Israel desconfía de EE.UU.
El discurso de Netanyahu advino cuatro días después de la conversación telefónica Obama/Rohani, la primera entre mandatarios de los dos países desde 1979, y cuando habían comenzado las consultas preparatorias de las negociaciones que los días 15 y 16 de este mes tendrán lugar en Ginebra entre Irán y las naciones del grupo P5+1 (EE.UU., Gran Bretaña, China, Rusia y Francia más Alemania), el cual busca una vía diplomática desde el año 2006 a fin de concretar una solución pacífica al problema del de- sarrollo nuclear iraní. De ahí que Netanyahu precisara: “Si Israel se ve obligado a quedarse solo, Israel se quedará solo. Y al quedarse solo, Israel sabrá que estamos defendiendo a muchos, muchos otros”. Una nueva advertencia de que Israel no vacilará en bombardear las instalaciones nucleares de Irán, con el apoyo estadounidense o sin él, desatando una guerra de imprevisibles consecuencias.
La elección de un presidente moderado en Irán que reabre la vía diplomática y se declara dispuesto a que la comunidad internacional verifique que el programa nuclear iraní tiene fines pacíficos ha desconcertado –para decir lo menos– a los círculos políticos israelíes. El parlamentario del Likud Tzachi Hanegbi, ex ministro de Justicia, ex ministro de Seguridad Interior y ex ministro de Inteligencia y Asuntos Nucleares, comentó que su gobierno “ya no está convencido” de que EE.UU. es serio en sus amenazas militares contra Irán.
Tal desconfianza llevó a Israel a crear un nuevo ministerio, el de Asuntos Estratégicos, cuyo solo objetivo es el planeamiento de iniciativas concernientes a una eventual guerra contra Irán (www.independent.co.uk, 7-4-13). Su titular, Yuval Steinitz, declaró que las sanciones de la ONU impuestas a Teherán “no bastan y las conversaciones tampoco. Ha llegado el momento de enfrentar a los iraníes con una amenaza militar del mundo entero y de Occidente para obtener resultados”. Aliado político infatigable de Netanyahu, Steinitz subrayó en una entrevista concedida a la radio del ejército israelí que esa acción debería materializarse “en pocas semanas, un mes” si no hay señales de que Irán pone fin a su programa nuclear.
El canal 2 de la TV israelí informó el miércoles pasado que funcionarios israelíes se reunieron en las últimas semanas “con figuras prominentes de varios países árabes y del golfo para crear una alianza capaz de bloquear la intención iraní de tener armas nucleares” (www.ti mesofisrael.com, 2-10-13). Según el canal, “el primer ministro Benjamin Netanyahu ha supervisado diversos ‘encuentros exhaustivos’ con representantes de dichos países”. Poseen no poco en común: autocracias sunnitas como las de Arabia Saudita, Kuwait y los Emiratos Arabes Unidos también condenan el programa nuclear de un Irán chiíta.
Jerusalén y éstos, sus vecinos árabes, no mantienen relaciones. Aparentemente. El presupuesto del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel para 2013-2014 reveló que entre las 11 misiones diplomáticas nuevas que ha establecido desde el 2010 figura una en “un estado innominado del golfo Pérsico” (www.timesofisrael, 12-5-13). El mismo ministerio solicitó luego al de Finanzas que quitara ese rubro y lo ocultara a toda mirada pública.
Las negociaciones Irán/P5+1 vienen envueltas en una paradoja: se conoce el fin, pero los pasos a dar para llegar hasta él están cargados de dificultades históricas y políticas que Richard Haass, presidente del Council on Foreign Relations, enumeró en el Financial Times (29-9-13) La primera es la mutua desconfianza que impera entre Washington y Teherán. La siguiente: se estima que Irán posee unas 18.000 centrifugadoras y un nuevo reactor que, cuando entre en funciones, permitiría la obtención de plutonio, segunda etapa hacia la obtención de un arma nuclear. La tercera es de orden político: el dueño último de las decisiones iraníes no es el presidente Rohani, sino el ayatolá Alí Jamenei, líder supremo.
Para Elliott Abrahams, ex cercano colaborador de Reagan y de Bush padre, a Netanyahu le tocará en adelante jugar el papel de policía malo advirtiendo una y otra vez a EE.UU. y el mundo que Rohani no es un reformista sino un instrumento ganatiempo para que Irán logre finalmente acceso al armamento nuclear (www.foreignaffairs.com, 1-10-13). Qui vivra verra, dicen los franceses.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-230670-2013-10-06.html