El fracaso de Obama
Síndrome Afganistán: El Talibán desafía y se agudiza la derrota USA-OTAN
Según sus propios comandantes, EEUU y la OTAN van perdiendo la guerra militar de ocupación en Afganistán, y esta situación no solamente profundiza el enfrentamiento interno entre los sectores ultra conservadores y la administración demócrata que maneja la agenda exterior, sino que también desacomoda a sus aliados de la OTAN, que no saben cómo escapar del pantano. La nueva escalada militar fracasada de Obama a su vez dispara el «síndrome Afganistán» en EEUU y Europa cuyas sociedades profundizan cada vez más el rechazo a la guerra de ocupación en Irak y Afganistán. La reciente destitución del comandante militar, general Stanley McChrystal, tensionó aún más la situación y agudiza la sensación de derrota militar que se vive en EEUU y en las potencias implicadas en las políticas de ocupación.
Informe especial
IAR Noticias/
Sumando más presión a la sensación de derrota que viven los jefes militares de la ocupación en Afganistán, la resistencia Talibán descartó negociar con el gobierno colaboracionista o con las fuerzas USA-OTAN, no obstante que generales estadounidenses y británicos estarían dispuestos a abrir la puerta del diálogo tras el alejamiento del ex comandante militar, general Stanley McChrystal, destituido por considerar como un «fracaso» la estrategia de Washington en el país ocupado.
La guerra de ocupación en Afganistán sobresale nítidamente como el frente más «peligroso» para el eje ocupante EEUU-OTAN, cuyas tropas se encuentran sometidas a una feroz y sangrienta ofensiva de los talibanes que ya controlan más del 70% del país, según organizaciones internacionales que actúan en la región.
El portavoz de la resistencia Talibán, Zabiullah Mujahid, le dijo a la cadena BBC que su agrupación tiene la ventaja en la guerra y que está segura de obtener la victoria.
El anuncio Talibán apunta a la opinión pública estadounidense -y europea- cada día más reticente a que las tropas occidentales permanezcan en el polvorín afgano, donde los ataques de los talibanes se multiplican y han dejado cientos de muertos y heridos, civiles y militares, en los últimos meses.
El temor generalizado en Europa y EEUU es que una ofensiva indefinida, como en Irak, termine demostrando que algunas guerras (como la sangría estadounidense en Vietnam, entre 1958 y 1975) son imposibles de ganar, incluso para la maquinaria bélica de EEUU.
«No queremos hablar con nadie, ni con (el presidente Hamid) Karzai ni con ningún extranjero, hasta que las fuerzas extranjeras se retiren de Afganistán», afirmó el vocero d e la resistencia Talibán.
Las declaración se producen luego que varios comandantes estadounidenses y el jefe del ejército británico, el general David Richards, sugirieran que podría ser útil negociar con el Talibán.
Los talibanes señalan que van seguir con los combates atentos a las señales de que Washington y sus aliados ya están estudiando un repliegue de Afganistán.
«Estamos seguros de que estamos ganando. ¿Por qué deberíamos hablar si tenemos la ventaja, las tropas extranjeras están considerando la posibilidad de retirada y hay diferencias en las filas de nuestros enemigos?», agregó el portavoz.
Según la BBC, el Talibán estima que los estadounidenses han caído en un abismo tras la destitución del comandante de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el general Stanley McChrystal.
Aumentando la presión, combatientes talibanes asaltaron el miércoles una base militar extranjera en la localidad de Jalalabad, en el noreste del país, según informaron fuentes del Gobierno local y de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), la misión liderada por la OTAN en Afganistán.
En este escenario ofensivo la resistencia Talibán considera cualquier sugerencia de posibles negociaciones como un signo de debilidad de la OTAN.
Según la cadena británica, muchos afganos sienten un profundo disgusto por la presencia de fuerzas extranjeras en el país y comparten la opinión de que esas tropas están desorganizadas y están perdiendo la guerra.
Uno de los mayores desafíos que enfrenta David Petraeus, quien reemplaza a McChrystal como comandante de la OTAN en Afganistán, es tratar de cambiar esta percepción.
Obama fijó julio de 2011 como fecha para el comienzo de la salida de las tropas norteamericanas, pero el ritmo de ese plan dependerá de las condiciones sobre el terreno, consideró el propio general Petraeus que tomó el mando tras la destitución del general McChrystal .
El miércoles el general Petraeus declaraba, en una presentación ante el Senado para ser ratificado como nuevo comandante en Afganistán, que «pasarán años» antes de que el Ejército afgano pueda asumir el control de las tareas de seguridad en su propio país.
El general señaló en el Congreso que el compromiso de EE UU con Afganistán es «duradero». «Pero mi impresión es que los duros combates continuarán; incluso pueden ser más intensos en los próximos meses»,añadió.
«A medida que despojamos al enemigo de sus santuarios y reducimos su libertad de acción, los insurgentes lucharán cada vez más», admitió Petraeus.
Petraeus -actualmente jefe del comando regional que cubre todo el Próximo y Medio Oriente- se mostró proclive al plan de retirada de Afganistán propuesto por el presidente Barack Obama, pero dejó la puerta abierta a una prolongación o retraso de los plazos.
La fracasada escalada militar de Obama, a su vez, dispara el «síndrome Vietnam» en EEUU y Europa cuyas sociedades profundizan cada vez más el rechazo a la guerra de ocupación en Irak y Afganistán.
No obstante las muestras de «optimismo» para la prensa, las potencias aliadas retacean en la práctica el envío de más tropas atendiendo al rechaza generalizado -tanto en EEUU como en Europa- que produce la nueva escalada militar imperial en Afganistán.
Por distintas razones, la escalada militar de Obama, además de poner en ridículo el Nobel de la Paz que le entregaron, recibe críticas tanto de los republicanos como de los demócratas (su propio partido) y de los propios votantes que lo eligieron creyendo en sus promesas de «terminar con la guerra».
Las dudas hacia la nueva estrategia surgen incluso del gobierno colaboracionistas de Kabul.
Por distintas razones, la fracasada escalada militar de Obama, además de poner en ridículo el Nobel de la Paz que le entregaron, recibe críticas tanto de los republicanos como de los demócratas (su propio partido) y de los propios votantes que lo eligieron creyendo en sus promesas de «terminar con la guerra».
Curiosamente, el que mejor describió una derrota potencial de EEUU en Afganistán fue el destituido comandante militar de la OTAN en Afganistán, el general estadounidense Stanley McChrystal.
En la primera semana de septiembre de 2009, Stanley McChrystal había pedido al Pentágono en un informe, revisar la «estrategia» de las fuerzas extranjeras ocupantes para combatir a los talibanes.
El jefe militar de la OTAN en Afganistán advirtió en dicho documento remitido al Departamento de Defensa de EEUU, que si no recibía más tropas EEUU corría el riesgo de fracasar y ser derrotado en Afganistán.
El alto jefe militar estadounidense describíó el poder del «Gobierno en la sombra» de los talibanes que siguen capitalizando las debilidades de las tropas ocupantes y del gobierno colaboracionista afgano
IAR Noticias 02/07/10