panorama político
Las perspectivas para 2013
quedará como el año de la primera huelga general contra el peronismo kirchnerista. El de la caída abrupta en la popularidad de la presidenta y del desenmascaramiento de su doble discurso. Mostrando los grandes cambios en la vida nacional pos triunfo del 54%.
Miles están pasando del desencanto a la ruptura con el gobierno. Mientras, los políticos de la oposición patronal siguen sin capitalizar el descontento. El ajuste en curso y la ruptura de la CGT Moyano auguran más luchas y nuevos realineamientos político-sindicales. 2013 será un año de grandes luchas, en medio de un duro desafío electoral para el gobierno. Un escenario donde se abrirán grandes oportunidades para los luchadores y la izquierda, vía el Frente de Izquierda.
Este año hubo grandes movilizaciones nacionales contra el gobierno. La primera fue el 27 de junio con una masiva marcha a Plaza de Mayo convocada por la CGT Moyano. Luego se dio otra marcha el 10 de octubre y, posteriormente, se llegó al exitoso paro del 20N. El primero con características de huelga general.
Parazo nacional contra el ajuste capitalista de Cristina
Que la gran mayoría de los trabajadores haya parado a pesar de la traición de la denominada CGT Balcarce, CTA Yasky y la lamentable actuación del nuevo sindicato del subte que llamó a no parar, muestra que quien tiene la ofensiva en la escena nacional es el movimiento obrero.
El paro estuvo dirigido contra el ajuste en curso, aunque el gobierno lo niegue (esencialmente con el robo al salario y las jubilaciones). Ajuste que el gobierno aplica para descargar la crisis capitalista mundial sobre los trabajadores y el pueblo.
La reunión de Guillermo Moreno con la CGT-Caló y la UIA para ir acordando un techo salarial menor a la inflación para las paritarias de 2013 (del 17%, dicen), indica que hay un severo ajuste salarial.
Este año entró en crisis el supuesto “modelo” económico kirchnerista. El gobierno vino diciendo que estábamos blindados ante la crisis mundial. Y que el ajuste era en Europa, no acá. Sin embargo, acá hay robo del salario y jubilaciones a millones vía el impuesto a las Ganancias y la inflación, mientras todos los dólares disponibles van a parar a los pagos de la deuda externa. Se achica la torta para los trabajadores y otros sectores populares, pero no para las multinacionales automotrices, los grupos exportadores y banqueros. El gobierno, con la plata de YPF, el Anses y el cepo al dólar, cubre la baja de sus ganancias por la crisis, vía subsidios y exenciones impositivas, mientras le bajan el salario a la clase trabajadora.
Que en Argentina no hay un ajuste clásico tipo Grecia o España no quiere decir que no haya ajuste. Recordemos que el gobierno quiso imponer una ley con ajuste clásico en Santa Cruz a fin de 2011, con rebaja salarial, aumento de la edad jubilatoria y despidos, el cual fue frenado por la lucha de los trabajadores. Cuando intentó aumentar el boleto y demás tarifas tuvo que retroceder para no echar más leña al fuego ante la masacre de Once. Después tuvo que frenar recortes salariales a los estatales nacionales por la lucha del INTI y otras reparticiones, que triunfaron. Lo mismo pasó con los Gendarmes, a quienes tuvo que restituirle los recortes.
Como hay un ajuste, los trabajadores se rebelaron y pararon el 20N, creándose las condiciones para el inicio de la ruptura de amplios sectores.
La división de la burocracia favorece a los que luchan
La ruptura de la CGT Moyano con el gobierno viene siendo aprovechada por los trabajadores para luchar. En el paro hubo una rebelión de las bases desacatando a la CGT Balcarce comandada por Caló que no pudo frenarlo.
Millones de trabajadores han enfrentado al gobierno con la huelga general a pesar que muchos votaron por Cristina, para quienes se está cayendo aceleradamente el doble discurso oficial (sobre que redistribuye la riqueza, enfrenta a las corporaciones o que nos estamos desendeudando, entre otras mentiras). Quedando más claro que el gobierno ajusta, miente, manipula a la justicia, tapa la corrupción y tilda de “derecha” a todo el que reclama.
La clase media y otros sectores populares han acompañando el paro general, protagonizando previamente grandes movilizaciones, como los masivos cacerolazos del 13S y el 8N contra la re-reelección, la inseguridad, por el 82% móvil, repudiando las fastidiosas cadenas nacionales y la utilización de los millones de Fútbol para Todos y la Ley de Medios. Donde los graves problemas de fondo siguen sin solución, como la crisis energética (apagones), las inundaciones por falta de obras, el deplorable sistema de transporte, la inseguridad y la precarización laboral, entre otros.
La crisis del kirchnerismo y el PJ
Ante ello el gobierno ha quedado aislado, debilitado, desorientado, sorprendido por la irrupción en las calles de trabajadores y demás sectores populares cuestionando su política. Después del enorme paro del 20, Cristina lo desconoció diciendo que fue una “extorsión”. Luego aumentó las tarifas de luz y gas; De Vido volvió a insistir con la re-reelección y la presidenta comparó el juicio de los jubilados con los fondos buitre, generando más indignación.
La desesperación “por no seguir perdiendo batallas” como la del 7D llevó a un choque frontal con la justicia y la Corte, impactando contra una institución del régimen democrático-burgués que el gobierno vino poniendo como ejemplo de “transparencia” e “independencia”, generando elementos de crisis política. La derrota ante los fallos judiciales en su pelea con Clarín ha desnudado que su objetivo no es terminar con “los monopolios”, sino crear su propio monopolio mediático al mando de empresarios ex menemistas (Manzano) y empresas privatizadas (telefónicas).
El acto-festival de este domingo 9 fue cambiado abruptamente. Era para festejar el 7D, y ante el traspié sufrido, lo titularon “en defensa de la democracia”. Con el claro mensaje de que todo aquel que desafíe y enfrente sus políticas (sean trabajadores, jueces o medios) es golpista. El uso de la frase “fierros mediáticos” por parte de la presidenta no es más que un acto desesperado para intentar polarizar y llevar agua para su molino, victimizándose con el objetivo de no perder más base social. Pero el propio acto demostró lo contrario, ya que tuvo que ser convocado con artistas populares y millones para mover el aparato clientelar de punteros e intendentes del conurbano, la CGT oficial y los arribistas de La Cámpora para mostrar una plaza llena, cuando la Plaza ya se llenó varias veces y se va a volver a llenar el 19 de diciembre por justos reclamos que el gobierno desoye.
El probl ema para el gobierno es que no tiene otra que jugarse a la continuidad del kirchnerismo con la figura de Cristina Kirchner, con quien intentan buscar salvarse, para lo cual hoy no tienen ni el apoyo parlamentario ni el apoyo popular para lograr la reforma de la Constitución que le habilite su re-reelección. Las encuestas son masivas contra su proyecto reeleccionista. El uso del voto a los 16 años y la Ley de Medios son manotazos para intentar recuperar en parte el malhumor social ante las elecciones de 2013. Pero si en dichas elecciones le va mal, cosa que es muy probable, su crisis no hará más que agravarse, como parte de la crisis más general del PJ (ruptura de Moyano, postulación de Scioli para 2015, enfrentamientos con De la Sota, Peralta de Santa Cruz, etcétera), generando divisiones por arriba que pueden profundizar la ruptura por abajo de importantes franjas.
La oposición patronal no es salida
Ante el descontento con el gobierno, las figuras de los “opositores” no levantan. Los Macri, Alfonsín, De la Sota o Binner- Bonfatti son políticos que avalan el corazón del modelo kirchnerista (pagos de la deuda, privatizaciones y saqueo del petróleo y demás recursos naturales).
La oposición patronal es parte de la aplicación del ajuste. El jefe del PRO decidió aceptar el traspaso del subte a cambio de aumentar las naftas, las patentes, peajes y el boleto, además de cercenar el derecho de huelga de los trabajadores declarando al subte como servicio esencial. El actual gobernador de Córdoba ya fue vanguardia en aumentar las naftas e implementar un ajuste a los jubilados que afectará también a los trabajadores activos, todo con el verso que está “enfrentando” al gobierno nacional. Y el referente del FAP (que gobierna Rosario de la mano de los radicales desde hace 20 años), aumentó este año un 100% el transporte y 138% el agua, aplicando impuestazos -mientras exime de los mismos a las multinacionales o les aplica impuestos irrisorios a las patronales del campo-. Rosario, por ejemplo, tiene el 75% de su población sin cloacas y la corrupción es cosa de todos los días (licitaciones directas, negocios inmobiliarios y designaciones de jefes policiales sospechados de estar ligados al narcotráfico -designados por Binner y ascendidos por el actual gobernador Bonfatti-). O el gobernador Peralta (antes kirchnerista, hoy enfrentado a los K) diciendo que no tiene plata para pagar el medio aguinaldo de fin de año.
Está muy bien que millones no los vean como alternativa, como lo reflejan las encuestas. Lo que demuestra la urgente necesidad de luchar por otro modelo económico con medidas de fondo que dé respuesta a las necesidades populares, como lo planteamos desde el Frente de Izquierda.
Luchas, nuevos dirigentes y Frente de Izquierda
2013, entonces, será un año de luchas y elecciones. El ajuste nacional, la inflación, el impuesto al salario y las crisis provinciales auguran nuevos paros y huelgas nacionales, marchas y movilizaciones. Termina el año con una nueva marcha el 19 de diciembre convocada por Moyano y Micheli, la cual apoyamos, llamando a darle continuidad con un paro de 36 horas preparado y debatido en la base, ya que no puede quedar la decisión de cómo continuar la lucha en manos de unos pocos dirigentes. Lo que hace falta es que Moyano y Micheli convoquen a asambleas y plenarios de delegados para abrir un gran debate en el movimiento obrero sobre los puntos por los cuales luchar y las medidas de acción a seguir. Empezando por sus gremios y siguiendo por las bases de la CGT Balcarce (metalúrgicos, mecánicos, construcción, electricistas) y de la CTA Yasky (docentes y trabajadores del subte).
Las luchas incentivarán que nuevos luchadores se postulen en los enfrentamientos venideros. En ese marco, es un aliciente para el conjunto de los trabajadores (y para los ferroviarios en particular) el aplastante triunfo obtenido en las elecciones ferroviarias por parte de la Bordó nacional contra la Verde de Pedraza. Después de varios años se ha recuperado la Seccional Oeste en forma contundente (ver página 6) y dos días después se dio otro categórico triunfo en el Cuerpo de Delegados del Sarmiento, con otra aplastante derrota de la Verde, ratificando a una conducción combativa y de lucha como referencia para los luchadores. El Cuerpo de Delegados encabezado por el “Pollo” Sobrero, Edgardo Reynoso, “Café” Ruiz Díaz y Mónica Schlotthauer, entre otros valiosos compañeros, demuestra que los sectores opositores (en este caso el sindicalismo combativo, con una dirección consecuente y coherente como la del Sarmiento), puede avanzar. Otro ejemplo ha sido la derrota de la Celeste (Maldonado-Yasky) en las elecciones provinciales de ATEN-Neuquén, donde en Capital, a su vez, la lista encabezada por nuestra compañera Angélica Lagunas mantuvo la minoría en la conducción con una política unitaria y de lucha. También se logró avanzar en ADOSAC Pico Truncado recientemente incorporados a Docentes en Marcha; con dirigentes combativos en la directiva docente de Ademys-Capital, entre otros pasos de la oposición en distintos gremios. Por eso nuestro apoyo a las agrupaciones y listas opositoras (con las cuales hay que generar instancias de coordinación), en el camino de ir gestando una nueva dirección sindical combativa y antiburocrática para el movimiento obrero.
Al mismo tiempo, hay que dar la pelea en el terreno político. Levantando un programa alternativo, tanto al del gobierno como al de los políticos patronales del PRO, Peronismo Federal, UCR y FAP. Y al de la centroizquierda, que ya fracasó, encarnada en Proyecto Sur (Pino Solanas con el apoyo del MST y otras organizaciones reformistas).
En las elecciones legislativas de 2013 el Frente de Izquierda se tiene que postular ante los trabajadores, jóvenes, vecinos y demás sectores populares con sus propuestas de fondo. Si el desencanto con el gobierno y los políticos de la oposición patronal crecen, el FIT puede convertirse en una alternativa electoral para miles y miles que buscan una referencia. El FIT hizo una excelente elección en 2011 cuando había una coyuntura favorable para el gobierno. Ahora que miles rompen con el kirchnerismo, las elecciones del año que viene serán una oportunidad mayor no sólo para sortear los obstáculos proscriptivos que impuso la reforma política de Cristina, sino para intentar meter diputados de izquierda que apoyen las luchas, se pongan al servicio de las demandas populares y lleven al parlamento y a las legislaturas la voz de los trabajadores. Izquierda Socialista llama a apoyar las luchas, al sindicalismo combativo y a postular al Frente de Izquierda, convocando a esa nueva camada de luchadores que nos vino acompañando a que se sumen a las filas del socialismo revolucionario para asumir juntos los desafíos que se vienen.
El Socialista 13/12/12