Las niñas y los niños: los más explotados
Son 2.5 millones de niños los explotados en el país. Tienen entre 5 y 17 años. El trabajo infantil representa en algunos hogares hasta el 50% de sus ingresos.
Diana Valdez
México D.F. / @yellikann
A propósito del día del niño que fue celebrado en México este 30 de abril las condiciones para niñas y niños se observan complicadas, si bien es día en el que normalmente las niñas y los niños reciben regalos y sorpresas, no es la realidad de todos.
Más precariedad, más trabajo
Es en los hogares más pobres en los que los niños se ven obligados a trabajar para que la familia puedan comer. Millones de niños y niñas en el país son explotados a diario por empresas que pese a las prohibiciones legales los obligan a cumplir jornadas laborales en detrimento de su educación y recreación.
La precariedad del trabajo y los altos precios de las mercancías y servicios han obligado a los niños a salir a trabajar para poder cubrir las necesidades básicas de la familia. Si bien esto no es un fenómeno nuevo, la brutalidad de las condiciones en las que son contratados se han agudizado y las medidas para abatirlo no generan resultados.
Sabemos que para las familias mexicanas no alcanza con el salario de un solo miembro de la familia para cubrir las necesidades básicas, hoy en día ni siquiera pensando en el salario de dos personas alcanzaría para mantener a una familia de cuatro integrantes.
La precariedad de los niños: trabajo infantil
En México, legalmente la explotación infantil se considera una violación a los derechos de las niñas y los niños. La Ley Federal del Trabajo en nuestro país señala una prohibición en el empleo de los menores de 14 años, y apunta que los mayores de esta edad y menores de 16 que no hayan terminado su educación obligatoria, necesitan la autorización de sus padres o tutores para laborar.
Sin embargo, hoy hay más de 2.5 millones entre niñas y niños empleados ilegalmente y en condiciones muchas veces deplorables. Es el 40% de estos niños los que solo se dedican al trabajo.
Se estima que hay más de 95,000 niñas y niños en situación de calle, que están expuestos al crimen organizado y a adultos que a cambio de “protección” les exigen pedir dinero en las calles. Es emblemático el caso de Tapachula, en Chiapas, donde quedan atrapados numerosos niños migrantes en las redes de trata y narcotráfico. Asimismo, son empleados en ambulantaje, así como en minas, y en trabajos agrícolas, como jornaleros.
Del total de niños y niñas ocupados en México el 28% de ellos está expuesto a riesgos en su trabajo; es decir, unos 850 mil niños y niñas. Riesgos como el polvo, gases tóxicos o fuego; ruido excesivo; humedad o temperaturas extremas; herramientas peligrosas; maquinaria pesada; oscuridad excesiva; productos químicos; explosivos; y descargas eléctricas son a los que están expuestos a diario.
Y las consecuencias por el desempeño de estas riesgosas actividades son el bajo rendimiento escolar, la violencia, maltrato, inicio temprano de la vida sexual (con la consecuente falta de información sobre las enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados), la explotación sexual comercial infantil, el consumo de drogas y la trasgresión de las leyes.
Para el sistema capitalista el trabajo infantil no representa un problema, sino una ventaja: ofrece muchas facilidades a los dueños de compañías agrícolas, comerciantes y sicarios del narcotráfico, ya que esta mano de obra es barata y sumisa; la mayor parte las niñas y niños no conocen sus derechos lo que les facilita a los patrones la explotación sin contratiempos, lo que se traduce en menores costos de producción. Además de que por la ilegalidad en la que se encuentran laborando y lo dicho anteriormente, es mucho más fácil prescindir de sus servicios sin explicación alguna.
La explotación infantil es una perversión más del modo de producción capitalista, que tiene como objetivo la acumulación de riqueza para unos pocos.
El mercado de trabajo absorbe a las familias enteras apropiándose de su fuerza de trabajo y muchas veces el salario que les dan no alcanza ni para comer.
El trabajo infantil y la pobreza se encuentran inevitablemente ligados y son parte de un círculo vicioso que el mismo modo de producción capitalista se ha encargado de conformar. Enfrentada a la mundialización del modo capitalista, la infancia para muchos se ve limitada por sus condiciones materiales en tanto su sana reproducción se ve coartada.
http://www.laizquierdadiario.com/Las-ninas-y-los-ninos-los-mas-explotados
01/05/15