Las Naciones Unidas protegen a Uribe y a Israel (Marwan Tahbub)
Las Naciones Unidas otorga protección a Uribe y a Israel
A raíz de la condena internacional casi unánime de la piratería cometida por Israel contra la misión humanitaria de la “Flotilla de la Libertad” por llevar ayuda humanitaria a la cercada Franja de gaza, perece que se ha logrado un entendimiento (en el último y recién viaje de Netanyahu a Washington) que se ha reflejado en la sorpresiva aceptación de Tel-Aviv de una comisión internacional de investigación y la designación de parte de Ban Ki – Moon de los miembros de esta comisión. El hecho pretende proteger a Israel como al saliente presidente de Colombia.
Dicha Comisión será presidida por Geoffrey Palmer, ex primer ministro de Nueva Zelanda y Álvaro Uribe Vélez, presidente saliente de Colombia, como vicepresidente de la comisión. Otros dos miembros serán designados por los litigantes; Turquía e Israel.
Para todos es conocida la estrecha relación de la oligarquía colombiana con Israel, su industria militar, sus servicios de inteligencia, desde hace tres décadas. El entrenamiento israelí a los para militares y sus nexos con el narco tráfico, como con el tráfico de armas ha producido varios escándalos. Estas relaciones tuvieron un considerable auge durante las dos presidencias de Álvaro Uribe, solo hay que recordar los ocho aviones de combate Kfir que Colombia recibió el años pasado del gobierno de Israel y los tres recibidos este años como el acuerdo firmado entre ambas partes para la modernización del arma de aviación colombiana de parte de la industria militar israelí. En este contexto cabe señalar la proliferación en Colombia de las Empresas Privadas de Seguridad (esta es la nominación que el neoliberalismo da a los mercenarios) con participación israelí para reclutar, en América Latina, mercenarios para combatir junto con el ejercito de EE.UU. en el ocupado Irak. Dicho de otro modo, de entre cuatro miembros de la comisión, Israel tiene que nombrar uno en su representación para ya tiene otro; El Vicepresidente de la Comisión, Álvaro Uribe y por lo tanto no resulta difícil suponer el resultado de la investigación.
Muchos medios alternativos de información han estado apuntando últimamente a la posibilidad de que EE.UU. pueda llegar a solicitar la extradición de Uribe en base a los informes de sus cuerpos de seguridad que lo relacionan directamente con las actividades del narco tráfico cuando aún era senador. Parece que el optimismo sigue siendo de signo progresista. Esto es apropiado cuando se trata de los propios objetivos y tareas, pero es del todo negativo cuando se quiere visualizar los de la otra parte. Tony Blair, otro de los que tienen que ser sometido a un juicio penal internacional, por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Irak, hace tiempo que está blindado dentro de su cargo actual como enviado económico especial del Cuarteto para la solución del problema palestino.
Este artículo no es el lugar de enumerar los crímenes cometidos por Uribe, pero todos sabemos que ha causado miles de desapariciones forzadas, torturas, masacres, asesinatos políticos, desplazamiento forzado, exilio, etc., ahora es el encargado de investigar si sus socios y cómplices en Tel-Aviv han violado los preceptos del Derecho Internacional al atacar con su poderoso ejército una flotilla humanitaria en aguas internacionales. Esto va más allá que un chiste de mal gusto, va más allá de solo cuestionar el rol personal del actual Secretario General de las Naciones Unidas, sino es, tal como lo hace el padre Miguel d’Escoto, de cuestionar el propio máximo órgano internacional después de haber presidido la Asamblea General y conocer la podredumbre imperante en las NN.UU.
Esto es, también, para cuestionar muchas de las instituciones internacionales. En este sentido América Latina ha sido pionera en muchos aspectos. La OEA ha sido impuesta al continente desde el imperio del norte, para que sirva a sus intereses y ha sido fiel en cumplir esta tarea. Ha sido el instrumento para excomulgar a Cuba y aplicarle el criminal boicot que se mantiene hasta ahora. Y, en los últimos días, ha sido el instrumento para que el mismo Uribe, denunciara falsamente a Venezuela de cobijar en su territorio a campamentos de las FARC. Pero nuestro continente ha reclamado ya una OEA sin la presencia de EE.UU. Es hora de transformar esto en realidad.
Hace varias décadas, desde EE.UU. se dijo en referencia a otro dictador servil a Washington, Somoza, que “Sí, es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. Esto parecía más que una sentencia, una norma del imperio en aplicación de su derecho colonial. Ahora vuelve a aplicar esta normativa respecto a Álvaro Uribe. ¿Hasta cuándo?
Marwan Tahbub
UIT Ci 04/08/10