Un ajuste para pagar la deuda externa
El gobierno sigue “rascando el fondo de la olla”. Se niega a enviarles fondos a las provincias, sumiéndolas en fuertes ajustes. Busca acaparar todo dólar que entra al país y continúa exprimiendo todas las cajas. El objetivo: pagar los fuertes vencimientos en el futuro cercano.
Escribe: José Castillo
El gobierno de Cristina no le transfiere los fondos a Scioli para pagar los aguinaldos, pero tampoco a sus “gobernadores amigos”. Las prohibiciones para acceder a dólares se acentúan (aunque no impiden que los grandes pulpos sigan fugándolos por medio de mecanismos más sofisticados); y el gobierno continúa tomando fondos del Anses y, principalmente, de la “caja” de las reservas del Banco Central (este año ya lleva transferidos 81.480 pesos). ¿Qué es lo que está pasando?
Sucede lo que venimos repitiendo desde hace años. A pesar de que el gobierno y sus propagandistas continúan con el doble discurso del “desendeudamiento”, llegó la hora de la verdad: una enorme masa de vencimientos de deuda se avecina (sumado a todo lo que ya se pagó). Y, crisis mundial mediante, es casi imposible refinanciarlo (léase patearlo para adelante), aumentando de este modo la bola de nieve del endeudamiento.
¡Mentira que nos estamos desendeudando!
Esto fue lo que dijo Cristina la semana pasada. Miente por partida doble. Efectivamente, el próximo 3 de agosto el gobierno pondrá 2.200 millones de dólares en efectivo para cancelar ese vencimiento. El Boden 2012 nació como un bono entregado hace 10 años a los ahorristas que habían quedado atrapados en el corralito. Pero es absolutamente falso que “ahora cobrarán”: ya hace muchos años que esos ahorristas se resignaron y vendieron esos bonos por menos de su valor. Hoy los Boden 2012, como todos los bonos de la deuda, están acaparados por los pulpos especuladores de siempre. Ellos, y no “los ahorristas”, recibirán los dólares en efectivo.
Pero la segunda y más grave mentira de Cristina es que ahora “somos libres” porque “no debemos más”. Es lo mismo que nos dijeron cuando se les pagaron deudas en efectivo y por adelantado al FMI. O más adelante, en el primer y después en el segundo canje de bonos de la deuda. Siempre lo mismo: “era la última vez” y “nos independizábamos”. Pero lo concreto fue que miles de millones de dólares siguieron saliendo año tras año hacia los bolsillos de los buitres financieros.
Hay que dejar de pagar
Los economistas kirchneristas y sus medios de comunicación amigos siguen haciendo malabares tratando de demostrar qué “proporción de deuda con respecto al PBI ha disminuido”, “que la deuda en moneda extranjera se achicó” y otros argumentos por el estilo. No queremos cansar a nuestros lectores con refutaciones técnicas. Vamos, por eso, bien a lo concreto: la deuda, bajo cualquier concepto que se la mida, sigue aumentando. Tomemos los propios números oficiales. Sólo en 2011 (último dato publicado por el Indec), creció 14.600 millones de dólares, pasando de 164.330 a 178.963 millones de dólares. Claro que este número no incluye varios ítems (como los intereses punitorios con el Club de París, los pagos de los bonos que ajustan por crecimiento del PBI o las deudas provinciales), que llevan el monto total bien arriba de los 200.000 millones de dólares.
Pero lo más grave es el “horizonte” de los pagos que se vienen. Este año, luego del Boden 2012, todavía faltará pagar el “Cupón PBI” (bono que se paga si la economía crece por encima del 3,26%) por 3.500 millones de dólares y otros 5.500 a organismos internacionales. En 2013 vencen 15.200 millones, de los cuáles 7.600 difícilmente podrán ser refinanciados (y habrá entonces que pagarlos “cash”); en 2014 están previstos vencimientos con organismos internacionales y acreedores privados por 8.700 millones; y en 2015 11.200 millones. Y luego “siguen los vencimientos”, hasta más allá de 2030. A esto todavía debemos sumarle la deuda “impaga” con el Club de París, por un monto aproximado de 10.000 millones de dólares más. Como vemos, una verdadera hipoteca que se desliza sobre la espalda de ésta y las próximas generaciones.
La bola de nieve de la deuda vuelve a acelerarse, los vencimientos próximos son astronómicos y, en medio de la crisis mundial, se transforman en muy difíciles de refinanciar. Esa es la razón fundamental por la que el gobierno de Cristina, después de apropiarse de cuanto recurso financiero anda dando vuelta (Anses, Lotería, Pami, Banco Nación, Banco Central), no le pudo escapar a la lógica implacable del ajuste. Y lo empezó por las provincias.
Por eso, hoy en día debemos ser claros: con el desdoblamiento del aguinaldo en la provincia de Buenos Aires, con el “impuesto a las ganancias” al salario o con la quita del salario familiar, lo que se está haciendo es conseguir los fondos para abonar la fraudulenta, inmoral, pero por sobre todo, impagable deuda externa. La consigna de no pagarla y romper con los organismos internacionales sigue siendo la condición necesaria de todo programa económico popular.
El Socialista 18/07/12