La otra cara de la guerra
Operaciones encubiertas: La filtración de secretos militares acorrala a Obama
Un resumen de documentos militares secretos filtrado a la prensa internacional por una organización en Internet reveló distintas facetas de operaciones encubiertas de EEUU en distintos escenarios de ocupación, principalmente Afganistán, poniendo a la administración Obama en la disyuntiva de tener que responder a lo que ya se vislumbra como un fracaso de sus estrategia en todos los frentes. La filtración de secretos militares, revela en diversos niveles, un fracaso rotundo de todas las líneas de aplicación de la política militar de Obama, y lo expone al riesgo de perder la mayoría parlamentaria en noviembre, y quedar expuesto a todo tipo de operaciones desestabilizadoras que podrían terminar en su destitución antes de finalizar el mandato.
Informe especial
IAR Noticias/
Una serie de informes revelados a la prensa internacional detallan acciones de comando y operaciones encubiertas fallidas, doble juego de los servicios pakistaníes, y muertes de civiles de las que nunca se informó públicamente, que ponen al descubierto los flancos débiles de la ocupación militar en Afganistán.
La organización Wikileaks, que impulsa la difusión de informaciones secretas, revela parte de lo que se menciona en unos 90.000 informes militares secretos estadounidenses sobre Afganistán, que fueron filtrados el fin de semana a varios diarios y cadenas televisivas de EEUU y Europa.
Los informes son coincidente con las advertencias de la CIA y del último comandante militar de EEUU quien fuera destituido por opinar públicamente sobre la ineptitud de Obama y de sus funcionarios para controlar el país ocupado desde el 2001.
Las filtraciones de Wikileaks acorralaron al presidente Barack Obama, que el miércoles se vio obligado a hablar en persona de este caso y de cómo afecta a toda su estrategia en Afganistán.
Los propios demócratas cuestionaron a Obama y su política militar al aprobar en el Congreso la concesión de US$33.000 millones para sufragar el envío de 30.000 soldados adicionales.
La iniciativa fue aprobada por 308 votos a favor y 114 en contra, mientras, la Casa Blanca mandaba mensajes contradictorios para calmar a los legisladores de a su propio partido preocupados por el efecto de las filtraciones sobre las elecciones parlamentarias de noviembre.
Y hay un punto clave en la preocupación: La administración Obama, bajoneada a niveles notables en las encuestas, puede perder su mayoría parlamentaria en ambas cámaras del Congreso.
En este escenario, Afganistán, y lo que ya se interpreta como el fracaso de la estrategia de ocupación militar en Afganistán pende como una espada de Damocles sobre la cabeza del gerente negro del Imperio. Y las filtraciones de los reveladores informes es casi un golpe de gracia electoral camino a las elecciones de noviembre.
Obama salió a expresar su «preocupación» por la cadena de secretos militares difundidos a la opinión pública.
La estrategia de los demócratas para capear el temporal consiste en crear confusión y advertir que los informes ponen «en peligro» a las tropas norteamericanas en el terreno de la ocupación.
Para tratar de neutralizar el desgaste político de Obama, afirman que los informes revelados por Wikileaks son todos de la era Bush, y que la administración Obama ha orientado una política para superar los errores y corregir el rumbo de la ocupación y el combate contra los Talibanes.
Según la conclusión de periodistas estadounidenses sobre los informes, y coincidiendo con las declaraciones del destituido jefe militar de Afganistán, general Stanley McChrystal, los documentos describen a una resistencia Talibán «resistente y astuta» que está derrotando a las fuerzas estadounidenses a través de una guerra de desgaste.
Se trata de 90.000 folios de documentos filtrados donde se recoge el listado de incidentes e informes del conflicto, y se trata de la mayor filtración de documentos oficiales de la historia militar estadounidense.
De acuerdo con los documentos, los talibanes eligen cuándo, cómo y dónde luchar, usando técnicas de sabotaje y engaño, así como tácticas de manipulación psicológica sobre los oficiales y los civiles afganos, bien a través de amenazas, carisma, violencia, dinero, fervor religioso o llamamientos populistas.
Los informes, elaborados entre enero de 2004 y diciembre de 2009 representan, a juicio del jefe de la sección de la investigación del Guardian, David Leigh, «lo que podría ser la mayor filtración en la historia de los servicios de Inteligencia».
Wikileaks no revela habitualmente sus fuentes de información pero en este caso sí las describe:Señala que obtuvo los documentos de un conjunto de analistas e informantes distribuidos por muchas unidades de la inteligencia militar.
The Washington Post denunció recientemente, después de dos años de investigación, la existencia de un «Top Secret America» donde decenas de agencias federales y de subcontratistas privados acumulan información confidencial que luego sirve para posicionarse en el poder o hacer negocios.
El punto, dicen los analistas y la prensa estadounidense, es que la filtración suena a una operación de relojería orientada a sepultar lo que el queda de aceptación popular a Obama, con la finalidad de liquidar su mayoría en el Congreso y dejarlo a la merced de la estrategia republicana y conservadora.
La filtración de secretos militares, revela en diversos niveles, un fracaso rotundo de todas las líneas de aplicación de la política militar de Obama en todos los frentes de ocupación.
Y sirve para para alimentar la tesis ultraconservadora, lanzada por Cheney y varios líderes republicanos, de un Obama «débil» y carente de experiencia que pone en riesgo la «seguridad nacional» de EEUU.
Todas las estimaciones coinciden en que los aliados van perdiendo la guerra militar de ocupación en Afganistán, y esta situación no solamente profundiza el enfrentamiento interno entre los sectores ultra conservadores y la administración demócrata que maneja la agenda exterior, sino que también desacomoda a sus aliados de la OTAN, que no saben cómo escapar del pantano.
La nueva escalada militar fracasada de Obama a su vez dispara el «síndrome Afganistán» en EEUU y Europa cuyas sociedades profundizan cada vez más el rechazo a la guerra de ocupación en Irak y Afganistán.
La reciente destitución del comandante militar, general Stanley McChrystal, tensionó aún más la situación y agudiza la sensación de derrota militar que se vive en EEUU y en las potencias implicadas en las políticas de ocupación.
Todo este escenario, convierte a la filtración de documentos militares secretos en una potencial bomba de tiempo electoral para Obama, que, en caso de perder la mayoría parlamentaria, quedaría metido en una encerrona y expuesto a las operaciones desestabilizadora de los ultra halcones, que podrían, incluso, derivar en sus destitución por medio de un juicio político.
IAR Noticias 30/07/10