La doble explotación en el capitalismo: Obrero Productor y obrero Consumidor
En el socialismo, como en Cuba, se elimina la explotación de producción, plusvalía y la explotación de consumo, créditos con intereses. Doble existencia represora en el capitalismo.
La producción capitalista ha tenido un protagonismo destacado en lo referente a la doctrina del marxismo durante el siglo XIX y siglo XX, analizando que el productor, el/a proletariado/a, era el actor principal explotado en una relación dialéctica entre el/a y la burguesía.
Según Marx y Engels, un trabajador produce más riqueza de lo que se lo paga, llamándolo así plusvalía. Por ejemplo, si un trabajador cobra 1000 euros por jornada mensual y su producción saca el beneficio de 1800 euros al mes, analíticamente existe una explotación cuantitativa de 800 euros, por que es riqueza que produce el trabajador y no se le paga, sino que se apodera el empresario. Sumando así una riqueza de suma de explotación por trabajadores.
Marx y Engels, con su existencia en el siglo XIX, en nacimiento de la Revolución Industrial en Europa Occidental, centraron su análisis de explotación en la producción, pero con los cambios históricos, en especial en Europa, Japón y Estados Unidos, en parte del siglo XX y el siglo XXI, la explotación ha tomado una doble dimensión, en la producción y en el consumo. Actualmente en los países europeos, no existe el proletariado[1], sino una clase trabajadora, una clase que se insertó en el modelo de consumo de masas desde el final de la II Guerra Mundial.
Así, parte de la clase trabajadora no solamente es productora sino también consumista. Según el posmodernista Bauman, en su libro “Los nuevos pobres”, las clases no se definen por una estructura productiva, como hacía referencia Marx, aunque no llegó a definir el concepto de clase en el III Tomo del Capital por su muerte, sino por una estructura consumista.
Actualmente la estructura social ha llegado a un grado mayor de complejidad en las sociedades europeas, donde hay obreros productores con alto grado de consumo (aristocracia obrera), al disponer de un salario elevado, por encima de propietarios burgueses, en concreto de la pequeña burguesía. Esta complejidad de relación producción-consumo, lleva a un nivel superior de explotación contra el trabajador. Siguiendo con el ejemplo anterior, al trabajador le robaron los 800 euros de su trabajo con la plusvalía, pero además con su salario de 1000 euros paga una hipoteca de 400 euros, mientras que la alta burguesía muchas veces puede pagar al contado y no tiene que hipotecarse para obtener una propiedad. Con la hipoteca el trabajador, exento de hacer el pago directo de la compra de la vivienda, tiene que pagar durante 50 años 200 euros (pongamos que el tipo de interés es fijo y el salario también). Así finalmente pagó:
50 x12 = 600 meses x 400 = 240000 euros
Mientras que el valor del piso era de 180000 euros.
El trabajador tuvo que pagar el piso a un precio mas elevado de lo que era, es decir, pago (240000 – 180000 =) 60000 euros de mas. Este dinero fue apoderado por el banco que le solicitó el préstamo. Mientras que el burgués que no pidió el préstamo y pago al contado pudo comprar la casa por su precio original, los 180000 euros. O incluso pago un elevado dinero previo que le redujo mucho el interés del préstamo al ser un crédito de menor tiempo.
La relación entre la explotación productiva y la explotación bancaria en el actual sistema capitalista financiero, crea la relación entre las empresas y los bancos, donde los mismos bancos pueden ser los accionistas y propietarios de las empresas. Así en la acción de producción, el banco como accionista de la empresa, le roba al trabajador 800 euros al mes en la plusvalía, y en el préstamo le roba (60000/600 meses) 100 euros mas, en total son 900 euros en la suma de explotación de producción y de consumo.
Explotación consumo productivo
Fuera del capital financiero y los préstamos bancarios. La explotación en el consumo, como por ejemplo en productos de primera necesidad de bajo coste, sigue existiendo. Por ejemplo, el coste de la producción de una cesta de manzanas es 100 euros para 100 manzanas, costando así cada manzana 1 euro. Pero la venta de las manzanas es de 1,5 euros cada una, sobrevalorando así en el mercado 0,5 euros el precio real de cada manzana. Por lo tanto el consumidor tiene que pagar ese excedente. La burguesía entra dentro del juego del mercado capitalista, por que un empresario de fresas recibe ese excedente en su venta y luego lo puede utilizar para comprar manzanas, pero un trabajador, al no vender ningún producto no obtiene excedente de sus ventas para poder igualar la sobrevaloración de los productos en el mercado, sino que lo que vende es su mano de obra que en lugar de tener excedente, tiene una plusvalía, un salario menor a su valor real.
En el sistema socialista no existe esa doble explotación
En un modelo socialista, como explicaron Marx y Lenin, la plusvalía se elimina, por que al no existir la burguesía, los 800 euros, en lugar de pasar a manos privadas para enriquecerse del trabajador, pasan a manos del estado para realizar inversiones de políticas públicas en beneficio del mismo trabajador. Por ejemplo, en el modelo cubano, la plusvalía pasa al estado para invertir en salud, educación, infraestructuras, etc… Y en el consumo, todo trabajador y trabajadora recibe con su trabajo una cartilla de abastecimiento donde recibe productos de primera necesidad que no debe comprar con ninguna moneda librándose así del excedente en la venta, no tiene que pagar un precio mas elevado de su coste por una manzana, o no debe pagar ningún interés en créditos bancarios, sino que el precio de la vivienda que paga es el precio de coste que tiene, sin ningún intermediario.
[1] Concepto que viene de prole-hijos, y hace referencia a que loa unica posesión que tenía el prolectariado era sus hijos.