Entrevistan representantes de organizaciones sociales
Dos años después de Occupy Wall Street, una red de organizaciones sigue trabajando a favor del 99%.
JUAN GONZÁLEZ: Presentamos ahora información sobre el movimiento Occupy Wall Street y su legado en este segundo aniversario. El 17 de septiembre de 2011, miles de personas marcharon hacia el distrito financiero y luego instalaron un acampe en el Zuccotti Park, iniciando un movimiento que puso la desigualdad económica en el centro del debate. El martes, en Nueva York, muchos activistas conmemoraron el acontecimiento con una marcha a la Bolsa de Valores y a sede de Naciones Unidas, en la que se destacó la demanda de un impuesto a las transacciones de Wall Street cuya recaudación se utilice para causas públicas.
AMY GOODMAN: Para ampliar sobre este tema tenemos dos invitados. Nicole Carty es coordinadora de actividades en la organización The Other 98% (El Otro 98%). Durante Occupy Wall Street actuó como facilitadora en las asambleas generales y reuniones de delegados, y fue miembro del grupo de personas de color dentro de Ocuppy. También está con nosotros Nathan Schneider, editor del sitio web Waging Nonviolance (Haciendo la No-Violencia) y autor del libro Thank You Anarchy: Notes From the Occupy Apocalypse (Gracias Anarquía: apuntes desde el apocalipsis Occupy). Les damos la bienvenida a Democracy Now! ¿Por qué «apocalipsis Occupy», Nathan?
NATHAN SCHNEIDER: Esa es una buena pregunta, me la me hacen a menudo. El significado de esta palabra en griego es revelación, ¿verdad? Describe un momento en el que se revela algo que cambia totalmente nuestra percepción de las cosas, y creo que es una descripción bastante acertada de lo que pasó con Occupy Wall Street; tanto para nosotros como sociedad —ya que contribuyó a exponer la profundidad de la desigualdad en los ingresos, de la corrupción del sistema político y también del poder del estado policial militarizado— como para cada persona que participó en todo el país. He tenido el privilegio de conocer a muchas personas y ver cómo este movimiento cambió sus vidas, ver cómo una vez que se movilizaban y se hacían activistas, ya podían volver a la vida que tenían antes.
JUAN GONZÁLEZ: Nathan, en el principio de tu libro escribes que durante casi dos meses, en el otoño de 2011, una manzana de granito y acacias del distrito financiero de Nueva York, justo entre Wall Street y el World Trade Center, se convirtió en un lienzo donde se delineó la imagen de otro mundo. Dos años más tarde, ¿cómo dirías que se ha mantenido ese lienzo? ¿y cuáles son las actividades en las que los participantes de Occupy están involucrados ahora?
NATHAN SCHNEIDER: Bueno, con respecto a lo que sería el lienzo en sí mismo, es interesante ver los rastros, las señales del movimiento en el distrito financiero. Todavía hay un vallado alrededor de la estatua del Toro, en Wall Street. Todavía hay vallas en el Zuccotti Park. Todavía hay vallas alrededor del Chase Manhattan Plaza, que era originariamente el sitio planificado para la «ocupación». Es increíble cómo las fuerzas de seguridad le siguen teniendo miedo a este movimiento. Y a la vez, los activistas que han participado en él, muchos de ellos están dispersos por todo el país, conectados en las diversas redes que se han formado en el trascurso de esta movilización. Están poniendo sus cuerpos para bloquear el avance del Oleoducto Keystone, difundiendo propuestas como la de un impuesto a las transacciones financieras, uniendo a activistas por la vivienda digna de todo el país para crear un movimiento más fuerte en este tema. Hay varias luchas que se han fortalecido enormemente con las redes creadas en el movimiento Occupy.
AMY GOODMAN: Nicole Carty, ¿dónde estabas hace dos años?
NICOLE CARTY: Hace dos años yo estaba trabajando para el Canal Sundance, haciendo gestión de contenidos. Yo era una trabajadora precaria más de muchos, sin un trabajo estable. Y me metí en Occupy porque era la primera vez que veía que gente de mi edad, o de cualquier edad para el caso, hablaba de la profunda desigualdad que hay en este país. Era como una especie de tema secreto, y creo que parte del legato que dejó Occupy fue haber revelado esa desigualdad completamente. Ahora ya nadie la pone en duda.
AMY GOODMAN: Cuéntanos cómo fue que sucedió. Qué día te sumaste a Occupy, qué tipo de movimiento encontraste.
NICOLE CARTY: Estuve siguiendo la transmisión en vivo de Occupy sin parar durante toda una semana. Estaba pegada mirando lo que iba sucediendo, antes de ir para allí. Y el primer día que fui, fue el 1 de octubre que, no sé si se acordarán, fue el día del puente de Brooklyn. Así que fui con una persona amiga, y estuvimos allí cantando y pasándola muy bien. Ya teníamos experiencias anteriores de activismo y pensábamos que sería más o menos la misma historia de siempre, pero no nos esperábamos lo que sucedió en el puente ese día, y luego de eso, todo el mundo….
AMY GOODMAN: ¿Puedes contar lo que pasó?
NICOLE CARTY: Ah claro, vuelvo a eso. La gente directamente irrumpió en el puente, en lugar de cruzarlo sólo por la senda peatonal. Y unas 400 personas creo, bueno, cientos de personas fueron arrestadas en el Brooklyn Bridge ese 1 de octubre de 2011. Y estábamos ahí mirando actuar a la policía del Estado, viendo cómo lentamente se iban llevando a la gente del puente, deteniendo a tanta gente, y fue realmente impactante, y ya no me pude alejar. Tuve que volver cada día desde entonces, y para ser honesta, creo que nunca me fui del todo.
JUAN GONZÁLEZ: Nathan, tú estuviste involucrado desde antes que comenzara la movilización. ¿Puedes contarnos acerca de esos días anteriores al acampe?
NATHAN SCHNEIDER: Sí, justo lo estuve recordando cuando me vi retratado fugazmente en la recreación de esas reuniones que hizo la serie The Newsroom de HBO. Yo aparecí en la tercera reunión de planificación antes de que se iniciara la ocupación. Me presenté como periodista y se generó un debate acerca de si podía quedarme o no. O sea, todo se estaba organizando desde cero.
AMY GOODMAN: ¿Y esto dónde era, en qué parte de la ciudad?
NATHAN SCHNEIDER: Sí, esto fue en el Tompkins Square Park, en la ciudad de Nueva York. Y fue increíble encontrarse con algo así, porque ahí estaban todos estos, digamos, focos de activistas, muchos de los cuales no se conocían entre sí. Y se habían juntado ahí por una convocatoria extraña que había hecho Adbusters, pero asumiendo el compromiso de hacerla de todos.
AMY GOODMAN: Háblanos de esa convocatoria de Adbusters.
NATHAN SCHNEIDER: Adbusters hizo una convocatoria, en julio de 2011, llamando a ocupar Wall Street. Y había una foto de una bailarina sobre la estatua del Toro de Wall Street y en la parte superior estaba la pregunta: «¿Cuál es nuestra demanda única?» En el transcurso de estas reuniones, esa convocatoria, esa idea de juntar a la gente en Wall Street, fue cambiando. Los activistas decidieron que lo que más les interesaba era construir un movimiento. No estaban preparados para elaborar una demanda única. No tenían la potencia suficiente. Lo que tenían que hacer era fortalecer la organización de la gente en todo el país, en las comunidades de base de cada ciudad, de cada barrio, que generaran sus propias ocupaciones, que armaran sus propias asambleas, que construyeran poder, para así poder hacer demandas y para poder cambiar el mundo.
JUAN GONZÁLEZ: Aunque las demandas fueron muchas, por supuesto, la que se instaló con fuerza en el vocabulario estadounidense fue la del «99%», y claramente Obama luego lo aprovechó para su campaña. Tenemos en este momento un candidato a la alcaldía de Nueva York, Bill de Blasio, que ha tomado el tema de la desigualdad de ingresos, y es quizás el candidado mejor posicionado para convertirse en el próximo alcalde de la ciudad. Entonces, ¿qué ha sucedido con el movimiento en todo este tiempo? Porque, obviamente, cuando los acampes de varias ciudades fueron desalojados por la policía, surgieron muchas ideas sobre cómo mantener el movimiento vivo. Me interesa saber cuáles son las respuestas de diferentes activistas a eso, a cómo mantener el movimiento vivo.
NICOLE CARTY: En estos momentos, el movimiento es una red, y lo más importante es que ya nos hemos encontrado. Se ha visto como volvimos a brotar y organizarnos con Occupy Sandy el año pasado. La gente sigue en contacto, trabajando con la gente.
AMY GOODMAN: Con el Huracán Sandy.
NICOLE CARTY: Sí, exactamente, se trabajó en la recuperación, en dar asistencia; pero con un trasfondo político en todo eso. Creo que mientras toda esa gente mantenga el contacto entre sí, el movimiento seguirá existiendo en sus redes, en sus conexiones. No es que esté latente, ¿sabes? La gente sigue estando activa, sigue haciendo su propio trabajo y organizándose. Y llevan los análisis que surgieron de Occupy a todo lo que hacen. Y realmente creo que estamos viendo un primer momento, como una primera instancia de organización de tipo intersectorial, intertemática, que es una nueva forma de organización. Hemos creado un espacio donde la gente pueda traer todos sus conflictos y veamos cómo están vinculados entre sí, en lugar de centrarnos en un solo conflicto o en una demanda única.
AMY GOODMAN: Voy a leer parte de un artículo de hoy del New York Times sobre los datos del último censo. «Manhattan mantiene el dudoso honor de tener la mayor brecha en los ingresos que cualquier condado grande del país. El ingreso medio del quinto más bajo fue de 9.635 dólares, en comparación con 389.007 dólares del quinto más alto, y 799.969 dólares del 5% más alto. Una diferencia de más de 80 veces entre el ingreso más bajo y el más alto». Nicole, ahora estás participando en una organización llamada The other 98% (El Otro 98%) ¿Qué opinas sobre estos datos?
NICOLE CARTY: Lo maravilloso del legado que ha dejado Occupy es que ahora la gente ve la desigualdad, que siempre existió. Y The Other 98% se enfoca más o menos los mismos temas que Occupy: la desigualdad económica , la intersectorialidad, la justicia ambiental y la justicia racial. Todas las mismas cuestiones que se articularon en Occupy siguen siendo trabajados en The Other 98%. Y creo que algo increíble que sucede, es que todos esos conflictos ya eran reales en 2011, pero ahora la gente tiene una lente a través de la cual puede verlo con mayor claridad y decir ‘sí, hay desigualdad, y sí, es una cuestión sistémica’.
AMY GOODMAN: Nathan, además de tu libro Thank You Anarchy, escribiste un artículo llamado Breaking Up With Occupy (Rompiendo con Occupy). ¿Hacia dónde vamos a partir de aquí?
NATHAN SCHNEIDER: Bueno, en conversaciones con diferentes participantes de Occupy en todo el país, he notado que concuerdan en asumirlo como un momento que ha sucedido, algo realmente importante, realmente transformador, algo que cambió la retórica discursiva de nuestro país por completo, pero creo que aún hay una necesidad de profundizarlo más. Si miramos la historia de los movimientos, vemos que las cosas no suceden en unos pocos meses, sino que tienen lugar a través de años y años. Y creo que hay un deseo, entre la gente que despertó y se movilizó en ese momento de las ocupaciones, de llevarlo a otro nivel, de poder ejercer la presión necesaria para transformar sus sueños en algo más cercano a la realidad.
AMY GOODMAN: Tenemos que dejarlo aquí. Muchas gracias, Nathan Schneider, cuyo nuevo libro se titula Thank You Anarchy: Notes From the Occupy Apocalypse (Gracias Anarquía»: apuntes del apocalipsis Occupy) y Nicole Carty que ahora participa en la organización EL Otro 98% y actuó como facilitadora en Occupy Wall Street.
Edición: Verónica Gelman y Democracy Now! en español, [email protected].
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2013/9/19/dos_aos_despus_de_occupy_wall_street_una_red_de_organizaciones_sigue_trabajando_a_favor_del_99