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Las razones de la reelección de Chávez

Las razones de la reelección de Chávez

 

Ganó Chávez. Pero los problemas de los trabajadores y el pueblo continuarán

El presidente Chávez ganó las elecciones del pasado domingo con 8.062.056 votos (55,14%), contra 6.468.450 (44,42%) de Henrique Capriles, escrutado el 97% de las actas. Esto significa que se reelige por segunda vez, por un nuevo período de seis años. La polarización fue aguda, tal como se preveía. Los dos principales candidatos del sistema concentraron el 99,4% de los votos. Pese a ello, la candidatura de Orlando Chirino y del PSL logró dar pelea por levantar la bandera del verdadero socialismo, logrando que más de 4 mil trabajadores y jóvenes votaran concientemente por una alternativa obrera y revolucionaria.

Escribe: Miguel Sorans
Desde Caracas 

Como lo decían la mayoría de las encuestas, triunfó nuevamente Chávez, aunque sobre el final de la campaña parecía que el candidato opositor Capriles se le acercaba. Finalmente Chávez ganó con 11% de ventaja en 21 de 23 estados y en el Distrito Capital. Sólo perdió en Mérida y Táchira.

Pudo remontar el descontento

Chávez gana con relativa comodidad, pero, no obstante, a él y al PSUV no les resultó fácil la campaña. El descontento con el gobierno en franjas de trabajadores y sectores populares era y es muy grande, porque ni cumple con los trabajadores ni hay buena salud, educación y seguridad. Por eso, en el último tramo de la campaña Chávez giró, reconociendo que había graves fallas en su gobierno. “He cometido errores, pero estoy totalmente dispuesto a trabajar más duro”, dijo.

En los actos casi rogó que lo votaran, que no lo abandonaran aunque “se les corte la luz, no les hayan dado la vivienda o tal obra no se haya terminado”. Llegó al colmo de lanzar un nuevo “Ministerio de Seguimiento” de las promesas, a partir del nuevo gobierno. Su centro fue meter miedo, diciendo que si ganaba Capriles les “iban a quitar lo que ya tenían” (las Misiones, los subsidios) o las viviendas prometidas. Esto tuvo su efecto y mucha gente en duda reafirmó, sobre el final, su voto a Chávez.

Por otro lado, el liderazgo de la oposición de derecha, con razón, no inspira confianza en grandes sectores populares, que sigue asociándola al golpismo y a los políticos tradicionales burgueses y oligarcas. Y donde pesó la propaganda gubernamental sobre el carácter neoliberal de la MUD y la posibilidad de que elimine programas sociales y aplique un paquetazo de ajuste.

Pese a ello, un sector muy grande de trabajadores y sectores populares, que rompieron con el chavismo, equivocadamente votaron por Capriles buscando castigar al gobierno. Entre ellos, un importante sector de trabajadores petroleros, universitarios, empleados públicos y jóvenes (de cada cuatro nuevos votantes, tres votaron por Capriles). Chávez sólo aumentó 500.000 votos con respecto a las elecciones del 2006, mientras que la oposición burguesa aumentó, con respecto a ese año, en 2.200.000.

El factor petróleo y el clientelismo masivo

Hay todavía quienes pretenden atribuir su nuevo triunfo electoral a que Chávez está en la senda antiimperialista y del socialismo, y que crece “el buen vivir” en Venezuela. Esto es falso. En primer lugar, porque el mismo Chávez ratificó en su campaña que con su gobierno seguirán contentos los empresarios y las multinacionales. “Hasta a los ricos yo creo que les conviene que gane Chávez… ellos tienen sus riquezas… tienen sus buenas casas, tienen sus buenos vehículos”, señaló. Y luego de la elección hizo “un llamado a los venezolanos ricos, de la clase media, empresarios, profesionales, a trabajar en conjunto para hacer realidad lo que consideró uno de los principales logros de su gestión: la inclusión de Venezuela al Mercosur” (Telesur, 9/10).

En segundo lugar, un factor clave del triunfo sigue siendo el peso del boom de los precios petroleros y su uso discrecional en manos del chavismo. La causa de que no se diera una ruptura mayor es que no hay aún una situación de crisis económica y social como, por ejemplo, ocurre en Bolivia. En Venezuela sigue habiendo muchos conflictos y luchas, pero aún atomizadas. Con el barril de petróleo a $106 dólares de promedio en el año, Chávez puede permitirse tener una política de subsidios como, por ejemplo, el programa “Tu casa bien equipada”, a través del cual se pueden adquirir artículos domésticos a muy bajo precio. Asimismo, el gobierno tiene la política de entregar una bolsa de comida semanal y 3.000 bolívares (300 dólares en el paralelo) a cada familia en los refugios de personas que se quedaron sin vivienda, a los cuales, además, les entregaron un certificado de vivienda a futuro, mediante el cual se les promete que se les entregará una casa. Como parte de esto, el gobierno lanzó desde principio de año la Misión Gran Vivienda Venezuela, que ha tenido un gran impacto, aunque no se hayan entregado ni construido todas las viviendas prometidas.

Chávez ganó pero seguirá el desgaste y la ruptura al calor de las luchas

Chávez se fortalece políticamente, en la coyuntura inmediata, porque evitó, pese al gran descontento popular, una derrota electoral. Pero la realidad es que los conflictos sociales y las promesas incumplidas siguen presentes en Venezuela. El triunfo de Chávez no cambia el hecho de que los trabajadores del Estado (empleados públicos, salud, industrias básicas) tienen sus contratos colectivos vencidos entre cuatro y cinco años. Que los obreros de la acería estatal de Sidor y del cemento todavía no han firmado su contrato. O que los obreros petroleros tienen un salario promedio de 300 dólares. Que PDVSA sigue expuesta a nuevas tragedias como la explosión de Amuay por falta de mantenimiento. Y que sigue existiendo una Venezuela que se cae a pedazos, en medio de la desigualdad social.

Pasadas las elecciones, millones de trabajadores, jóvenes y sectores populares que equivocadamente dieron su voto por las dos opciones del sistema se verán obligados a enfrentar la realidad movilizándose por sus reivindicaciones. Enfrentando al gobierno de Chávez que seguirá gobernando para los boliburgueses, los grandes empresarios y las transnacionales. El triunfo de hoy se convertirá en desgaste político, en confrontación social y en nuevas rupturas de trabajadores con Chávez. Como señaló Orlando Chirino en su campaña: “gane quien gane, entre Chávez y Capriles, los problemas de los trabajadores y el pueblo continuarán”. Y allí, otra vez, estará planteada la tarea de construir una nueva alternativa política, verdaderamente socialista y de los trabajadores. Ese fue el sentido del mensaje dado con la valiente candidatura de Orlando Chirino y el PSL-Partido Socialismo y Libertad.

 El Socialista 11/10/12

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