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Con Cristina volvió el FMI

Con Cristina volvió el FMI

El título de esta nota desmiente el discurso anti FMI del gobierno nacional

Escribe: José Castillo

Una misión del Fondo se paseó por la Argentina dando “instrucciones” sobre cómo construir un nuevo índice de precios. Después de las parrafadas de discurso kirchnerista.

Hay una operación clásica del kirchnerismo: cuando se los escucha decir algo más o menos fuerte contra los banqueros, o contra el FMI, es porque, al mismo tiempo, se está tapando algún arreglo grande. Así sucedió, queremos recordar, en 2006. Larguísimos y exaltados discursos: “nos liberamos del FMI”, que era “el culpable de los planes de hambre y ajuste” Ya “nunca más nos vamos a someter a sus dictados”. Todo dicho para explicar por qué pagábamos al contado y por adelantado casi 10.000 millones de dólares. Que, dicho sea de paso, era lo que entonces el Fondo le estaba exigiendo a todos los países que tenían deudas con el organismo: cancelarlas en efectivo. Lo que, semanas previas a aquel escandaloso pago, habían hecho Brasil y Turquía. ¡Argentina, en medio de las bombas de humo de un discurso “antiimperialista”, hacía exactamente lo que reclamaba el FMI!

El gobierno nunca rompió con el FMI

El gobierno kirchnerista, primero con Néstor y después con Cristina, miente descaradamente. Siempre Argentina siguió siendo parte del FMI. Año a año pagamos las cuotas de la membresía, los funcionarios del ministerio de Economía y el Banco Central asistieron a todas sus reuniones e incluso varias veces intentaron conseguir “nuevos créditos del organismo”. El Fondo es uno de los que más insistió en que Argentina “arregle” su deuda con los bonistas, presionando, y logrando, dos canjes de deuda (en 2006 y en 2010) que significaron un “regalo” para los acreedores y una nueva vuelta de tuerca en la bola de nieve de la impagable deuda externa del país.

Ahora, el inefable Amado Boudou, que también quiere sacar etiqueta de “antimperialista”, está lanzado con todo a lograr un acuerdo con el Club de París. Léase, a cumplir otro de los reclamos del Fondo: pagar, casi al contado, una vieja y muy dudosa deuda de 6.000 millones de dólares con los países imperialistas (que hoy sumando intereses, reclaman 9.000 millones).

Ahora, el FMI, finalmente apareció “en persona”. El gesto no es menor: desde los primeros meses de 2002 que no desembarcaba “en vivo” en nuestro país. Hasta ahora el kirchnerismo seguía negociando y cumpliendo las exigencias del FMI, pero lo hacía “en el exterior”.

Votando al gobierno seguirá la dependencia

Esta semana los tuvimos en casa. La excusa: asesorar al Indec en la elaboración de un nuevo índice de precios al consumidor a nivel nacional.

Haciendo oídos sordos incluso al informe crítico que sacó el organismo asesor de Universidades Nacionales, que el propio gobierno había convocado ante el escándalo, el FMI y la intervención del Indec “juegan” a un asesoramiento para elaborar “un nuevo índice”, de alcance “nacional”, para “mejorar” la medición de la inflación.

¡Cínicos y mentirosos! El trabajo de elaboración de un índice de precios nacional ya estaba hecho, antes de la intervención, por un equipo de especialistas del organismo, hoy desplazados, entre los que se encontraba nuestra compañera Marcela Almeida. Si no se puso en marcha fue justamente porque la intervención lo paró. Fue una más de las cientos de barbaridades que acompañaron las truchadas de los índices. Como bien dicen hoy los compañeros del Indec: no necesitamos ningún “asesoramiento” del FMI, un eufemismo que esconde la intervención del organismo en la economía argentina. El problema no es “técnico”: para calcular bien la inflación basta que se vaya la intervención y su patota y que vuelvan a trabajar los técnicos que saben del tema.

Amigo lector: si usted piensa votar al gobierno, la “vuelta del FMI” a la Argentina lo tiene que hacer reflexionar. Hoy Cristina dice que hay que votar a favor de su modelo, “de redistribución de la riqueza e independencia económica”. No se deje engañar: el único programa antiimperialista de verdad pasa por romper de una vez con el FMI y dejar de pagar la deuda externa, para volcar todos esos fondos a un plan económico que resuelva ya las urgentes necesidades populares. Lo tiene el frente de izquierda que se acaba de constituir.

El Socialista 14/04/11

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