 23 de octubre, a salir a luchar en defensa del salario, contra las suspensiones y posibles despidos, a prepararse para enfrentar el tarifazo que se viene, llamando a que la CGT -y CTA- abandonen su pasividad y tomen alguna medida de lucha nacional en apoyo a los que reclaman. A impulsar juntos la campaña contra la criminalización de la protesta (ver contratapa). Y a luchar por medidas de fondo para terminar con los verdaderos boicoteadores del país, que no son los trabajadores, sino las grandes patronales, multinacionales y banqueros que nos vienen saqueando desde hace décadas y lo siguen haciendo hoy, aunque el discurso oficial lo niegue.

El Socialista 16/11/11