Palestina: otro Holocausto
Escrito por Nyls Gustavo Ponce Seoane
Hace decenas de años, casi inmediatamente después de La Segunda Guerra Mundial, en todos los medios de difusión masiva, que ahora incluyen Internet y todas sus posibilidades, se han reflejado , de acuerdo con los hechos y el momento, diferentes palabras claves relacionadas con un mismo lugar geográfico y su triste, convulsa y trágica historia:
Palestina, Israel, EEUU, ONU, palestinos, israelíes, genocidio, Sabra y Shatila, Intifada, Holocausto, Franja de Gaza y otras que se han propalado sucesivamente por el mundo, formando parte de cables de agencias informativas, repórteres, noticias, reportajes, crónicas, comentarios y artículos de opinión donde son obligatoriamente incluidas y citadas.
Pero tanto estas palabras, como las decenas de miles de muertos, mutilados y heridos (mayoritariamente civiles, mujeres y niños) que las han acompañado, quizás se hubieran podido evitar si la comunidad internacional hubiera apoyado el voto y la Declaración de Cuba en 1947, con sus sólidos y proféticos argumentos, en oposición al l Plan de la partición de Palestina presentado por Inglaterra y otras naciones mandatarias en el seno de las Naciones Unidas.
El 28 de Noviembre de 1947, el representante oficial cubano y Jefe de su delegación en la ONU, Dr. Ernesto Dihigo, dio a conocer, junto a la Declaración y para reforzarla, el voto en contra de la delegación cubana en el seno la Asamblea General de ese Organismo que fijó la posición de Cuba ante la propuesta británica.
Las principales razones, y evidencias expuestas en la Declaración fueron (cito):
– “Cuba ha demostrado su simpatías hacia los hebreosy aprecio por sus cualidades, pues ha admitido en su territorio a miles de ellos, que hoy viven entre nosotros libres y tranquilamente, sin discriminaciones, ni prejuicios, pero no podemos votar aquí conforme a sus deseos, porque consideramos que la partición de Palestina es contraria al derecho y la justicia.”
-“… la base inicial de toda su reclamación,…, a juicio nuestro, carece por completo de valor jurídico, pues el Gobierno Británico ofreció en ella una cosa de la cual no tenía derecho a disponer, porque no era suya.”
-“…la misma prometió a los hebreos un “hogar” nacional en Palestina, dejando a salvo los derechos civiles de la población árabe; pero no un estado libre, cuya creación forzosamente representaría una violación de esos derechos que se trató de salvaguardar.”
– “ Cabría preguntar si la Sociedad de Naciones podría, en justicia, hacer lo que hizo, o sea, ordenar el establecimiento de un hogar nacional judío con las grandes consecuencias demográficas y políticas que ha tenido, en una tierra ajena, sin el consentimiento de sus habitantes
-“Y mal puede sostenerse que esos derechos no resultan perjudicados, cuando va a arrebatárseles a los nativos más de la mitad de sus territorios, y varios cientos de miles deárabes quedarán sometidos al gobierno hebreo, y colocados en una situación subordinada, allí, donde antes eran los dueños.”
-“… el proyecto es también contrario al derecho, porque va contra la libre determinación de los pueblos, …pues aquí se está disponiendo de la suerte de una nación, privándola de la mitad de su suelo nacional, el suelo que ha tenido durante muchos siglos, sin que se haya consultado para conocer su opinión.”
-“¿Por qué no se ha procedido de un modo democrático en este caso, consultando la voluntad de todo el Pueblo de Palestina? ¿Es que se ha temido que el resultado de la consulta fuera contrario a lo que de todos modos se quería hacer? Y, si esto es así, ¿Dónde están los principios, y donde está la democracia que continuamente invocamos?”
-“La Delegación de Cuba está firmemente convencida de que la paz verdadera y el mundo de justicia de que tanto hablaron los Grandes Líderes de la Segunda Guerra Mundial no depende de que ciertos principios fundamentales se inscriban en las convenciones y tratados, y allí queden como letra muerta; sino de que, llegado el momento oportuno, se cumplan por todos y para todos; grandes y pequeños; débiles y fuertes.”
-“… el plan aprobado tiene, sin duda alguna, carácter coactivo, como lo prueba el hecho de que por una de sus disposiciones, será considerado como una amenaza o violación de la paz y un acto de agresión,…cualquier tentativa de alterar por la fuerza el arreglo contemplado en la Resolución. Se trata, pues, de algo que se impone a la fuerza, no de una mera recomendación. Y como esto, a juicio nuestro, infringe la Carta, no podemos votar a favor del proyecto.”
“Por otro lado, consideramos que el proyecto es, además injusto. “El pueblo árabe ha tenido ininterrumpidamente, durante muchos siglos, el territorio de Palestina, y por los datos oficiales que se nos han presentado, al terminar la Primera Guerra Mundial constituía casi el 90% de la población total del país.”
-“…con todo respeto hacia la opinión de los hebreos, ellos son, a juicio nuestro extranjeros en la tierra Palestina.”
-“Pero, aun el caso de que los remotos antecesores de todos ellos hubieran vivido allí, es indudable que abandonaron dicha tierra hace tanto tiempo, al establecerse en otros países, que sus descendientes han dejado de pertenecer a Palestina”
-“El intimo y ferviente anhelo de los hebreos de volver a Palestina, tal vez por tradición, tal vez por razones místicas u obsesión religiosa, es algo que puede tener toda nuestra consideración y simpatía sentimental, pero que no constituye en opinión nuestra un título para que se les entregue lo que no les pertenece; y mucho menos, si para ello hay que despojar por la fuerza a otro con mas derecho.”
-“Que no se diga que a veces hay que aceptar una solución política aunque sea injusta, pues sobre la injusticia no se podrá nunca asentarse la paz y la cordialidad entre los pueblos.”
-“Por esas razones, tendremos que votar en contra del plan de partición, como ya lo hicimos en la Comisión, y una vez que lleguemos a formar nuestro criterio, nos consideramos en deber de manifestarlo por medio de nuestro voto, manteniéndolo con firmeza, a pesar de las gestiones y presiones que se han hecho en torno nuestro.”
28 de noviembre de 1947
Fue así como Cuba, en 1947, antes de la Revolución, junto a otras 12 naciones: Afganistán, Egipto, Grecia, India, Irán, Irak, Líbano, Pakistán, Arabia Saudita. Siria, Turquía y Yemen fue el único país en América que no votó a favor de la injusta partición de Palestina. Las grandes potencias, los EEUU y la URSS, votaron a favor.
El gobierno de Cuba de entonces, en un escenario político contradictorio y complejo, condicionado principalmente por las presiones oficiales y no oficiales externas, en primer lugar, del gobierno de los EEUU presidido por Harry Salomón Truman, y por las fuerzas de oposición internas de izquierda y progresistas, en segundo lugar, que abogaban también por la creación de un Estado Hebreo independiente en Palestina y que incluso contaban con la anuencia del Senado de La República, no se dejó dominar ni influenciar y votó en contra en el seno de la ONU.
Esta; cuestión, desde el punto de vista histórico, amerita ser ventilada mediante un objetivo y riguroso análisis siguiendo el pensamiento del Comandante Dr- Ernesto Guevara de la Serna quien en carta al expedicionario del Granma Pablo Díaz le planteara: que “cuando escribas de historia cíñete a la verdad como la mano al guante”.
Dentro del contexto histórico es necesario destacar que si una cosa no se le podía ni se le puede ni se podrá achacar o acusar a Cuba era y es la de ser antisemita, como suelen hacer los sionistas cuando encuentran oposición. Ni por la Declaración de 1947 en la ONU y su voto, ni por haber roto relaciones diplomáticas en 1974 con Israel, en el período revolucionario ya, en apoyo a Palestina por principio en el Movimiento de Países no Alineados,
Cuba, además de haber admitido a miles de hebreos en su seno, como afirmó nuestro embajador en la ONU, fue posiblemente la que mayor entendimiento y comprensión haya podido tener del genocidio por la que había acabado de pasar el pueblo hebreo durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuba, a finales del siglo XIX, unos 50 años antes de dicha cruenta Guerra, había perdido a la tercera parte de su población de aquellos tiempos (unos 500 000 habitantes), como consecuencia de la guerra por su independencia y la “Reconcentración de campesinos” durante la misma (1896-1898), ordenada por el gobierno burocrático-militarista colonial español.
Para evitar el apoyo de la población campesina a los independentistas insurrectos se ordenó concentrar en las ciudades, que se convirtieron así en verdaderos campos de concentración, a toda la población rural junto con todos sus animales, para cortar el abastecimiento a las tropas rebeldes.
Cientos de miles de personas por toda Cuba murieron de hambre y enfermedades convirtiéndose a posteriori aquella amarga experiencia en el embrión, el polígono de prueba y ensayo de lo que serían los campos de concentración de la Alemania nazi, donde murieron millones de hebreos.
No por gusto el eminente historiador cubano y creador de conciencia nacional, que tanto se necesita en estos momentos, Dr. Emilio Roig de Leuchsenring, reflejó este hecho histórico muy bien en un libro poco conocido que tituló “Weyler en Cuba. Un Precursor de la Barbarie Fascista” (La Habana, 1947). El título habla por si solo.
Los Holocaustos.
La palabra “holocausto” procede del griego olokaustos (de olo, ‘completamente’, y kaustos, ‘quemado’) que traduce una palabra hebrea que significa un sacrificio que se ejecutaba mediante el fuego como se atestigua en el Antiguo Testamento (Torah judía) donde se define como “…:holocausto es, ofrenda encendida de olor suave a Jehová” (Levítico, Cap. I. vrs. 9, 15, 17)
.
En el siglo XVI se empleó en el idioma inglés el término “holocaust” para significar catástrofes extraordinarias de incendios con gran cifra de víctimas.
En el siglo XVIII la palabra adquiere un significado más general: el de muerte violenta de un gran número de personas.
Winston Churchill, refiriéndoseal genocidio armenio perpetuado en Turquía en 1915, usó el término en su publicación El mundo en crisis,
En cuanto al genocidio proyectado para intentar exterminar a la totalidad de la población judía de Europa que culminó con la muerte de millones de ellos, los alemanes nazis lo llamaron “la solución final para la cuestión judía”.
En relación a la denominación de Holocausto para representar el genocidio de los de judíos europeos durante la Segunda Guerra Mundial los primeros en usar el término con ese significado específico fueron los historiadores hebreos de finales de la década de 1950.
La generalización del mismo se produjo en la segunda mitad de los años sesenta cuando la ONU rindió homenaje a las víctimas del Holocausto a partir de 2005, estableciendo el 27 de Enero como “Día Internacional de la Memoria de las Víctimas del Holocausto” (en conmemoración, ese día, de la liberación del campo de concentración de Auschwitz en 1945), y la Unión Europea sancionó una ley que entró en vigor a finales de 2007 penando la Negación del Holocausto.
Si se tiene en cuenta que por definición el genocidio es la aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos, religiosos o de otro tipo, no queda duda alguna de la sinonimia existente entre ambos términos.
Al hacer un breve recorrido por la Historia humana se constata que han existido genocidios u holocaustos a lo largo de la misma relacionados con invasiones de conquista, guerras y diferencias ideológicas como:
– las de Alejandro en Asia;
– la de los sarracenos en Europa;
– el exterminio de las poblaciones autóctonas amerindias por parte de conquistadores europeos, como la ocurrida en Cuba con su población indígena, que fue exterminada completamente.;
– la Inquisición; la noche de San Bartolomé.
– las masacres cometidas por Turquía contra los armenios, ya citada;
– la cometida por los norteamericanos en Hiroshima y Nagasaki.
– el bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos contra
Cuba.
– la de camboyanos a manos de los khmer rojos en la década de 1970,
– la de los tutsi por los hutu en Ruanda.
– la de los palestinos a manos de los israelíes a partir de 1948 hasta el presente, al ir invadiendo sus tierras paulatinamente.,
Han sido holocaustos de diferentes dimensiones y magnitudes, de todo tipo, pero holocaustos al fin, señalando que la ignorancia y el fanatismo hacen bárbaros a los hombres. Ninguno de ellos se ha de negar. Sería absurdo. Ni el que sufrieron los judíos, ni ningún otro.
Sin embargo, por su pretendida “exclusividad” y apoyo recibido de grandes potencias, cabe preguntarse, ¿Cuál ha sido el interés en especificar y subrayar un término determinado, exclusivo, sólo reservado al cometido contra los hebreos por los nazis y sus colaboradores?
Quizás lo primero que salta a la vista para una aparente justificación, teórica al menos, es la religión judía. Como se ha dicho los judíos, durante siglos, han hecho prácticamente de su religión su patria. Religión ésta en la cual sus libros sagrados son una verdadera joya literaria en cuanto a leyendas, símiles, parábolas e imágenes de prosa poética, han elevado la autoestima de ese pueblo considerándolo el preferido por Jehová (Dios), al que dará “esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates” (Génesis, Cap. 15, ver.18) y a la cual han denominado por esto “la tierra prometida”.
Empero, es hora de romper ciertos mitos y dar a conocer que los verdaderos orígenes de la gran mayoría de los “judíos” se remontan a los ‘jázaros’, que se cree provienen de los hunos, según historiadores.
Los jázaros llegaron a ser conocidos bajo ese nombre en las regiones del Sur de Rusia y montañas del Cáucaso donde vivieron como mercaderes, eran adoradores del falo y realizaban ritos de sacrificio humano.
Sobre el 740 DC el Rey Bulán de Khazaria (Jazaria), adoptó el judaísmo por razones políticas, para no desaparecer absorbido por los reinos cristianos al oeste y los musulmanes al este. De manera que el 90% de lo que hoy llamamos “judíos” descienden de estos jázaros que poblaban las tierras que ahora están ocupadas por el Estado de Georgia, en la región del Cáucaso.
Es posible que en la Palestina antigua esto haya tenido relación con el nombre dado a los hebreos. Hebreo “quiere decir “el que viene del otro lado del río”, significando que venían del otro margen del Jordán, cuando tribus bárbaras jázaras se establecieron al norte de ese territorio.
No obstante, su actual actuación contradice y niega muchos de los preceptos y postulados más elementales de la religión judaica, pues si se tiene en cuenta que:
– “El que derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre” (Génesis, Cap. 9, ver. 6 de la Torah, Antiguo Testamento),
– el “No matarás” (Éxodo, Cap. 20, vr.13), ordenado por Dios a su “elegido” pueblo, desde la cumbre del monte Sinaí.
– por su abigarrada Genealogía los árabes palestinos son tan descendientes de Sem (semitas) como ellos pues ¿no fueron Ismael (de madre árabe) e Isaac (de madre hebrea), hijos de Abraham, el patriarca judío, hermanos en sangre, tierras y lenguas que juntos, unidos, enterraron a su vetusto padre (Génesis, Cap. 25, vr. 9)? Por lo tanto, lo que han estado cometiendo los israelitas con los palestinos, ¿no es un verdadero fratricidio?
Tal parece que siglos de persecuciones, discriminaciones y sufrimientos de que han sido víctimas los judíos han hecho que no hayan podido desterrar de sí egoísmos y rencores que, en cuanto pueden, tratan, a su vez, de convertirse en victimarios también, .que se manifiesta en esas contradicciones que niegan sus principios religiosos y a si mismos, por estarle haciendo a otros lo que a ellos les hicieron.
Pero además, cínicamente exageran los defectos y agresividad del pueblo palestino para que parezca al mundo justa y conveniente la crueldad con que lo tratan. Por ironía de la vida ahora ellos están aplicando “la solución final para la cuestión palestina,”; burda imitación y parodia del nazifascismo alemán.
Con esto, lo que están haciendo es negando su propio Holocausto, creado, bautizado y enarbolado por ellos. ¡Bien valdría la pena ahora acusarlos para penarlos, ante un tribunal de la Unión Europea por negarlo en hechos!
Pero este fundamento religioso-ideológico ha sido y es el aparente.
Fue José Martí en su trabajo sobre La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América (La Revista Ilustrada, Nueva York, mayo de 1891), quién definió y aclaró:”Lo real es lo que importa, no lo aparente. En la política lo real es lo que no se ve”.
Entonces, En el caso que nos ocupa, ¿qué es lo real? .Veamos.
Llama la atención que Israel…
– ante la fragmentación del territorio palestino que ha estado llevando a cabo durante años, y prácticamente transformando a la llamada Palestina en auténticos “ghetos” -verdaderos campos de concentración a cielo abierto al estilo nazi sometidos a destrucción y muerte;
– ante la ocupación forzosa de nuevos territorios palestinos, sin fundamento legal alguno, donde construye sus poblados,
– por las masacres cometidas, verdaderos crímenes de guerra ejecutados contra la población civil, con gran impacto en mujeres y niños;
– ante tanta barbarie, como la de sus verdaderos orígenes,
… no haya sido condenado, ni sancionado económicamente con medidas punitivas y restrictivas, ni amenazado de intervención militar, como se acostumbra a hacer por parte de los EEUU, la Unión Europea, ó por la ONU como máximo órgano de justicia internacional.
Pero Israel es “aliado”, responde a sus intereses por lo que ha recibido todo el apoyo económico, político y militar correspondiente por parte de los EEUU y la Unión Europea.
Estos hechos tienen una sola explicación e interpretación: más que aliados, los hebreos conforman el poderoso lobby judío que maneja y determina la política de Norteamérica tras bambalinas y no es atrevido afirmar que, además, constituyen el núcleo duro y la columna vertebral de la oligarquía bancaria, financiera y comercial internacional que dirige al Imperio Mundial y sus intereses…
Que hacer ante tanta demostración de fuerzas de todo tipo que permite el abuso de poder y las imposiciones. ¿Indignarse?, ¿hacer solamente declaraciones? Son necesarias para crear estados de ánimo y opinión. Pero no son suficientes. Al parecer ya no basta solo con eso.
Lo que se haga hoy en defensa de Palestina se estará haciendo a favor de cualquier pueblo del mundo que, en cualquier instante y por una circunstancia cualquiera que vaya en contra de los intereses del injusto orden mundial establecido, le puede ocurrir situación semejante. Lo que no se haga irá en contra y en perjuicio de todos.
Ellos, los oligarcas, contradictoriamente, nos muestran su ejemplo: están unidos.
Nosotros, ¿por qué no unirnos y llevar a cabo actos y acciones para influir directamente sobre las decisiones de gobiernos y de diversas organizaciones que actúan en la arena pública internacional? ¿No llama la atención que tras más de medio siglo no se haya podido crear un estado palestino en su propio territorio? ¿No existe, entre otros, un tribunal internacional en La Haya? ¿Qué se ha hecho?
En sendos artículos suscritos en 1887 y titulados “México en los Estados Unidos” y “La República Argentina en los Estados Unidos”, Martí, no por gusto, señaló: en ambos:
– “Davides hacen más que Goliates”
Nyls Gustavo Ponce Seoane
La Habana, 18/08/2014
Kaos 18/08/14