Asesinan a otro dirigente sindical
Terminemos con las mafias sindicales
La semana pasada fue asesinado un dirigente del Sindicato de Obreros de Maestranza (SOM), gremio encuadrado en la CGT Azul y Blanca de Barrionuevo. De 2007 a esta parte, suman cuatro los casos de muertes dudosas de gremialistas. Tanto desde el gremio como desde el oficialismo intentaron mostrarlo como un simple hecho de inseguridad. Sin embargo, todo indica lo contrario
Escribe: Juan Rivera
Roberto Rodríguez era tesorero del SOM y presidía la obra social del gremio. Se trata de un sindicato pequeño, de 40 mil afiliados, aunque su obra social sobrepasa los 100 mil. El miércoles pasado, Rodríguez fue secuestrado del Fénix Club Devoto por dos hombres que, a cara descubierta, se lo llevaron encañonado hasta su camioneta. Horas más tarde fue encontrado con un disparo en la cabeza en un barrio de San Miguel.
A Rodríguez no le sacaron siquiera los 600 pesos que llevaba en su billetera. Sin embargo, tanto el titular del gremio, Oscar Rojas, como el gobierno, intentaron -de manera apresurada e irresponsable- mostrarlo como un caso de “inseguridad”. “Un hecho de naturaleza policial y delictiva”, sentenció el ministro Tomada. Lo mismo había hecho Moyano en 2007, cuando asesinaron a Abel Beroiz, tesorero del gremio de Camioneros y mano derecha del líder de la CGT. Otros, en cambio, han intentado vincular el crimen con una rencilla familiar entre Rodríguez y su ex yerno, actualmente preso. Pero los hechos parecen apuntar hacia otro lado.
Una de gángsters
Son varios los motivos para vincular el crimen con la actividad sindical de Rodríguez. Por un lado, se baraja que se trató de una interna sindical con su titular, el secretario general Oscar Rojas, debido a que Rodríguez planeaba conformar una lista propia para enfrentarlo en los próximos comicios. A esto se suma que la obra social del gremio es una de las 80 que están siendo investigadas por la Justicia en el caso de los “medicamentos truchos”. Mediante la presentación de troqueles apócrifos, la obra social se habría hecho de más de medio millón de pesos provenientes de la Administración de Programas Especiales (APE). Por lo tanto, no es de extrañar que el asesinato esté vinculado con alguna de estas dos hipótesis. Después de todo, no sería la primera vez que una interna sindical se resuelve a los tiros o que los negociados de la burocracia sindical originan un asesinato. Basta recordar los sucesos de Vicente López durante el traslado del cuerpo de Perón, los constantes enfrentamientos entre Comercio y Camioneros por los afiliados, entre otros casos. En el medio, la eterna disputa por el control de la caja.
Abajo la burocracia sindical
En vez de patear la pelota hacia otro lado, como intentó hacerlo el titular del gremio y el gobierno, es necesario avanzar en una investigación plena, tanto del asesinato como de los otros hechos en los que está involucrada la conducción del sindicato. Sin embargo, la tarea más apremiante es la de barrer con este modelo sindical corrupto que no duda en apelar al sicariato para dirimir sus internas y/o negociados. Este modelo de burócratas con cargo eternos, de negociados enormes y de estafas constantes a sus afiliados es el mismo que desde hace sesenta años viene usurpando puestos de conducción en los sindicatos. El mismo modelo sobre el cual se ha apoyado y se apoya el PJ, hoy en su variante kirchnerista. Basta con ver al pope oficialista, Hugo Moyano, quien se ha venido enriqueciendo enormemente durante los últimos años (ver recuadro). O los Cavalieri, Zanola, Lezcano, Gerardo Martínez o el “Momo” Venegas. Algunos tributando para los K, otros para Duhalde. Aunque todos al servicio de las patronales, contra los trabajadores.
Es necesario barrer con la burocracia sindical, sea del color que sea, apoyando para esto al nuevo sindicalismo combativo que ha venido surgiendo en los últimos años al calor de las luchas. Camino por el que debemos avanzar.
El Socialista 02/02/11