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¡Por una marcha nacional a Plaza de Mayo!

No a la megaminería

¡Por una marcha nacional a Plaza de Mayo!

Arriba: Marcha solidaria en Buenos Aires frente a la embajada de Canadá. Izquierda Socialista y el FIT se hicieron presentes. Abajo izq.: Así quedan nuestros cerros y montañas. Abajo der.: Caravana de motos en apoyo a Famatina, La Rioja

 

La heroica lucha del pueblo de Famatina ha vuelto a poner en tela de juicio la política de saqueo de nuestros recursos naturales que están llevando adelante las multinacionales, de la mano de los gobernadores y la complacencia del gobierno nacional en nombre de la presidenta Cristina de Kirchner. Sabemos que muchos trabajadores, jóvenes y parte de la clase media votó al peronismo gobernante. Pero muchos empiezan a decir: “¡Yo no voté a favor de la megaminería!”.

El gobierno nacional -como lo denunció el Frente de Izquierda en las elecciones-, está usando el respaldo obtenido en las urnas para avalar una política depredadora, de robo y contaminación de nuestras tierras, minerales, agua, montañas y demás recursos indispensables para la vida humana. Causando enfermedades mortales entre los pobladores y degradación del medio ambiente.

 

Para hacer un anillo de oro de 2 a 3 gramos se tiene que dinamitar y triturar media tonelada de roca y utilizar millones de litros de agua que permanecerán, por siempre, contaminadas. “El oro sirve para incrementar las ganancias y la especulación de los países más ricos del mundo”, dicen quienes luchan contra las sopas ácidas de cianuro que contaminan el aire, el suelo y el agua. La minería a gran escala atenta contra la agricultura, el ganado y el turismo, ya sea por contaminación o por el agua que le saca a otras cadenas productivas.

Argentina es la sexta potencia minera del mundo -oro, cobre, plata, plomo, molibdeno, zinc, estaño, litio, potasio, níquel, cobalto, uranio y otros-. La Barrick Gold, con sus megaproyectos de Veladero y Pascua Lama, encabeza el saqueo. Pero en el “negocio” están involucradas todas las grandes mineras del mundo, asociadas a intereses locales vinculados a gobernadores de las provincias mineras y a testaferros de los Kirchner. Se llevan miles de millones de dólares, destruyen pueblos y toman enormes pedazos de territorio como propiedad extra-nacional.

Años atrás, la presidenta les garantizó que “no serán tocadas” las leyes que rigen sus inversiones en el país. Se trata de la famosa “legislación minera” que proviene en su totalidad de la época menemista. El nacimiento del saqueo megaminero es un hijo del Pacto de Olivos: en la reforma constitucional de 1994 se estableció que “corresponde a las provincias el recurso originario de los recursos naturales existentes en su territorio”, prohibiendo al estado nacional, único dueño del recurso, explotar los minerales. Las concesiones se entregan provincia por provincia a perpetuidad, en forma exclusiva y transferible, sin discriminación de nacionalidad. El concesionario puede vender o alquilar la explotación, como si fuera su propiedad privada. Las empresas quedan prácticamente eximidas de cualquier impuesto o tasa, nacional, provincial o municipal. Lo único que pagan es una regalía provincial del 3% del valor del mineral extraído a “boca de mina” (sin ningún valor agregado y después de restarle los costos), cuando en otros países va desde el 15 al 40%. Lo ridículo es que esto lo declara la propia minera, 180 días después que la carga llega al puerto de destino.

Además, por decretos firmados por Duhalde y Kirchner en 2003/2004, las mineras están autorizadas a llevarse del país el 100% de las divisas que obtengan de la exportación, entre otros privilegios, como la doble deducción fiscal y la garantía de que esas prebendas se mantendrán por 30 años. Así nació el “boom minero” para las transnacionales.

 

Hay un movimiento nacional en curso contra la mega minería. Esto ha llevado a que se pronuncien pueblos enteros, a grandes movilizaciones en las provincias afectadas e innumerables pronunciamientos de artistas, escritores como Eduardo Galeano, personalidades como el premio Nobel Pérez Esquivel, intelectuales, actores y músicos como León Gieco, Raly Barrionuevo, Soledad, Natalia Oreiro, Soledad Villamil, Lalo Mir, La Mosca, Nacha Guevara (ex diputada del Frente para la Victoria), entre otros. La CGT y CTA se deberían sumar.

La lucha en Famatina, luego de una movilización de más de 10.000 personas en La Rioja, ha frenado momentáneamente el acuerdo del kirchnerista gobernador Beder Herrera con la multinacional canadiense Osisko. Pero dice que solo será por unos meses, donde desplegará una gran campaña mediática para “convencer” a los pobladores “confundidos”. Pero el pueblo de Famatina ya tiene antecedentes de no dejarse engañar. Años atrás echó de esas tierras a la Barrick. Y ahora ha dicho que hasta que no retiren el proyecto la lucha continúa. En otras provincias también se logró detener este desastre, como en Esquel, o más reciente en Aldalgalá, frenando a la empresa Agua Rica. Ese es el camino a seguir.

 

Hay que redoblar fuerzas. Seguir con la guardia en alto, movilizados y alertas. Llamando a que se sigan sumando sectores. A firmar el petitorio que impulsan las Asambleas de Famatina. Y a trabajar en unidad de acción bajo un punto común: ¡Fuera la megaminería!

La lucha se está dando en cada provincia. Pero hay que unificarla y trasladarla al plano nacional. Hay que llamar a una gran movilización nacional a Plaza de Mayo apuntando a donde sale el apoyo clave para que los gobernadores avancen: la Casa Rosada. Hay que reclamarle a Cristina Kirchner que frene esta política depredadora. Bastaría que firme un decreto de necesidad y urgencia derogando todas las leyes que lo permiten. Esa es la urgente tarea del momento que desde Izquierda Socialista en el FIT llamamos a impulsar.

El Socialista 01/02/12

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