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Mubarak dice que no renuncia y se acentúa la crisis en Egipto

Mubarak dice que no renuncia y se acentúa la crisis en Egipto

ENOJO. Miles de personas se manifiestan en la plaza Tahrir, tras el discurso de Mubarak. (EFE)

Tras una jornada de rumores, dijo que seguirá en su cargo hasta las elecciones de setiembre. También respondió a las críticas de Obama. El presidente enfrenta multitudinarias protestas desde hace 12 días. Su propio partido le pidió que dé un paso al costado.

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien afronta protestas desde hace más de dos semanas contra su gobierno, anunció hoy que permanecerá en su cargo hasta las elecciones de septiembre próximo.

«Les hablo desde lo más profundo de mi corazón y estoy muy orgullosos de ustedes», dijo Mubarak en un discurso televisivo, mientras miles jóvenes protestaban en la plaza Tahrir en el centro de El Cairo.

El mandatario, de 82 años, dijo ese «movimiento tiene que ver con el presente y el futuro de Egipto» y se comprometió a cumplir con las demandas de los egipcios de una manera legítima, duante el discurso televisado.

«Yo como presidente de la nación, tengo que responder a su llamado», recalcó, al tiempo que pidió perdón a las familias de las más de 300 muertos desde que inciaron las protestas.

Mubarak advirtió que no dudará «en castigar a los responsables de la violencia» y aseguró que «la sangre de los muertos por la violencia no será en vano».

El presidente egipcio, que lleva 30 años en el poder, anunció la modificación de la Constitución en un primer momento de seis artículos, y en un futuro está abierto a más cambios. «Nuestro movimiento de cambio no tiene vuelta atrás», insistió Mubarak y remarcó que no aceptará presiones externas.

«Nunca me he sometido a presiones del exterior. He mantenido la paz por la seguridad de Egipto. Nunca busqué una popularidad falsa. Comprendo perfectamente la dificultad de la situación actual. Hay que poner a Egipto por encima de todo», remarcó.

Mubarak, quien confirmó que se quedará en el poder hasta los próximos comicios de septiembre, prometió «una trancisión pacífica» de poder dentro de un marco de «transparencia e integridad».

Pese a que se aferra al cargo, Mubarak tambalea en la presidencia desde hace 17 días, con el inicio de la rebelión popular.

Hoy el general Hassan al-Roueini, comandante militar de la zona de El Cairo, dijo a los manifestantes reunidos en la Plaza Tahir que «todos sus reclamos serán satisfechos». Y a través del titulado «Comunicado número 1» el Consejo supremo de las fuerza armadas, bajo la dirección del ministro de Defensa Hussein Tantawi, manifestó su «apoyo a los reclamos legítimos del pueblo».

Tantawi dijo que el consejo estaba en sesión permanente para estudiar «qué medidas y disposiciones se pueden tomar para salvaguardar la nación, sus logros y las ambiciones de su gran pueblo», insinuando posiblemente que el consejo que dirige ya está a cargo del país.

Las declaraciones fueron recibidas con desconfianza por el movimiento opositor de los Hermanos Musulmanes, quienes temen un inminente golpe de estado. «Parece un golpe militar. Estoy preocupado y ansioso. El problema no es con el presidente, es con el régimen», expresó Essam al-Erian, uno de sus dirigentes.

Más temprano, Hossan Badrawim secretario general del Partido Nacional Democrático había señalado que Mubarak podía «responder a las demandas del pueblo» entre hoy y mañana. «Lo que le importa es la estabilidad del país. El cargo como tal no tiene importancia para él», sostuvo.

Egipto vive desde el 25 de enero una inédita rebelión popular que exige la renuncia de Mubarak, desde hace 30 años en el poder. El régimen hizo variados intentos por calmar a los manifestantes y lograr que se diluyeran las protestas, pero ninguno tuvo resultado hasta el momento.

A la ya multitudinaria y continuada protesta en la Plaza de la Liberación (plaza Tahrir) de El Cairo, se suma la parálisis que vive el país en varios sectores debido a protestas y huelgas de trabajadores que exigen mejoras al cuestionado régimen.

Conductores de micros y empleados del transporte público local se sumaron a miles de empleados estatales que están en huelga desde hoy, extendiendo los conflictos laborales que han dado mayor impulso a las protestas contra el gobierno.

También los trabajadores de la fábrica textil más grande del país salieron a la calle hoy en solidaridad con la protesta. Los empleados de Misr Spinning and Weaving, que emplea 24.000 personas en la ciudad de Al Mahalá al-Kubra, cerraron las plantas y se reunieron frente a las oficinas de la administración.

Hay huelgas en una amplia gama de sectores: ferrocarriles y autobuses, servicio eléctrico y mantenimiento del Canal de Suez, fábricas de acero, textiles y bebidas.

También afecta a los empleados de los servicios de salud, que hoy salieron a las calles con sus delantales blancos desde el hospital Qasr el-Aini hasta Tahrir, coreando «egipcio, únete a nosotros». Desde otra dirección, una multitud de abogados en togas negras marcharon desde su sindicato hasta la plaza, agitando banderas egipcias y coreando consignas contra Mubarak

Clarin 10/02/11