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Cristina declara el default a los jubilados

Cristina declara el default a los jubilados

“En tres meses entraríamos en default”. De esta forma, haciendo terrorismo mediático contra los jubilados, Cristina cuestionó la aprobación en la Cámara de Diputados del 82% móvil y la actualización de las jubilaciones ordenada por la Corte. “Es un proyecto que perjudica a los argentinos”, fue otra de sus frases, adelantando que si el Senado no lo frena, lo vetará. Mientras, por otro lado, anunciaba: “cumplimos el Bicentenario con un crecimiento del 9%, a tasas chinas”, y “se vienen 10 años de redistribución del ingreso”.

Nunca ha quedado tan clara la nefasta política de este gobierno autodenominado “nacional y popular” y en “defensa de los derechos humanos”. ¡Vetar a los jubilados! ¡Declararles el default mientras se paga puntualmente la usurera e ilegítima deuda externa!

Siempre hemos dicho que no habrá jubilaciones ni salarios dignos, salud, educación o vivienda, si se sigue pagando la deuda externa. Amigo lector, ¿usted qué opina? ¿Los jubilados deben seguir ganando una miseria para que se pueda pagar una deuda que viene de la dictadura o hay que suspender inmediatamente esos pagos para que aquellos puedan vivir dignamente? El gobierno optó por la primer variante. Encima, miente, diciendo que no hay plata para financiar la medida. ¡Plata hay!

En lo que va del año, el ANSeS acumuló un superávit de $11.700 millones. Se podrían obtener más fondos si el gobierno restituyera los aportes patronales sacados por Cavallo en los 90. O si nacionalizara la banca para evitar la fuga de capitales que, desde 2007, ascendió a 52.000 millones de dólares, siete veces más de lo que se necesita para darle lo que se votó a los jubilados. Pero no lo hace. Lo cierto es que, con el peronismo de los Kirchner, los últimos tres aumentos representaron un 20% para los jubilados cuando los precios subieron el 30. Demostrando que la “movilidad” aprobada por el oficialismo es un verdadero robo.

Viendo la difícil contienda electoral que le espera en 2011, el gobierno apela a frases abarcativas y motivadoras. Kirchner convocó a una “alianza policlasista entre trabajadores, clase media y empresarios nacionales”. Una trampa mortal que siempre aplicó el peronismo, destinando la riqueza para las grandes patronales, multinacionales y el imperialismo, y migajas para los de abajo. Y desde hace rato ya se acabaron hasta las migajas. Con esa “alianza”, los trabajadores y el pueblo cada vez pierden más: antes con la convertibilidad y ahora con un “crecimiento” con inflación que, desafiando la ley de la gravedad, sólo derrama para arriba. Política que defiende a rajatabla el titular de la CGT, Hugo Moyano.

Mientras Camioneros bloqueó las plantas de Techint -patronal enfrentada con el kirchnerismo-, Moyano salió a defender la inflación y a plantear que no hay que reabrir las paritarias. “Una inflación controlada no es perjudicial para el hombre de trabajo que todos los años recupera su poder adquisitivo. Peor es la inflación cero con ajuste”, dijo. Moyano habla como si ya estuviera en la Casa Rosada. Varias veces dijo que un hombre del “movimiento obrero” (es decir, un burócrata sindical) puede llegar a la presidencia. Pero ya tuvo sus problemas, no por acceder al sillón de Rivadavia, sino para asumir como jefe del peronismo bonaerense, donde este martes se volvieron a mostrar en La Plata las patotas sindicales del PJ, ese partido que los Kirchner quieren hacer pasar como que “respeta las opiniones y está abierto a la diversidad”.

Moyano dijo tres grandes mentiras, que aquí refutamos. Primero, la inflación no está “controlada”. Es una de las tres más altas del mundo. Segundo, no es cierto que los trabajadores están recuperando su poder adquisitivo. Porque los precios aumentan todos los días y los salarios lo hacen una vez al año o, a lo sumo, cada seis meses, en cuotas, y menos que la inflación. Tercero, la disyuntiva entre “esta inflación o los despidos de los 90” es falsa. Porque hay una tercera salida, que es lograr salarios y jubilaciones dignas, aplicar la Ley de Abastecimiento a los monopolios remarcadores de precios, combatir con verdaderos planes de lucha a las patronales, prohibir los despidos por ley, estatizar toda empresa que lo haga, reestatizar las privatizadas y dejar de pagar la deuda externa. Es decir, otro modelo obrero y popular que, por supuesto, a Moyano no se le pasa por la cabeza.

Tampoco a la CTA. Enfrascada en su pelea interna en vistas a sus próximas elecciones del 23 de septiembre, no mueve un dedo. No llama a reabrir las paritarias en sus gremios, como docentes. El paro de ATE de este 26 es aislado, sin ningún plan de lucha. Los trabajadores del Subte reclaman el 35%. ¿Por qué la CTA no llama a sus gremios a luchar por ese porcentaje? Porque defiende a este gobierno.

El segundo semestre del año ha sido el más conflictivo. Y ahora hay un rebrote de luchas que pone los pelos de punta a la UIA. El gobierno, la CGT y CTA le aseguran a las patronales que no habrá reapertura de paritarias. Pelea que ya está en curso y abarca a Bancarios, Luz y Fuerza y gremios del Transporte, que están discutiendo nuevos aumentos. Se movilizan los judiciales de provincia de Buenos Aires y amenazan con un paro. Para Sanidad. 5.000 personas se movilizaron en Rosario en apoyo a los obreros de Paraná Metal ante el temor del cierre de la planta abandonada por el empresario K Cristóbal López. Siguen reclamando los tercerizados del Roca. ¿No es hora de que la CGT y CTA rompan el pacto con el gobierno y las patronales y llamen a un plan de lucha nacional por el salario y contra los despidos?

Hay que bregar por la más amplia unidad de acción para impulsar asambleas y plenarios de delegados. Para exigir un aumento salarial y jubilatorio de emergencia y que se indexen de acuerdo al real costo de vida, que se reabran las paritarias, el 82% móvil del mejor salario de los últimos diez años y que se prohíban los despidos. Pelea que hay que dar también en el terreno político con la unidad de la izquierda. Contra el peronismo de los K, el peronismo disidente, la UCR, Coalición Cívica, PRO y las medias tintas de la centroizquierda.

El Socialista 25/08/10