Pagan deuda externa con plata de los jubilados. Una vergüenza.
La presidente sigue una costosa campaña mediática con el objetivo de instalar que su gobierno “redistribuye la riqueza”, no aplica ningún ajuste y Argentina es un ejemplo para el mundo. Recientemente dijo que el país “es el más igual del continente” y catalogó el final del canje de la deuda como “el día del desendeudamiento”. Sin embargo, los hechos demuestran lo contrario. Los cuales, por supuesto, no difunde la televisión pública de Canal 7, el diario oficialista Tiempo Argentino, ni los programas ultrakirchneristas como “6, 7, 8”. El gobierno oculta “la otra Argentina”. La de los barrios del Alto de Bariloche con casas de cartón donde la policía del radical K, Saiz, asesina a jóvenes. La de los niños sin futuro que se suicidan en Salta. Donde el 60% de la población activa del país (6 de cada 10) está desocupada, o con salarios de indigencia o sin cobertura social. Situación que ocurre también donde gobiernan los políticos patronales opositores como Macri: en la Ciudad de Buenos Aires los bebés se mueren en partos forzados por falta de anestesiólogos y otros profesionales. Donde, además, creció la mortalidad infantil por primera vez en cinco años.
Pero vayamos al grano: la situación de los jubilados. El gobierno los está utilizando como variable de ajuste. De casi 6 millones, el 75% cobra el mínimo, $895, por debajo de la línea de pobreza. Y quienes aportaron durante 30 años o más, perciben 1.275 pesos, el 36% del sueldo promedio de los trabajadores en blanco. Tal es el robo a los jubilados que hasta la Corte Suprema, en el “caso Badaro”, obligó al gobierno a actualizar los haberes desde 2002-2006 en un 88,6%, ya que los aumentos dados por el gobierno, que dice que otorgó 17, fueron de un 10 a un 22 por ciento. Por eso hay 362.000 juicios iniciados por reactualización, que el gobierno no quiere pagar, apelando las sentencias y obligando a los abuelos a transitar tribunales y pagar costosos honorarios. La prueba que este gobierno no tiene nada de “nacional y popular” la dio recientemente el ex presidente Néstor Kirchner: “El Estado no puede pagar el 82% móvil… se iría a una anarquía”. ¡Pero plata hay! La ANSeS es rica, con jubilados pobres. Ese organismo administra 160.000 millones de pesos. Recordemos que este gobierno estatizó las AFJP quedándose con una abultada caja. Dinero que destina a subsidiar a grandes empresarios y pagos de la deuda. Así lo reconoció la secretaria de Industria Débora Giorgi. Al hablar de que hace falta un “Estado presente”, anunció un “fondo del Bicentenario” de 8.000 millones de pesos para créditos baratos a las patronales, entre ellos, 4.000 millones para las automotrices.
¿Por qué no hay plata para los jubilados? Porque se destina para la deuda externa. No se puede aumentar las jubilaciones y a su vez cumplir con los usureros internacionales. La deuda externa, o los jubilados. Esa es la disyuntiva. Y el gobierno ha optado por la primera. Mientras Cristina dice que con el canje nos estamos “desendeudando”, la deuda externa creció, a pesar de la “quita” del 75%. Se reconocieron 12.000 millones de dólares que no estaban contados como deuda, posibilitando un gran negocio de los bancos que compraron bonos por dos pesos en 2001 y los canjean ahora por 3, 4 y hasta 10 veces más de su valor original. Dicen que con el canje la deuda subió de 147.119 millones de dólares a 153.564, aunque la deuda externa global (contando la deuda pública, la de las provincias y la deuda privada), supera los 250.000 millones de dólares. Aumenta la deuda, bajan las jubilaciones. Dicho de otra forma: se paga deuda externa con plata de los jubilados. Una verdadera vergüenza nacional. Kirchner dijo que para dar el 82% móvil hacen falta 145.000 millones de pesos. Pero otros estudios demuestran que con $50.000 millones se podrían reactualizar las jubilaciones y llegar al 82% móvil. La misma plata que Argentina va a pagar el año que viene en concepto de deuda externa. Para financiar el 82% móvil el gobierno ni atina a reimplantar los aportes patronales que se sacaron en los años 90, pudiendo recaudar 20.000 millones de pesos. O a gravar la renta financiera, que está exenta, mientras los salarios pagan Ganancias (ver páginas centrales) o imponer un fuerte impuesto a las grandes patronales y terratenientes.
Se acerca el 9 de Julio y el gobierno volverá a hablar de que nos estamos desendeudando. Pero el reconocimiento de más deuda y las negociaciones que ahora se abren para pagar 7.000 millones de dólares al Club de París, muestran lo contrario. Por eso la aceptación del canje fue felicitada por el titular de la Unión Industrial y festejada por el presidente de la Barrick y otros 20 ejecutivos de multinacionales, reunidos con Cristina en Canadá (ver recuadro). En el año del Bicentenario y a días de la celebración de un nuevo aniversario de la independencia de 1816, las tareas liberadoras siguen más pendientes que nunca. Hay que decir ¡Basta de pagar un peso más de deuda externa! Que esa plata vaya a salario, jubilaciones, salud, educación, trabajo y viviendas. Por un frente de países deudores latinoamericanos para suspender los pagos y romper con los organismos financieros internacionales. Que se expulse a la Repsol, a la Barrick y demás multinacionales saqueadoras, reestatizando YPF, los ferrocarriles, las telefónicas y demás empresas privatizadas por el menemismo. Que se nacionalice la banca (lo que hubiera evitado la fuga de 50.000 millones de dólares en estos años). Y el comercio exterior. Que se expropien los intereses británicos en Argentina para hacer honor a nuestros soldados que dieron su vida en Malvinas. Estas y otras medidas de fondo, como parte de otro modelo económico obrero y popular, empezarían a resolver los graves problemas sociales. Para ello hay que apoyar las luchas y bregar por una herramienta política de los trabajadores, sin patrones ni burócratas sindicales. Y por la unidad de la izquierda. Los políticos de las distintas variantes del peronismo-PJ, la UCR y demás partidos patronales no son salida. Todos gobernaron, gobiernan y van a gobernar para los de arriba. Sólo los trabajadores y el pueblo enarbolarán bien alto las banderas de San Martín, Belgrano y Bolívar. Tarea pendiente que nos comprometemos a seguir impulsando en unidad con los trabajadores, luchadores y demás sectores populares.
El Socialista 30/06/10