¿A quiénes benefician las nacionalizaciones de Chávez?
Recientes decretos de expropiación de empresas privadas, una de ellas filial imperialista, fueron repudiadas por sus propios trabajadores. ¿Son “pasos al socialismo”, como dice el chavismo? ¿Por qué se oponen los trabajadores?
En las últimas semanas se movilizaron los trabajadores de Polar (empresa productora de cervezas y alimentos que tiene unos 33.000 trabajadores en todo el país) ante anuncios de expropiación por parte del Estado. Posteriormente, los trabajadores de dos empresas expropiadas: la filial de la norteamericana Owens Illinois, fabricante principal de envases y botellas de vidrio (1.500 trabajadores) y los trabajadores de Agroisleña (elaboración de fertilizantes y productos agrícolas) junto a pequeños productores agropecuarios. En todos los casos, la Guardia Nacional y matones chavistas enviados por el gobierno fueron a intimidar a los trabajadores movilizados contra la expropiación. En Proyefe, filial de Agroisleña, fueron despedidos 27 trabajadores, entre ellos los dirigentes sindicales, violando su fuero sindical y acusados de ser “terroristas”. A los dirigentes despedidos se les prohibió acercarse a menos de cinco cuadras de la empresa.
La USI con los trabajadores
Una reciente declaración de la Unidad Socialista de Izquierda (partido dirigido por Orlando Chirino y adherido a la UIT-CI) expresa: “Ya llevamos años de experiencia con estas falsas “nacionalizaciones” agrarias e industriales, que supuestamente iban a beneficiar a los trabajadores y al pueblo, pero en realidad ha ocurrido exactamente lo contrario. En todas ellas, los trabajadores perdieron conquistas, no se respetó sus contrataciones, se pisoteó la autonomía de los sindicatos, hubo y hay corrupción, negocios turbios que perjudican al pueblo, y para colmo de males, muchas de estas empresas y fundos terminaron quebradas e improductivos, o, como en el caso de Invetex, Rialca, las briqueteras y de la productora de tubos para la empresa petrolera Tavsa, se encuentran paralizadas.”
“Los socialistas revolucionarios de la USI no defendemos ni metemos las manos en el fuego por los patrones explotadores de Agroisleña. No obstante, sin ninguna duda, nos ponemos del lado de los trabajadores de Agroisleña y de los pequeños productores agropecuarios que no fueron consultados y que rechazan de plano esta medida.
“Rechazamos este tipo de “nacionalizaciones”, en primer lugar, porque simplemente, se termina reemplazando a un patrón por otro, por medio de una compra-venta en donde el gobierno pagará millones de bolívares a estos patrones con el dinero del pueblo, como ya se hizo con otros grupos empresariales (Techint, Cemex, Banco Venezuela) que, a fin de cuentas, son los que se benefician.
“Rechazamos esta medida supuestamente “socialista”, porque no beneficiará al pueblo, sino a la burocracia de gobierno y los boliburgueses que aprovecharán para hacer toda clase de negocios y chanchullos a costa de los trabajadores…” (Los llamados popularmente “boliburgueses” son nuevos ricos chavistas o antiguos ricos que se hicieron chavistas para vivir haciendo negociados gracias a su relación con el Estado).
La lucha por verdaderas nacionalizaciones con control obrero
Recordemos que hace dos años la nacionalización de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), que era de la multinacional argentina Techint (a la que Chávez defendía especialmente por su relación con Kirchner), fue impuesta por los trabajadores con duras movilizaciones reprimidas por la policía. Después de un año de lucha lograron imponerla, aunque el gobierno impidió que se implementara un control obrero democrático al que aspiraban. En ese momento, la USI hizo una gran campaña para apoyar la lucha de los trabajadores de Sidor.
La USI afirma: “Los revolucionarios apoyamos las expropiaciones protagonizadas por los trabajadores en defensa de sus derechos, en donde la administración de las empresas y la producción estén bajo estricto control obrero, con absoluto respeto a las formas organizativas y a las decisiones que adopten los trabajadores democráticamente en asambleas y sin imposiciones burocráticas de funcionarios de gobierno”. Las expropiaciones del gobierno de Chávez están muy lejos de eso y de cualquier camino al socialismo.
Las viviendas faltantes y el cemento estatizado
Una muestra que las “estatizaciones” en manos del gobierno chavista son una estafa lo prueban las llamadas “expropiaciones” de las empresas de cemento (CEMEX y Fafargue) de 2006. Entonces, también se anunciaron con “bombos y platillos” que pasaban a “servir al pueblo” para hacer viviendas populares.
No se les respetó a los obreros del cemento sus contratos (los trabajadores de Cemento Andino tuvieron que hacer varias huelgas). En segundo lugar, después de cuatro años: ¿dónde están las viviendas populares que se hicieron con ese cemento? El problema de la falta de viviendas se ha agravado. Millones siguen viviendo en casas precarias y expuestas a derrumbes.
El gobierno sigue anunciando contratos para importar casas y materiales de construcción desde Bielorrusia, Rusia, Siria o Portugal. Pero en Venezuela hay cemento, aluminio, hierro, arquitectos, ingenieros y trabajadores para hacer un plan de viviendas populares para albergar a millones, que es lo que hace falta. Y las “ciudades bielorrusas”, a cambio de petróleo, no aparecen por ningún lado. O sea, las “expropiaciones” del cemento, en manos de este gobierno terminaron en retroceso en la producción de dicha materia prima, desconociendo los derechos laborales, sin solución para el pueblo y con “importaciones” de viviendas para que sigan los negociados de la boliburguesía.
El Socialista 04/11/10