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Obama se jacta de su condición imperialista al recibir el Premio Nobel de la Paz

Obama se jacta de su condición imperialista al recibir el Premio Nobel de la Paz

Por: Laclase.info

Un insulto a los pueblos invadidos y masacrados por los EEUU

En un acto cargado de cinismo miserable, Barack Obama recibió este jueves el Premio Nobel de la Paz en Oslo. Obama, esbirro de los pueblosSiendo antecedido en el otorgamiento de esta distinción por asesinos como Henry Kissinger y Shimon Peres, entre otros, sin embargo Obama destacó por el discurso pronunciado al recibir el premio, justificando abiertamente la trayectoria imperialista y genocida de los EEUU.

En tono burlesco, Obama arrancó diciendo que «en comparación con algunos de los gigantes de la historia que han recibido este premio –Schweitzer y King; Marshall y Mandela– mis logros son pequeños. Y luego hay hombres y mujeres alrededor del mundo que han sido encarcelados y golpeados en su búsqueda de la justicia… no puedo contradecir a quienes piensan que estos hombres y mujeres… merecen este honor muchísimo más que yo».

Acto seguido, reivindicó el rol que desempeña como jefe de las tropas de ocupación en dos países: «quizá el asunto más controversial en torno a mi aceptación de este premio es el hecho de que soy Comandante en Jefe de un ejército de un país en medio de dos guerras… estamos en guerra, y soy responsable por desplegar a miles de jóvenes a pelear en un país distante. Algunos matarán. A otros los matarán». A esto agregó que EEUU «no buscó» la «guerra» (invasión) contra Afganistán.

Luego elaboró una extraña tesis acerca de la guerra como algo inherente al ser humano: «La guerra, de una forma u otra (sic), surgió con el primer hombre. En los albores de la historia, no se cuestionaba su moralidad; simplemente era un hecho, como la sequía o la enfermedad, la manera en que las tribus y luego las civilizaciones buscaban el poder y resolvían sus discrepancias».

Sarcásticamente, el presidente del gobierno con los más sofisticados armamentos del mundo, y que actualmente mantiene ocupados a Irak y Afganistán, además de ser el pilar fundamental de la ocupación de Palestina por parte del sionismo, llegó a decir que «la capacidad de los seres humanos de idear nuevas maneras de matarse unos a los otros resultó ser inagotable, como también nuestra capacidad para tratar sin ninguna piedad a quienes no lucen como nosotros o le rinden culto a un Dios diferente».

«Somos los herederos de la fortaleza y previsión de generaciones pasadas, y es un legado por el cual mi propio país legítimamente siente orgullo», dijo, elogiando el orden mundial globalizado de hoy.

Para Obama, «la tecnología moderna permite que unos cuantos hombres insignificantes con enorme ira asesinen a inocentes a una escala horrorosa». Se refiere al «terrorismo». Pero no se refiere a los EEUU, cuyos presidentes han sido responsables en los siglos XX y XXI del asesinato en masa de millones de vietnamitas, camboyanos, iraquíes, coreanos, afganos, los ciudadanos de Hiroshima y Nagasaki, y miembros de muchas otras nacionalidades, quienes han sufrido las invasiones y los bombardeos yanquis. A estos crímenes imperialistas, Obama les llamó «la visión, arduo esfuerzo y perseverancia de aquellos hombres y mujeres que actuaron tan audazmente hace varias décadas». Posteriormente ensalzaría aún más todas estas aberraciones militares de los EEUU alrededor del mundo.

Se le volaron los tapones y dio rienda suelta a su pensamiento imperialista

Luego, pronunció palabras que hubieran emocionado a cualquier nazi: «Enfrento al mundo como lo es, y no puedo cruzarme de brazos ante amenazas contra estadounidenses. Que no quede la menor duda: la maldad sí existe en el mundo… Menciono este punto, comienzo con este punto porque en muchos países hoy en día hay un profundo cuestionamiento del accionar militar, independientemente de la causa. Y a veces, a esto se suma una suspicacia automática por tratarse de Estados Unidos, la única superpotencia militar del mundo».

«Independientemente de los errores que hayamos cometido, hay un hecho clarísimo: Estados Unidos de Norteamérica ha ayudado a garantizar la seguridad mundial durante más de seis décadas con la sangre de nuestros ciudadanos y el poderío de nuestras armas. El servicio y sacrificio de nuestros hombres y mujeres de uniforme han promovido la paz y prosperidad desde Alemania hasta Corea, y permitido que la democracia eche raíces en lugares como los países balcánicos. Hemos sobrellevado esta carga no porque queremos imponer nuestra voluntad. Lo hemos hecho por un interés propio y bien informado: porque queremos un futuro mejor para nuestros hijos y nietos, y creemos que su vida será mejor si los hijos y nietos de otras personas pueden vivir en libertad y prosperidad».

Así describe Obama los genocidios perpetrados por los EEUU y sus lacayos en América Latina, Africa, y Asia.

Obama: un monstruo propio de la literatura de George Orwell

«Entonces, sí, los instrumentos de la guerra tienen un papel en mantener la paz. Sin embargo, este hecho debe coexistir con otro: que independientemente de cuán justificada, la guerra conlleva tragedia humana. La valentía y el sacrificio del soldado están llenos de gloria, expresan devoción por la patria, la causa y los compañeros de armas».

Por momentos, Obama parecía citar a George Bush: «Yo, como cualquier jefe de Estado, me reservo el derecho de actuar unilateralmente si es necesario para defender a mi país. El mundo respaldó a Estados Unidos tras los ataques del 11 de septiembre y continúa apoyando nuestros esfuerzos (sic) en Afganistán».

En otras ocasiones parecía citar a Cantinflas: «Es más, Estados Unidos -de hecho ningún país- puede insistir en que otros sigan las normas si nosotros nos rehusamos a seguirlas. Pues cuando no lo hacemos, nuestros actos pueden parecer arbitrarios y menoscabar la legitimidad de intervenciones futuras, por más justificadas que sean».

Obama también se paseó por las «invasiones humanitarias»: «Creo que se puede justificar la fuerza por motivos humanitarios, como fue el caso en los países balcánicos o en otros lugares afectados por la guerra».

«Los generales son decididos y valientes, los pueblos son ambivalentes»

Para Obama, «en muchos países, hay una brecha entre los esfuerzos de los militares y la opinión ambivalente del público en general. Comprendo por qué la guerra no es popular. Pero también sé lo siguiente: la convicción de que la paz es deseable rara vez es suficiente para lograrla. La paz requiere responsabilidad. La paz conlleva sacrificio. Es por eso que la OTAN continúa siendo indispensable… Es por eso que les rendimos homenaje a quienes regresan a casa de misiones de mantenimiento de la paz y entrenamiento en el extranjero, en Oslo y Roma; Ottawa y Sydney; Dhaka y Kigali; los homenajeamos no como artífices de guerra sino como promotores, como promotores de la paz». ¿Será por esa misma razón que Obama protege a los torturadores de la CIA y evita que se publiquen fotografías de sus repugnantes acciones en pos de la «paz»?

Contra Irán y Corea del Norte

Recurriendo a una retórica racista Obama planteó que «En algunos países, la excusa para no defender los derechos humanos es la falsa sugerencia de que éstos son principios occidentales, extraños a culturas locales o etapas de desarrollo de una nación».

Y llegando al colmo de la provocación, Obama insultó a las víctimas de todos los golpes de Estado patrocinados por los EEUU, y de todas las dictaduras apoyadas por el imperialismo. «Estados Unidos nunca ha librado una guerra contra una democracia, y nuestros amigos más cercanos son los gobiernos que protegen los derechos de sus ciudadanos».

La importancia del diálogo con los estalinistas

Obama señaló que no sólo con la violencia pura y dura se logran los objetivos de los EEUU, sino también con la colaboración de direcciones traidoras como el estalinismo: «la reunión de Nixon con Mao parecía inexcusable, pero no hay duda de que ayudó a llevar a China por un camino en el cual millones de sus ciudadanos han podido salir de la pobreza y conectarse con sociedades abiertas… Los esfuerzos de Ronald Reagan por el control de armas y la aceptación de la perestroika no sólo mejoraron las relaciones con la Unión Soviética sino que les otorgó poder a disidentes en toda Europa Oriental».

Burla a las reivindicaciones nacionales del pueblo palestino

Obama minimizó a un problema meramente ideológico la lucha anticolonial que libra el pueblo palestino contra el sionismo: «no debería sorprendernos que la gente tema perder lo que aprecia de su identidad particular: su raza, su tribu y quizá más que nada, su religión. En algunos lugares, este temor ha producido conflictos. A veces, incluso parecemos estar retrocediendo. Lo vemos en el Oriente Medio, donde el conflicto entre árabes y judíos parece estar agravándose».

De la justificación de las invasiones y genocidios imperialistas al canto al amor

Hacia el final del discurso, Obama empezó a hacer corto circuito. Habló de que aunque era impracticable, debía guiarnos el «amor de Gandhi y King». «Aspiremos al mundo que debería existir: esa chispa de divinidad que aún llevamos como inspiración en el alma», dijo. E inmediatamente pasó a dedicarle sus palabras a los invasores yanquis: «Hoy en algún lugar, en estos precisos momentos, en el mundo como lo es, un soldado ve que alguien lo sobrepasa en potencia de fuego pero permanece firme para mantener la paz».

Sin dudas, el peor y más delirante discurso que haya dado Premio Nobel de la Paz alguno.

11/12/09

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