El sufrimiento como castigo (Aborto)
Dos denuncias de mujeres que fueron atendidas en hospitales de la provincia coinciden en que ante la sospecha de un aborto espontáneo les realizaron un legrado sin anestesia. Dijeron que los médicos las atendían de ese modo para que sientieran dolor.
El maltrato de los médicos por casos de abortos espóntaneos aparece como una práctica habitual.
En hospitales de la provincia de Buenos Aires se practican legrados sin anestesia a mujeres que llegan con abortos espontáneos, una práctica cruenta y que constituye una de las expresiones de la violencia obstétrica que se está empezando a visibilizar. En la Defensoría del Pueblo bonaerense recibieron ya dos denuncias, pero estiman que los casos podrían ser muchos más. Los testimonios de las víctimas están reflejados en el último informe del Observatorio de Violencia de Género del organismo, que acaba de presentarse. “Una de las conductas más frecuentes en violencia obstétrica es la omisión de anestesia cuando se realiza un legrado ante la sospecha de un aborto autoprovocado. A modo de castigo hacia las mujeres las atienden así, para que sientan dolor. Pero las mujeres que sufren este tipo de prácticas tienen miedo de denunciar por la misma situación de criminalización del aborto, porque temen ser ellas denunciadas”, señaló a Página/12 Laurana Malacalza, coordinadora del Observatorio.
Las denuncias tienen que ver con la atención que recibieron dos mujeres, una en el Hospital Nacional Posadas, ubicado en la localidad de El Palomar, y la otra en el Hospital Interzonal de Ezeiza. “La médica me dijo que el dolor era para que aprenda, me decía que si no me quedaba quieta, me iba a sacar el útero, además de amenazarme con denunciarme por aborto y retenerme ilegalmente en el hospital”, contó una de las denunciantes, que fue atendida el 10 de diciembre en el Hospital Interzonal de Ezeiza. La mujer ingresó por la guardia a las 7 de la mañana y le practicaron el legrado sin proveerle anestesia, según relató.
El otro hecho tuvo lugar el 8 de enero de 2013. La mujer, de 25 años, contó que ingresó por la guardia al Hospital Posadas luego de sufrir un aborto espontáneo y fue derivada a la guardia obstétrica, donde la atendieron dos médicos, que le advirtieron que tenía que aguantar, que le iba a doler y agregaron: “Si esto sale bien, nos debés una docena de empanadas”. La mujer no fue atendida en un quirófano. De acuerdo con la denuncia, tampoco le suministraron anestesia para realizarle el legrado. Las dos denuncias llegaron al Observatorio a través de la ONG “Aborto: más información, menos riesgos”, adonde se contactaron las víctimas.
La semana pasada, el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires anunció una campaña que se llevará a cabo en hospitales para sensibilizar a los profesionales sobre la violencia obstétrica. También difundirán en salas de espera los derechos que tienen las mujeres durante el embarazo, el parto y si piden atención tras un aborto. Las situaciones de violencia obstétrica, tanto ocurran en hospitales públicos como en instituciones privadas, se podrán denunciar en la línea gratuita de la Defensoría del Pueblo, 0800-222-5262. También se puede recurrir al 0221-429-2968, del Programa de Prevención de la Violencia del Ministerio de Salud.
Además de la atención de legrados sin anestesias, también la violencia obstétrica se observa con la omisión de información sobre las distintas intervenciones médicas que pudieran tener lugar durante esos procesos, de manera que la paciente pueda optar libremente cuando existieran diferentes alternativas, agregó la coordinadora del Observatorio. En el organismo recibieron 13 denuncias en total por distintas situaciones desde el año pasado. “Entendemos que los casos son muchos más, pero no se denuncian en buena medida por desconocimiento, no sólo de la posibilidad de denunciar sino de cuáles son los derechos que es necesario defender”, explicó Malacalza.
La violencia obstétrica está definida en la Ley Nacional 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos que desarrollen sus relaciones interpersonales, sancionada en 2009. Es “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales”, por ejemplo, durante el proceso de parto.
Malacalza recordó que en la Guía de Mejoramiento de la Calidad de Atención Post-Aborto, del Ministerio de Salud de la Nación, se recomienda la utilización de la técnica AMEU –aspiración manual endouterina– para el tratamiento de casos de aborto incompleto, ya que se la considera menos invasiva y más segura que los procedimientos quirúrgicos.
El último Informe del Monitoreo de Políticas Públicas y Violencia de Género del Observatorio, que funciona dentro de la Defensoría del Pueblo provincial, dedica un capítulo a la problemática de la violencia obstétrica. Desde el organismo están promoviendo la conformación de una mesa de trabajo intersectorial con el Ministerio de Salud provincial, entre otros actores, para avanzar con lineamientos claros en los hospitales de políticas respetuosas de la legislación vigente, explicó Malacalza.
Kaos 21/06/14