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Explotó la burbuja china

Explotó la burbuja china

 Pérdidas bursátiles superan los u$s3,2 billones y la población está enfurecida

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Mientras que toda la atención económica y financiera mundial está centrada en Grecia, el gigante asiático está viviendo momentos de extrema tensión, con caídas diarias que no se registraban desde 2008. De no resolverse, las consecuencias serán peores a las de la odisea helénica

FINANZAS Por Rubén Ramallo

Los tomó a todos por sorpresa. De repente, los 90 millones de pequeños inversores chinos (más de dos veces la población argentina) tomaron conciencia de que aquello que en principio pintaba como un dulce sueño de prosperidad se ha convertido en una verdadera pesadilla.
De golpe están aprendiendo algunas lecciones que dan los mercados. Una de ellas es que una acción puede subir en forma desenfrenada pero también hundirse sin avisar.
Otra, más importante, es que hay que saber cuándo subirse a una ola para barrenar sobre las ganancias y en qué casos conviene dejarla pasar por haber llegado tarde.

china acciones en caida


De la alegría al pavor
Todo había empezado con una fiesta, como suele ocurrir en el mercado financiero.
Desde octubre hasta mediados del junio, la bolsa china venía evidenciando un fuerte proceso de suba, que la llevó a acumular una revalorización asombrosa, del orden del 125%.
Como suele suceder, este auge fue capitalizado por los veteranos inversores, es decir, aquellos que ya venían operando en el mercado.
Claro que semejante repunte generó el interés de una parte de la población y hasta animó a las autoridades de ese país a alentar a «principiantes» a que se endeuden para adquirir acciones de empresas.
«A comprar, a comprar», era la recomendación que habían dado durante meses y meses a sus ciudadanos, incitándolos a que pongan el dinero en papeles de compañías, aun aunque éste se tenga que pedir prestado.
Y los ciudadanos chinos les hicieron caso. Tanto que tomaron créditos por u$s600.000 millones. ¿Cuánta plata es eso? A manera de comparación, nada menos que todo el PBI de Argentina y un 10% más.
El problema es que llegaron a destiempo y sin la experiencia suficiente para saber a qué papeles apostar o cómo subirse a la ola.
De hecho, a mediados de junio el viento cambió y a partir de ese momento comenzó a escribirse otra historia: en un par de semanas los precios empezaron a precipitarse hasta acumular un desplome del 60%, contabilizando las últimas correcciones.

Los «veteranos», a lo sumo, recortaron ganancias. Los «principiantes», en cambio, quedaron endeudados y empantanados con precios a la baja.
Como muchos de los aproximadamente 90 millones de inversores individuales son novatos, no han conocido de primera mano las consecuencias de la crisis de las bolsas de 2008.
Además, la escasa o nula formación financiera de la gran mayoría han convertido a los mercados chinos en extremadamente sensibles a todo tipo de rumores.
Y el hecho de que una parte importante de sus compras haya sido apalancada con préstamos, los hace más vulnerables a las caídas.
Solos y a la deriva
Este martes se vivió un clima de extrema tensión: una de cada cuatro empresas que participan del mercado asiático ha tenido que salir de cotización.
En total, 700 compañías han salido de la rueda bursátil para autoprotegerse, generando confusión y furia en muchos de los «nuevos endeudados».
Lo ocurrido es parte de una concatenación de problemas, que llevaron a que uno de sus índices más relevantes (el Shanghai Composite) sufra un desplome del 30% en sólo un par de semanas.
El otro, que aglutina a empresas de tecnología y a menudo es comparado con el Nasdaq de Estados Unidos (conocido como Shenzhen), ha caído incluso más.
Frente a este contexto, los analistas internacionales hacen foco en tres puntos críticos que conformaron un cóctel explosivo, al que se le suma el default griego:
• Las consecuencias propias de una burbuja bursátil
• La desaceleración de la economía china
• El temor a una suba de tasas en los Estados Unidos
Uno de los mayores problemas es que sólo en mayo se abrieron más de 12 millones de cuentas de chinos para comprar acciones, cifra que -a modo comparativo- supera a la población de la nación helénica.
Según analistas, la llegada de estos millones de «apostadores» es un símbolo clásico de burbuja.
Lo cierto es que desde que alcanzara su máximo, la pérdida total en las últimas tres semanas asciende a la friolera de 3,2 billones de dólares.
Esta cifra representa un 25% de su monumental Producto Bruto Interno (PBI).
Medidas desesperadas
El actual temor llegó a tal punto que las autoridades financieras chinas están recurriendo a las mismas estrategias que usaron los estadounidenses para luchar contra el crack de 1929.
Esto, en un intento por frenar una situación que está acabando con las fortunas del mercado de valores como nunca antes había ocurrido.
Por su parte, el Gobierno ha tomado medidas extraordinarias para tratar de evitar daños mayores.
En este sentido, el Banco Central de China aplicó un recorte sorpresivo de tasas y la entidad reguladora de valores suspendió las ofertas públicas iniciales.
El fin de semana, 20 de las principales firmas de corretaje se comprometieron públicamente a recomprar acciones y fondos en un intento de frenar la caída. Esperan destinar a esta estrategia nada menos que 20.000 millones de dólares.
Ante semejante debacle, muchos operadores exigen la renuncia de varios ejecutivos, entre ellas la del presidente de la sociedad reguladora de la bolsa asiática.
Crisis en primera persona
En China, una gran cantidad de inversores individuales han destinado parte de sus ahorros a la bolsa y han realizado transacciones sin la suficiente información.
Según Mariano Millet, un argentino que vive en Shanghai, «lo que ocurre es un fiel reflejo de como la sociedad china busca vías alternativas de obtener ingresos adicionales al de sus trabajos para poder cumplir el «Sueño Chino» de comprar una propiedad, cuyos precios exhorbitantes hacen que la amplia mayoría de la clase media no pueda lograrlo con sus ahorros, ayuda familiar o hipoteca».
En este contexto, el impactante derrumbe bursátil puso en serios riesgos los ingresos de millones de hogares algo que, por cierto, tendrá efectos sobre el consumo, en caso de que las pérdidas no se frenen.
Un inversor que fue contactado por los medios de ese país reconoció que lleva perdidos unos cinco millones de yuanes -más de 800.000 dólares-, más de las dos terceras partes de su cartera.
«En Shanghai, casi todas las familias tienen al menos un miembro que invirtió en la bolsa, de manera que esto nos afecta a todos», reconoce.
«He puesto buena parte de mi capital y ahora estoy viendo cómo se me esfuma», añade con resignación.
Analistas internacionales ya advierten sobre la explosión de la burbuja en sus dos principales bolsas, Shanghai y Shenzen.
«Ambos mercados han caído un 30% desde sus máximos, luego de la fuerte sobrevaluación de las acciones chinas», indica un informe de CNN Money.

La magnitud del desplome llevó al Gobierno a tomar medidas, pero los resultados parecen no alcanzar.
Una de las más controvertidas y polémicas es la de seguir dándole a la población más crédito, más financiamiento para que sigan comprando acciones. Para esto le amplió a las entidades las líneas de capital disponible.
Expertos calificados afirman que esta iniciativa es casi «suicida», ya que comprar más papeles con deuda es una de las prácticas menos aconsejables.
Es que si los precios finalmente no reaccionan al alza, los millones de «novatos inversores» se quedarán con un activo desvalorizado (acciones) y con todo el pasivo (deuda), con la consecuente pérdida patrimonial.
De hecho, semejante demanda de papeles -impulsada por millones de chinos- fue lo que dio lugar a lo previsible: una disparada en los precios. Luego, éstos comenzaron a bajar para acomodarse a la realidad de las empresas.
Al caer, muchas personas se vieron obligadas a vender para cancelar su deuda, generando un «efecto manada» que aceleró el derrumbe de las cotizaciones.
Tan lejos, tan cerca
El hundimiento de un mercado de capitales siempre es causa de preocupación, por ser un claro síntoma de que la economía enfrenta una crisis.
Pero cuando se trata de uno de los principales socios comerciales de países «peso pesado» -incluyendo los Estados Unidos- los temores se acrecientan de forma exponencial.
El estallido de la «burbuja china» también podría tener su impacto negativo en América latina, ya que tanto el Estado como las grandes empresas vienen invirtiendo en varios países en forma acelerada.
En caso de no frenarse la sangría bursátil, el flujo de capitales quedará limitado.
Analistas privados afirman que existe cierta correlación entre el recorrido de la Bolsa de Shanghai con el del Dow Jones de 1929, año en el que se desplomara Wall Street.
El nexo entre ambos lo da precisamente la creación del fondo anticrisis mencionado (u$s20.000 millones) con el fin de tratar de estabilizar los mercados.
El simple anuncio de esta medida generó escalofríos entre los expertos, ya que trajo a la memoria lo ocurrido en 1929.
En aquel entonces, ante las primeras señales de debilidad, las cinco entidades más poderosas de Estados Unidos elaboraron un plan de estabilización similar al que se propuesto en la nación asiática.
En ambos casos, el impacto inicial puede ser positivo. En Wall Street el pánico de aquel jueves negro dio paso a una recuperación, de la misma forma que el lunes rebotó la Bolsa de Shanghai luego de tres semanas consecutivas de caídas.
Sin embargo, en Estados Unidos esa mejora transitoria fue sucedida por tres semanas de caídas, en las que el del Dow Jones se precipitó un 35% y dio lugar al crack del 1929.
Si bien esto no significa que volverá a pasar, lo cierto es que mucho dependerá de las próximas medidas que tome el gobierno asiático.
«Estos 120.000 millones de yuanes no van a durar más de una hora «, afirma Hao Hong, estratega de la firma Bocom International de Hong Kong, en referencia al fondo anticrisis.
Pese a las enseñanzas que da la historia, las autoridades se muestran decididas a avanzar por el mismo camino, en su intención de frenar el pánico que está envolviendo a millones de principiantes inversores.
La mayoría de los consultoras internacionales pronostican para julio otra caída del 30% de los principales índices.
Tanto el Banco Mundial como BlackRock, CreditSuisse o Bank of America han alertado de que los precios de las acciones se pincharán tras la creación de la burbuja.
Criticaron además que se haya recomendado avalar con hipotecas la adquisición de papeles de empresas.
Esto también ya pasó en Wall Street hace ocho décadas, cuando se conformara un mercado con miles de personas sin los mínimos conocimientos financieros y con escasos recursos para enfrentar algún tipo imprevistos.
El problema es similar al de otras crisis, en particular a la de las hipotecas que tuviera lugar en Estados Unidos en 2008.
La brusca baja en las cotizaciones luego se convierte en un desastre económico, si ese activo se ha comprado con dinero prestado.
El tiempo dirá si China toma las medidas acertadas para corregir el rumbo o si el mundo e encamina a una reedición subprime, esta vez en «versión oriental».

http://www.iprofesional.com/notas/215399-Explot-la-burbuja-china-las-prdidas-en-la-bolsa-ya-superan-los-us32-billones-y-la-poblacin-est-enfurecida

08/07/15