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La recesión y los ajustes; mayor dependencia nacional; conflictividad social

La recesión y los ajustes; mayor dependencia nacional; conflictividad social

 

Nos deslizamos hacia la recesión, Las medidas del gobierno complican la economía. Presiones del imperialismo, ajustes para los trabajadores y el pueblo. Aumento de los enfrentamientos internos en la coalición gobernante. Mayor conflictividad social obrera y popular

Por Carlos Petroni

A menos que algo dramático suceda en sentido contrario, nos deslizamos hacia una recesión. La fragilidad de nuestra dependencia lo dicta la cuestión de que el país solo se halla colgado del pincel de la soja y el maíz. Las medidas del gobierno, destinadas a evitar la recesión franca, o disminuir su impacto, aparecen como tardías o insuficientes, y algunas complican aun mas la situación.

Mientras tanto, la guerra de baja intensidad entre los miembros de la coalición de gobierno que llevó a CFK a su re-elección se ejecuta casi calcada de nuestras previsiones de la misma que publicamos mucho antes de las elecciones de Octubre. (Ver artículos • Argentina: Los “Caballos de Troya” del Kirchnerismo y la violencia anunciada que dimos a conocer el 12/10/2011 y el publicado el Jueves 30 de junio de 2011 •La Guadaña K, el primer ataque de la Guerra Civil Pejotista.

Hace un año ya caracterizamos lo que sucedería con Moyano Scioli y otros. Todos los observadores de la realidad comenzaron a advertirlo cuando se hizo explícito, en el caso de Moyano, hace tres meses. En el caso de Scioli solo recientemente.

Las operaciones de demolición sistemática del Moyanismo y el Sciolismo son evidentes, pero no las únicas operaciones en curso. El poder político, ante la crisis y la posible recesión no puede ni quiere dejar en pie ninguna oposición interna ni a derecha ni a izquierda que puedan surgir como alternativa.

Esta operación de pinzas se extiende al opositor por excelencia a su derecha, el jefe de gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri y pronto lo hará hacia la centro derecha encabezada por Binner y el FAP, el propio Schiaretti de Córdoba.

Los gobernadores de varias provincias y barones del conurbano que no se alineen con el poder central se agregarán a la lista. Por ahora concurren como ganado a las reuniones que se los cita en Casa de Gobierno para puentear al gobernador de su Provincia.

Desde el punto de vista de los trabajadores y el pueblo, el deslizamiento hacia la recesión significa pérdidas de empleos, disminución de los salarios reales, recorte y ajuste en servicios, tarifas y obra pública y deterioro de las garantías democráticas.

El trasfondo y raíz del tobogán hacia la recesión Argentina es la crisis económica internacional – que toca ahora a Brasil y China – y la ubicación de nuestro país como campo de batalla entre los imperialismos decadentes (EEUU y la UE dirigida por Alemania) y los “emergentes”.

Esta situación se agrava por un lado por las medidas económicas y políticas pragmáticas y zigzagueantes del gobierno de CFK y la presión creciente de los dos campos imperialistas mundiales sobre nuestra realidad.

La entrega del país

Los Kirchneristas ovacionaron la expropiación de las acciones de Repsol en YPF como un gesto de nacionalismo. Nada mas alejado de la realidad, fue solo un acto de necesidad dictado por la crisis energética, el vaciamiento permitido por el gobierno durante 10 años de YPF y la postura del gobierno de incrementar la exportación a partir de asociarse con otras empresas multinacionales.

En simultáneo el gobierno nacional dio un impulso monumental a casi 600 proyectos de megaminería con apoyo de una docena de gobernadores y arrasando con las críticas y prevenciones de ambientalistas y poblaciones del interior afectadas. Las empresas beneficiadas con el impulso de la política extractivista oficial son conglomerados canadienses, europeos, norteamericanos y comienza a meter las pezuñas intereses de Brasil y China.

En la reciente reunión entre el Premier chino Wen Jiabao y CFK se entretejieron una serie de convenios semicoloniales en donde china se queda con intereses muy altos sobre préstamos en ferrocarriles, y pone a estos (Belgrano Cargas) al servicio de las exportaciones a China de soja y alimentos y no de las economías regionales del interior.

Tambien se firmaron acuerdos sobre tierras, producción de soja, compras de industrias, minería y otros en los cuales la parte del león se la lleva el gigante asiático. Mientras el país estaba distraído en la confrontación entre la Presidenta y Moyano, entre el gobierno Nacional y Scioli, se firmó ante los ojos de todo el mundo un tratado similar a aquel nefasto de “Roca-Runciman”.

A su vez, la reunión y los acuerdos estuvieron monitoreados por Brasil para asegurarse que lo que se lleva China sea complementario de sus intereses en la Argentina y no competitivos. . (Ver artículo • La sintonía fina con China: Vinieron, miraron, acordaron y se llevaron el pozo mientras todos estaban distraídos con la pelea entre Moyano y el gobierno ) Allí no termina la historia. En simultáneo esta la presión de Brasil y China para transferirnos – a nosotros y otros treinta países – parte de los efectos de la crisis que los empieza a tocar. Se contrae el Mercado en Brasil, se cierran o suspenden las terminales industriales en el nuestro. Sube el precio internacional de la soja, China exige una mayor participación en la forma de intercambio de tierras e infraestructura en el nuestro.

Sumese a eso la respuesta de Europa y EEUU a la decisión de nuestro gobierno de cambiarlos por nuevos amos internacionales: la cesación de privilegios exportadores, la mayor inaccesibilidad a sus mercados a los productos extranjeros. Estamos en el medio de una operación de pinzas.

Los indicadores de la recesión

La construcción bajó abruptamente un 8% (y la tendencia es a caer en picada) y la producción y exportación de automóviles mas de un 25%. El comercio global con Brasil descendió un 30% (teniendo en cuenta importaciones y exportaciones). La crisis en Europa y EEUU, el encarecimiento de los precios en nuestro país y las dificultades con el dólar le han pegado en la línea de flotacion a la industria del turismo. La ocupación de hoteles con viajeros internacionales está en un 40% de su capacidad.

Las medidas del secretario Moreno de restringir las importaciones y de CFK de ponerle un coto a la venta de dólares para preservarlos para la deuda externa produjeron a su vez una retracción en varias docenas de actividades industriales que carecen de insumos para seguir armando o produciendo parcialmente en nuestro país.

Asi de simple, en una década de gobierno, el Kirchnerismo no ha podido o no ha querido desandar el camino de “maquiladora” de la Argentina.

Los inventarios en mayoristas de bienes de consumo utilizados como ahorro y los de las concesionarias de automotores comenzaron a subir; las operaciones inmobiliarias comienza a congelarse a un nivel 30% mas bajo que hasta ahora.

Los comercios minoristas reportan reducción de ventas (lo que es lo mismo igual dinero en ventas que el año pasado menos la inflación del 25%) y ha comenzado el ciclo de cierres y quiebras, comenzando por los de gastos fijos elevados (los que alquilan en zonas caras de las grandes ciudades por ejemplo) y amenazan a extenderse hacia los barrios.

La recesión, además de aumentar los precios impide la normal reposición de inventario y recorta las ganancias de los pequeños comerciantes.

La inversión foránea en el país ha bajado al nivel del 2001-02 con el agravante de que la mayoría de esa “inversión” consiste en el traspaso de industrias y tierras nacionales a manos extranjeras, particularmente China y Brasil. Es decir, no son capitales para iniciar nuevos emprendimientos productivos al estilo desarrollista sino traspaso de manos de escrituras de propiedad.

Los efectos en la clase obrera y el pueblo

Pasamos por una década de recuperación económica para la burguesía y algunas migajas cayeron a la mesa de los trabajadores y los pobres (asignaciones familiares, un poco mas de trabajo, algunos aumentos de sueldo) y la clase media (motorizaron el consumo esencialmente).

Pero la bonanza dejo a todos los que laburan a un sueldo de la indigencia y a los pequeños comerciantes a un mes de pérdidas del quebranto. No hay grasa para consumir en un invierno económico.

En una década no hubo ahorro obrero y popular ni construcción de fondos de reservas para los años de vacas flacas para el pueblo. La propia política oficial incentivó el endeudamiento en las tarjetas de crédito y el consumo de electromésticos y autos. Los ladrillos, antaño la obsesión del ahorro popular ya hace mucho que es la aspiración solo de las capas superiores – económicamente hablando – de la sociedad.

Los bancos no están interesados en prestarle a los trabajadores. Ahora el gobierno pide que les presten a los empresarios. Los bancos resisten porque ya no están en el negocio de financiar la economía de producción sino en la usura. Reciben dinero, no pagan intereses y cobran cifras exorbitantes de “gastos administrativos” en intereses que exceden, al revés de la paritarias, todos los índices, hasta los mas elevados, de la inflación.

Quiza nadie lo advierta, o ya todos estamos acostumbrados, a tener cajas de ahorro en instituciones financieras que cuestan un dineral y no aportan un centavo de ganancia y préstamos “”personales” que rondan el 40% de interés anual..

Las asignaciones familiares sufren de desnutrición monetaria al compás de una inflación que no admite en el pensamiento oficial una actualización de acuerdo a la misma. Cada día, mas trabajadores pagan impuestos a las ganancias porque el piso de las excepciones no se eleva.

Los tarifazos en transporte, agua, luz, teléfonos y combustibles se han aplicado parcialmente, pero la guadaña contra los ingresos populares se detuvo a medio camino esperando la oportunidad de continuar su corte brutal. Seguramente después de las paritarias.

Mientras tanto se estudian como aplicarlos – y ya lo estan haciendo – en forma paulatina. Transporte, SUBE, teléfonos, impuestos municipales… Despues que ellas terminen, viene el supuesto anuncio del aumento del salario mínimo, vital y móvil (al revés de lo que debería ser, es decir tendría que preceder al aumento de los sindicalizados) y el gobierno aspira a llevarlo de $2.300 a $2.800 con lo cual, y el resultado actual de las paritarias, 90% de los trabajadores quedarían por debajo de la canasta familiar de $6.000 y gran parte de ese porcentaje por debajo de los $3.000.

La mayoría de las paritarias están cerrando por debajo de la inflación real y los productos de primera necesidad y de la canasta familiar suben “por el ascensor” mientras los salarios lo hacen “por las escaleras.” Los supermercados, las tiendas de ropa no conocen el límite del INDEC a la inflación. Sus precios suben al ritmo del dólar “Blue”, no al del dólar ahora inaccesible y “oficial”.

Cada punto de decrecimiento del crecimiento promedio de la última década significa 150.000 empleos menos. Cada punto en la caida de los giros totales en cada rama de la industria impacta tambien directamente en el empleo, la variante de ajuste mas común en un país organizado alrededor de los intereses de las grandes corporaciones.

Si la recesión no se instala técnicamente a través de un crecimiento negativo de la economía, permanecerá en el nivel del 1% con lo que no significaría ni siquiera el crecimiento vegetativo de la población. Un crecimiento del 2% de hecho produciría despidos mas o menos masivos, suspensiones y la instalación de la recesión en los bolsillos del pueblo. Estos números significarían, en el menor de los casos un caída brutal del 300% y la pérdida de un millón de puestos de trabajo.

En este marco, es una realidad horrorosa para la economía de los que trabajan que los porcentajes de “crecimiento” solo dependan en estos momentos de la intensidad de la sequía y las nevadas en los territorios cerealeros y oleaginosos de los EEUU. El precio internacional de la soja y el maíz se están disparando hacia arriba, conduciendo inevitablemente al enriquecimiento de los grandes pulpos y terratenientes de nuestro país y un derrame de beneficios mas restringido hacia la burguesía mas pequeña del ámbito rural.

El aumento de la conflictividad estará marcado por huelgas de los trabajadores, protestas que pueden llegar a puebladas de los sectores populares, más piquetes y la agudización de los enfrentamientos internos en la coalición gobernante, asi como entre esta y sectores de la burguesia. Por eso los ataques preventivos del gobierno contra los pontenciales actores del conflicto.

Los ajustes del gobierno

La política del gobierno es como un embudo de boca ancha que rápidamente se va “afinando”. Las opciones son cada vez mas estrechas.

La prohibición de la comercialización de dólares libres; el apriete de la administración estatal en la forma de recortes presupuestarios y reducción de la planta de empleados públicos; aplicación de los tarifazos en carpeta y profundizacion de aquellos en marcha y el apriete cada vez feroz sobre los pequeños y medianos contribuyentes.

Ya circulan en el gobierno las primeras listas de para reducir salarios de la administración pública – empezaron por la AFIP y Aduanas – pero proseguirán en todos los sectores. Como en el movimiento obrero comenzaron por los salarios mas altos (en esta ultima a través del cobro del impuesto a las ganancias y la eliminación de subsidios a las patronales para sueldos) pero irán hacia abajo, sistemáticamente.

A esa reducción le seguirá la etapa de los despidos y el achique de los de los presupuestos de servicios. Las medidas contra la Provincia de Buenos Aires – de negarle el dinero necesario para el pago de los aguinaldos – no solo responde a la necesidad política de “recortar” al potencial “opositor” Scioli y denostarlo con una “falta de gestión”, sino a la necesidad de ajustar las cuentas nacionales y provinciales.

Con un aumento del deficit fiscal del 75% y que ahora ronda en los 80.000 millones entre Nación y provincias, se entienden las “reformas” impositivas que se promueven dentro de cada juridiscción y los aprietes para recaudar. Sin embargo, esto no es del agrado de pequeños, medianos y poderosos empresarios. Mucho menos para los del campo que están viendo como se va imponiendo la 125 en forma desmembrada por provincia. A Buenos Aires le seguirán Santa Fe, ya esta en curso el apriete en Córdoba y se seguirá incluso con las provincias de los gobernadores mas “leales” al gobierno. El apriete en las alturas inevitablemente intentará ser transferido hacia abajo, hacia los trabajadores.

Se requieren menos obras públicas, menos empleados públicos, más austeridad – sostienen los economistas Kirchneristas en sus reuniones. Despues de todo, se dicen, no estamos en un ciclo electoral, todavía. Pero eso atrasaría aun más el reloj financiero de los estados provinciales y el de Nación para la hora en que se decida reiniciarlas por presión de las urnas.

La misma historia de siempre. Somos un país dependiente, semicolonial y agro exportador por excelencia a pesar de la propaganda. No nos hemos librado del lugar que nos imponen desde afuera. Cambiaron los amos, seguimos en el mismo lugar.

Izquierdainfo