Los barones del capital
Juan Carlos Giuliani (ACTA)
Por encima de las corporaciones patronales de la industria, el agro, las finanzas, el comercio y los servicios, existe una supraorganización que las contiene, perfecciona y sintetiza a todas. La Asociación Empresaria Argentina (AEA), reúne a medio de centenar de líderes de las principales empresas del país, es presidida por Jaime Campos y cuenta entre sus vicepresidentes al dueño del Grupo Arcor, Luis Pagani.
Tributaria principalísima de la monumental transferencia de ingresos que implicó la pesificación asimétrica de 2002 operada por el entonces presidente Eduardo Duhalde, bebió las mieles del crecimiento económico que se registró desde entonces hasta mediados de 2008. Ahora, es la encargada de trazar la hoja de ruta de los grupos económicos para preservar sus privilegios en medio de la tormenta desatada por la crisis internacional. Devaluación del peso, congelamiento salarial, precariedad y flexibilización laboral, son las vigas maestras de esa estrategia de poder. Con idéntico fervor se opone a la reestatización del sistema previsional y al nuevo régimen de mercado de capitales, como apoya la Ley de ART.
Pagani, quien junto a los Urquía, Roggio, Bugliotti, Petrone y unos poquitos más decide sobre la tierra, la vida y la hacienda de la población de la provincia de Córdoba, hizo realidad el sueño de los «Chicago Boys» de Martínez Hoz que durante la dictadura militar pregonaban que para el país «da lo mismo fabricar acero que caramelos». La familia Pagani, oriunda de Arroyito, es la fabricante de caramelos más grande del mundo.
Hasta diciembre de 1990 Arcor fue la empresa que dirigió con mano de hierro un solo hombre: Fulvio Pagani, fallecido en Entre Ríos en un accidente automovilístico tres meses antes de que su protegido Domingo Cavallo lanzara el Plan de Convertibilidad. Durante cuatro décadas, la empresa creció desde una modesta panadería hasta consolidarse como un factor de poder en el país, como bastión de la neoliberal Fundación Mediterránea. Tras su fallecimiento las riendas de la empresa las tomó su hijo Luis Pagani.
Arcor pisa fuerte en el mercado de Brasil, Uruguay y Chile y consolidó su liderazgo en la Argentina. En los años 70 y 80 ganó proyección nacional y regional. Abrió o adquirió 20 plantas productoras de dulces, golosinas, galletitas, cereales, conservas, cartón corrugado, papel celofán y hojalata. En 1977 Fulvio Pagani y el constructor Piero Astori crearon la Fundación Mediterránea a sugerencia de Cavallo.
La carrera política del ex ministro –que en representación del partido de los Rodríguez Saá no llegó a superar el 1,5% de los votos en las últimas PASO de la provincia de Córdoba- está desde entonces ligada a la familia Pagani. Cuando Cavallo asumió en 1989 como canciller de Carlos Menem, nombró a Pagani como cónsul en Finandia. Una manera de retribuirle los servicios prestados.
En los últimos años Arcor se consolidó como el primer productor mundial de caramelos. Hoy es uno de los principales productores de chocolate y de galletitas con la compra de Lía. Controla 40 plantas, se abastece verticalmente de sus productos y factura 1.150 millones de dólares por año.
AEA es tan poderosa que ni siquiera se toma el trabajo de sentarse en el Consejo del Empleo, Productividad y Salario Mínimo a discutir temas relativos al ingreso con otras asociaciones empresarias y con la representación de los trabajadores.
Fungen como vicepresidentes de AEA, además de Pagani, otras rutilantes figuras del empresariado vernáculo como Paolo Rocca (Organización Techint); Héctor Magnetto (Grupo Clarín); Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó); Carlos J: Miguens (Grupo Miguens); Aldo Roggio (Grupo Roggio); José Cartellone (Cartellone Construcciones Civiles); Alfredo Coto (Supermercados Coto); Enrique Pescarmona (IMPSA) y Cristiano Ratazzi (Fiat Argentina).
A la supercorporación la conforma un elenco estelar. Su Secretario es Miguel Acevedo (Aceitera General Deheza); Tesorero, Alberto Grimaldi (Grimaldi). Figuran como vocales: Eduardo Elsztain (IRSA); Gustavo Grobocopatel, (Los Grobo Agropecuaria); Julio Saguier (La Nación); Marcelo Argüelles (Sidas); Federico Braun (La Anónima); Alberto Hojean (BGH); Jorge Aufiero (Medicus); Enrique Cristofani (Santander Río); Teodoro Karagozian (TN & Platex); Pablo Roemmers (Roemmers); Horst Paulmann Kemna (Cencosud); Alejandro Estrada (Estrada Agropecuaria S.A) Juan Bruchou (Citi); Norberto Morita (Southern Cross Group); David Lacroze (Control Unión Argentina) y Luis Bameule (Quickfood).
Según indica en su sitio oficial, la Asociación Empresaria Argentina está integrada por empresarios que dirigen compañías que, en conjunto, emplean a 300.000 personas, exportan por 10.000 millones de dólares y facturan 200.000 millones de pesos al año. Son empresas a las que les interesa el país.
El grupo que encabeza Gustavo Grobocopatel, el «Rey de la soja», tiene su sede en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires. Entre las firmas que integran el grupo se encuentran: Los Grobo Agropecuaria; Fundación Emprendimientos Rurales Los Grobo; Chain Services Corredora; Los Grobo Fideicomiso; Los Grobos Sociedad de Garantía Recíproca. Los Grobo forman parte de Aapresid (Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa), y en ese carácter integran Bioceres, una empresa de biotecnología orientada a la producción agrícola con sede en la ciudad de Rosario y que es socio mayoritario de INDEAR Instituto de Agrobiotecnología de Rosario. Es el primer productor de trigo y el segundo productor de soja en la Argentina, mientras que es el tercer productor mundial de soja y el quinto de trigo. Los Grobo es un pool de siembra que está más cerca de un grupo financiero que de un productor agropecuario.
Hablando de la influencia del grupo Grobocopatel -campeón de la soja transgénica, la deforestación, la degradación de los suelos, la expulsión de pequeños agricultores, la contaminación ambiental y la pérdida de la seguridad alimentaria- bien vale un botón de muestra: Los Grobo Agropecuaria recibió el Premio Nacional a la Calidad 2010 en la categoría Empresa Grande de Servicios. El 9 de diciembre de ese año, en el marco de un acto celebrado en el Salón de las Mujeres Argentinas del Bicentenario de la Casa Rosada, Alejandro Stengel, Ceo de Los Grobo Agropecuaria y Fernando Tiano, Responsable del Sistema de Gestión de Calidad; recibieron el galardón de manos de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien estuvo acompañada por la Ministra de Industria Débora Giorgi; el Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Carlos Tomada; el Ministro de Salud, Juan Luis Manzur y el entonces Secretario de Gestión Pública, Juan Manuel Abal Medina.
El “Rey de la soja”, que arrienda más del 90 por ciento de las ciento cincuenta mil hectáreas que cultiva con siembra directa tercerizando todos los servicios, siguió el acto en la Casa de Gobierno frente a la pantalla de un TV Plasma, cómodamente apoltronado en los sillones de su oficina en pleno centro porteño.
El abc de la flor y nata de las clases dominantes acá, como en cualquier otra parte del mundo capitalista, se dedica a maximizar su renta, someter a los trabajadores, devastar los bienes comunes, percibir jugosos subsidios de manos del Estado y oficiar de gendarmes de la desigualdad social.
Sin fuerza popular organizada, será imposible articular un contrapoder con chances de desmontar los mecanismos del régimen de saqueo y dominación impuesto por los barones de los grupos hegemónicos en la Argentina.
Juan Carlos Giuliani es Secretario de Relaciones Institucionales de la CTA.
Argenpress 07/10/13