Segundo turno en Brasil
Ni Dilma ni Serra
Al contrario de lo que anunciaban las encuestas de las últimas semanas, dando como ganadora a la presidencia del Brasil a Dilma Russeff del PT en la primera vuelta, habrá ballotage.
Escribe: Adolfo Santos
Montada en el uso discrecional de la máquina de gobierno y en una alianza electoral que incluía desde ex guerrilleros hasta lo más reaccionario y corrupto que tiene la política brasilera, Lula amenazaba con que su candidata sería un verdadero tsunami en estas elecciones. Sin embargo, el resultado del primer turno demostró que a pesar de las políticas asistenciales que intentan ocultar los problemas sociales más graves, existen amplios sectores disconformes con la precariedad en la educación y la salud pública, con las altísimas tarifas, la inseguridad, los bajos salarios y, fundamentalmente, con un grado de corrupción escandaloso.
Casi ocho años después que llegara al gobierno para “cambiar el Brasil”, Lula está en el fin de su segundo mandato aplicando una política que favorece al sistema financiero -“nunca los banqueros ganaron tanto como en nuestro gobierno”, repite Lula-, el agro-negocio y las multinacionales que, en lo esencial, no se diferencia de las de su antecesor, Fernando Henrique Cardoso, del partido de José Serra.
Esta falta de cambios estructurales, sumada al rechazo que en amplios sectores de la población, sobre todo en la clase media, causan los recurrentes escándalos de corrupción envolviendo a los más próximos aliados de Lula, fueron desinflando a Dilma Russef. Pero el factor fundamental que incidió para llevar la elección a la segunda vuelta, fue el voto a Marina Silva, una ex petista que defiende la política económica y las medidas asistencialistas aplicadas por Cardozo y Lula en los últimos 16 años. Marina, con un gran apoyo de los sectores evangélicos por su rechazo al derecho de aborto y un discurso abstracto a favor de la ética y el medio ambiente, capitalizó y amplió una franja que quiso evitar la polarización.
La segunda vuelta, por lo tanto, no pondrá en disputa dos proyectos antagónicos. La verdadera disputa será para ver quién será el próximo depositario de la llave del tesoro nacional desde donde se saquea al país a favor de los ricos y poderosos y se distribuyen las propinas para garantizar la complicidad de los políticos. La sobra de ese festín será lo que continuará sustentando las políticas asistencialistas para mantener inmensos corrales electorales con los cuales permanecer en el poder y perpetuar esta política que genera una inmensa desigualdad social.
El PSOL y las elecciones
Infelizmente, en estas elecciones no se pudo repetir el frente de izquierda de la elección anterior entre PSOL, PSTU (LIT) y PCB. Estos últimos quisieron demostrar su propia fuerza, impidiendo presentar una alternativa unificada para fortalecer un polo de izquierda, obteniendo muy pocos votos, 84.609 y 39.136, respectivamente.
En cambio, y a pesar de la división y el boicot de Heloísa Helena -quien el día de la elección llegó a declarar el apoyo a Marina Silva (PV)-, el PSOL, con la candidatura de Plínio de Arruda Sampaio, hizo una elección muy positiva, alcanzando 886.816 votos, defendiendo como alternativa la suspensión del pago de la deuda publica, la estatización total de la salud y la educación, la reforma agraria y urbana, y la necesidad del socialismo. También el PSOL consiguió algunas votaciones de destaque, como en Río de Janeiro, donde Chico Alencar y Marcelo Freixo fueron los segundos candidatos más votados a diputado nacional y estadual respectivamente. En Pará, Edmilson Rodriguez del PSOL, fue el diputado estadual más votado. Y en San Pablo, el PSOL consiguió la reelección del diputado nacional Iván Valenta y reeligió a uno de sus diputados estaduales, no alcanzando a reelegir el segundo. En síntesis: de sus tres diputados federales, reeligió dos y eligió uno nuevo, quedando nuevamente con tres. Y de sus tres diputados estaduales, reeligió dos y eligió dos nuevos, pasando de tres a cuatro.
Finalmente, es necesario destacar que, con una política por fuera del partido y dando la espalda a la tarea de disputar el voto por Plinio a nivel nacional, Heloísa Helena no consiguió volver al Senado para el que se postuló cuando se negó a ser la candidata a presidente que era lo que quería la base del PSOL. También el MES, la corriente de Luciana Genro, con una política de alianza con un sector del PT que los llevó a abdicar de la candidatura al Senado en Río Grande do Sul para apoyar a Paulo Paim, del PT, no consiguió su reelección, pagando las consecuencias de una política oportunista. Desdibujó al PSOL de su estado, fortaleciendo primero al PV, con quien se alió en 2006, y después al PT, al que le dio los votos para el Senado, por lo que la gente, entre el original y la fotocopia, optó por el original.
En este segundo turno, la izquierda consecuente, si bien no tendrá nada para disputar, deberá denunciar a los candidatos Dilma y Serra como sostenedores de un sistema corrupto, injusto y desigual. Por eso, dentro del PSOL, la CST (Corriente Socialista de los Trabajadores) va a luchar para que el partido no llame a votar ni a Serra ni a Dilma.
El Socialista 06/10/10