La culpa es de los gobiernos, no de los inmigrantes
Han aparecido argumentos xenófobos y que habría una política migratoria descontrolada. Se quiere convencer a los trabajadores que los responsables de la miseria, la falta de vivienda, trabajo y la inseguridad serían los inmigrantes de países limítrofes. Se busca así desviar la atención sobre los grandes negocios, los pagos de la deuda y la complicidad de los gobiernos.
Escribe: José Castillo
El censo de ocupantes del Parque Indoamericano dio que miles de personas reclaman desesperadamente un lugar donde vivir. Mientras tanto, desde la represión realizada por la Policía Federal hasta los ataques perpetrados por barrabravas liderados por punteros macristas, ya se suman tres muertos y, horrorosamente, un “desaparecido”, visto por última vez cuando fue bajado de una ambulancia y presuntamente rematado a balazos delante de los médicos.
Durante más de dos días, existió una verdadera “zona liberada”, donde bandas “cazaban” a todo aquel con rasgos de extranjero. El gobierno de Cristina, además de responsable directo de las dos primeras muertes, se hace el que no tiene nada que ver frente a una miseria tal, que creó un verdadero campo de refugiados a pocos kilómetros de la Casa Rosada. Macri, por su parte, fogonea la xenofobia, al echarle la culpa de todo a los inmigrantes de países limítrofes. Se empezó a escuchar, desde allí, una verdadera ola de repugnantes argumentos racistas. Es imprescindible, entonces, que dialoguemos con todos los trabajadores que expresan dudas, bombardeados por los políticos patronales.
En nuestro país hay menos inmigrantes que antes: en el Censo de 1960, el 13% era extranjero. Este número baja en 2001 al 4,2%. Como mucho, habría un millón y medio de inmigrantes en todo el país. Los insultos, especialmente a la comunidad boliviana, tildándolos de “vagos” y “delincuentes”, no resisten el menor análisis. La inmensa mayoría de los bolivianos que viven en la zona Sur de la Ciudad de Buenos Aires, y dentro de ellos, los muchos que están dentro de la toma del Parque Indoamericano, trabajan, y muchísimo: son superexplotados, por salarios de entre 700 y 800 pesos, en talleres textiles, la mayoría de ellos clandestinos.
También se los ha vinculado al narcotráfico. Nuevamente es falso: todos los especialistas en el tema insisten que el negocio narco no está en la toma de tierras. La villa 20 de Soldati no es zona donde se haya establecido el negocio de la droga, como sí lamentablemente sucede en otras áreas de la ciudad. Tampoco se sostiene el argumento de que los extranjeros son delincuentes: tomando los datos del Servicio Penitenciario Bonaerense, se observa que de 26.092 presos, sólo 58 son bolivianos. Como lo explicamos en la nota de página 2 (ver “los barrabravas”) la mayor vinculación al delito viene del lado de los punteros políticos del PJ y el macrismo, articulados muchas veces con las propias comisarías de la zona.
Otro de los argumentos es que se le está quitando a los vecinos un “espacio público”, similar a los bosques de Palermo. Falso: el sector tomado era un basural. Cuando entraron los ocupantes tuvieron que desmalezarlo; se encontraron hasta cadáveres descuartizados y se cazan víboras entre los matorrales. Ni Macri ni los gobiernos anteriores se preocuparon nunca por la parquización. Los habitantes de Buenos Aires tienen derecho a espacios públicos, es cierto. Pero los principales “apropiadores de ese espacio” son los amigos de Macri: los clubes, la propia Sociedad Rural, los boliches de la Costanera, todos en zonas de altísimo valor adquisitivo.
“Yo pago mis impuestos y la cuota de mi casa”, se escucha decir. Es cierto. Pero los que están en la toma han dicho una y mil veces que están dispuestos a pagar su casa en cuotas. Nunca tuvieron esa oportunidad. Muchos abonan hoy alquileres exorbitantes por una pieza en la misma Villa. Con respecto a “los impuestos”, en la Argentina todos los sectores populares, nacionales y extranjeros, sin excepción, pagamos el más injusto de los impuestos: el IVA. Los que no pagan son los millonarios, exentos del impuesto a la herencia, o a la renta financiera.
Lo que ha estallado en la cara de los gobiernos, tanto de Cristina como de Macri, es la extrema pobreza que querían hacer aparecer “como si no existiera”. En la que viven millones de compatriotas argentinos y, también, esforzados trabajadores inmigrantes, que llegaron buscando un futuro mejor para sus familias. De la misma forma que, hace un siglo atrás, vinieron y se hacinaron en tantos conventillos, millones de nuestros abuelos. Muchos de ellos también fueron tratados de “delincuentes”y “agitadores”.
Compañero lector: el culpable de que tengamos salarios de miseria, de que la salud y la educación estén destruidas, de la marginación y la inseguridad, no es el esforzado hermano inmigrante. Son los grandes capitalistas con sus negociados, los banqueros que se llevan nuestra riqueza, el gobierno de Macri que gobierna para la ciudad de los millonarios, y el de Cristina, que destina la plata que tendría que poner para las necesidades más urgentes de nuestro pueblo, en subsidios para sus empresarios amigos y el pago de la inmoral deuda externa.
El Socialista 15/12/10