Francia
La derrota de Sarkozy
El presidente derechista de Francia, Nicolás Sarkozy, fue derrotado en la primera ronda de las elecciones francesas y probablemente siga la misma suerte en la segunda vuelta. Hubo un voto castigo a uno de los jefes del plan de austeridad que pretende hacer pagar la crisis a los trabajadores en Europa.
Escribe: Miguel Lamas
Sarkozy y la alemana Angela Merkel, son los jefes del capitalismo de la “zona euro”, encabezando los planes de ajuste para favorecer a los banqueros y reventar las conquistas obreras en Europa.
En Francia, Sarkozy fue enfrentado por innumerables huelgas, sin embargo, logró mantener su plan gracias a que la clase trabajadora tiene una conducción burocrática, fundamentalmente del Partido Comunista Francés, y en menor medida del Partido Socialista que, además de frenar la lucha, impidieron que se planteara una perspectiva revolucionaria para echar a Sarkozy, esperando los comicios.
Y llegadas las elecciones, lo que predominó fue claramente el voto castigo. El triunfador, Francois Hollande, del PS, también capitalizó el “voto útil” de castigo al gobierno. Hay que recordar que el PS ya no tiene nada de socialista y que su campaña se basó en decir que era necesaria la austeridad pero “con sentido”, y frases sueltas contra los banqueros. El PS ya gobernó muchas veces hasta 2002 y fue impulsor de planes de austeridad, claro que en una situación económica muy distinta que la actual, de crisis aguda del capitalismo europeo.
El voto castigo también se expresó desde la propia ultraderecha semifascista de Le Pen, que obtuvo su mejor resultado histórico con un discurso demagógico, hablando contra los inmigrantes y las multinacionales y banqueros.
En la centroizquierda decepcionó. La candidatura de Jean Luc Melenchón, Frente de Izquierda (PC, Partido de Izquierda y otros) y su ambiguo discurso reformista, hablando de la “insurrección ciudadana” y reivindicando a Hugo Chávez, solo logró capitalizar los votos clásicos de la izquierda con el argumento de la unidad y voto útil, y desplazar a las candidaturas de “extrema izquierda” del NPA y LO a un lugar marginal.
El NPA
En este marco, es importante lo sucedido con el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) que fue fundado en 2008 por la antigua Liga Comunista Revolucionaria (que se reivindicaba trotskista), como un partido amplio supuestamente capaz de superar el sectarismo y la marginalidad de la izquierda. Para eso abandonó su programa de lucha por un gobierno de los trabajadores, convirtiéndose así en una variante reformista de izquierda.
Hay que recordar que en Francia llegó a haber una alta votación de los partidos de origen trotskista en las elecciones presidenciales de 2002 (LCR 4,25%, Lucha Obrera 5,72% y el PT 0,47%, sumando 10,44%). En las presidenciales de 2007 todos bajaron y fue la LCR la que obtuvo mejor resultado en la izquierda con el 4.08%. Luego, ya con el NPA, se aumentó el porcentaje hasta casi el 5%, pero con una alta abstención, en las elecciones europeas.
El NPA no tuvo política unificada ante las huelgas y centró su actuación en el terreno electoral. Esto tampoco le sirvió para ganar votos. Al contrario: el balance de estos cuatro años del NPA, su giro hacia el reformismo electoralista, en medio de la crisis económica y agudización de la lucha de clases, le hizo perder dos tercios de sus militantes (el NPA se fundó con 9.000 militantes y quedó con 3.000) y de sus votos. Y, lo que es peor, dejaron de ser una opción revolucionaria para la clase obrera.
La tercera vuelta
Después de la segunda vuelta electoral, que seguramente ganará el PS, vendrá muy probablemente la “tercera vuelta”, con nuevas luchas sociales, ya que el PS no dará ninguna solución. En ese marco es importante la discusión que se abrió en el NPA y otros sectores de izquierda. Más que nunca en Francia es necesaria una izquierda revolucionaria pegada a la lucha obrera y popular para acabar con los planes de austeridad y los gobiernos capitalistas.
El Socialista 25/04/12