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Repudio y explicaciones vergonzosas po feroz golpiza a maestros de Santa Cruz

Repudio y explicaciones vergonzosas po feroz golpiza a maestros de Santa Cruz

Carlos García, Secretario General de la UOCRA

El titular de la UOCRA Carlos García va al frente de la patota que en forma organizada, molió a palos a escasos diez jóvenes y mujeres que repartían volantes en la ruta de la cuenca carbonífera.
R. Lasagno OPI   13-4-2011

El día después se puede leer y escuchar de todo en la provincia de Santa Cruz. Un hecho deleznable como el ocurrido es tratado “cuidadosamente” por la prensa desangelada que en función de la “objetividad periodística” evita llamar a las cosas por su nombre y responsabilizar al ejecutor visible de este atentado a la democracia: Carlos García, Secretario General de la UOCRA y la responsabilidad política e ideológica de quienes lo mandaron a golpear como un salvaje. ¿La Justicia?. Por ahora bien, gracias.

El día que se cumplían los 16 años de la muerte de Víctor Choque, un emblemático salteño que cayó muerto en la brutal represión policial del 12 de abril de 1995, la localidad de 28 de Noviembre en Santa Cruz, estuvo a punto de entregar un nuevo mártir, como aquel Choque o este Fuentealba, solo que en manos de una patota sindical, impune, corroída por la corrupción política, pagada y consagrada a ocuparse de las peores acciones, impulso que tomaron allí por el 2007 cuando desde la empresa Austral Consturcciones SA, Lázaro Báez les pagaba el día y les daba franco para que formaran un anillo “de seguridad” alrededor de casa de gobierno, que después fue sustituido por las rejas que soldaron ellos mismos, en los talleres de Austral.

Fue allí cuando el colorido Beluschi dijo “si a los muchachos les pagan para sacar merluza negra a 3000 metros en el mar, los muchachos van a sacar merluza negra”, una elipsis de la violencia; ergo: si nos pagan para matar a alguien, vamos y lo matamos.

Las fotos que publicamos y los videos que publicaremos, son más que evidentes. El titular del gremio de la UOCRA Carlos García va al frente de la patota que despiadadamente pero en forma organizada, molió a palos a escasos diez jóvenes y mujeres que repartían volantes en la ruta de la cuenca carbonífera. La justicia debe actuar de oficio y el gremio, como organización (supuestamente) democrática, debe sufrir las consecuencias por las acciones de su dirigencia y la participación de sus afiliados.

No vemos que con la misma entereza y guapeza, García y la patota vayan a despejar las rutas donde los petroleros de Santa Cruz están en conflicto desde hace 11 días ¿O será que solo buscan a los débiles para aleccionar con la brutalidad de quienes venden sus almas por la prebenda de la política sucia? ¿O se trata siempre de medir fuerzas con las mujeres y los más desprotegidos, como ya hicieron cuando les cayeron encima a los pocos militantes del PO que apoyaban solitariamente a un par de empelados de comercio, o la golpiza que le propinaron al diputado Omar Hallar caminando solo por la calle?. Es una vergüenza que el poder político se valga de esta clase de gente para amedrentar e infundir miedo, sin embargo, todo se sabe con el tiempo, e indiscutiblemente este hecho no va a ser la excepción.

Hoy vemos que los diputados oficialistas, el gobierno, la oposición y hasta la propia UOCRA salió a repudiar lo ocurrido, como si la golpiza de ayer la hubieran provocado personas de otra provincia, que llegaron para invadir Santa Cruz; como si los responsables intelectuales de la barbarie no estuvieran entre nosotros. La prensa lavada, excéntrica, blanda, presumiblemente “objetiva” se ha limitado a contar los hechos con la menor cantidad de detalles posibles (no es cuestión de ofender al que paga) y los diarios insulsos y para nada comprometidos con la noticia, se remiten a los comunicados oficiales de los legisladores, de los funcionarios de gobierno y de la propia UOCRA, sin emitir la mínima opinión sobre lo ocurrido, tal vez porque de cualquiera que hablen sufrirán el recorte en sus dietas; una vergüenza más que se suma a la vergüenza de estar hoy en la primera plana de los diarios del país por estos hechos, en la tierra de una presidenta que ha hecho de los Derechos Humanos, una bandera que a estas alturas, son solo jirones.

La UOCRA repudia las agresiones sufridas por los trabajadores estatales y docentes de Santa Cruz y expresa su solidaridad, además de haber convocado a Buenos Aires al delegado a cargo de la seccional del gremio de la construcción en aquella provincia, Carlos García, para exigirle explicaciones”, señala un escueto comunicado firmado por el titular del gremio a nivel nacional Gerardo Martínez y más adelante, filtra concientemente la palabra exacta con la cual trata de cambiar el eje de la culpa y socializar la responsabilidad sobre los maestros y el personal de la salud, que es exclusivamente de sus protegidos; remata señalando “Esto preocupa seriamente a la comisión directiva central de la UOCRA, que repudia enérgicamente cualquier hecho de violencia, de la naturaleza que sea y provenga de donde provenga, máxime cuando se trata de enfrentamientos entre trabajadores que ejercen su legítimo derecho a la protesta por un conflicto gremial”.

Gerardo Martínez no emplea casualmente la palabra “enfrentamiento”, es un vocablo muy bien colocado allí y tiene la intencionalidad de repartir la culpa, llevando al plano de una pelea callejera propiciada por las dos partes, a una salvaje y brutal agresión ideada y ejecutada por afiliados a su sindicato con el liderazgo del representante provincial de la UOCRA como principal golpeador y a quien, sin dudas, van a salvar sacándolo del ojo de la tormenta y poniendo en su lugar a otro que, como su antecesor Beluschi, será tan funcional al poder político y al empresariado de la construcción, como lo es éste.

El Intendente de El Calafate Javier Belloni, debería explicar porqué un colectivo de la Municipalidad de esa ciudad, transportaba afiliados de la UOCRA, del cual se bajaron para golpear a maestros de música, mujeres y enfermeros. De la misma manera, las tres kombis con el logo de la UOCRA y los autos y camionetas rentadas que están plenamente identificadas en fotos y videos, alguien tendrá que exigir una explicación de porqué estaban allí y quien los pagó. ¿Actuará la justicia en este caso o será uno más de los tantos hechos irresueltos que duermen en los juzgados provinciales, cuando la barbarie proviene del poder mismo?. ¿Dónde está Hebe de Bonafini, Verbisky y el gobierno nacional enarbolando los DDHH? y lo que es peor ¿Dónde está el representante de los derechos humanos en la provincia, para el cual el gobierno creó una Secretaría con presupuesto y rango institucional a fin de defender e intermediar en los casos de injusticia?.

El Ministro de Gobierno, inocultable inoperante político, José Córdoba, habló de enfrentamiento, el Jefe de Gabinete Pablo González emitió un comunicado y eligió a dos medios de obsecuencia debida, para formalizar una “entrevista” que a nadie se le ocurriría reproducir. La Legislatura hoy se prepara para repudiar los hechos, pero nadie sabe el tenor del proyecto de Resolución, aunque todos recuerdan la negativa del oficialismo a repudiar a García y sus muchachos, cuando golpearon al diputado Radical.

Hoy ATE inicia un paro por tiempo indeterminado, ADOSAC decide en Congreso a realizarse en la Cuenca carbonífera, un paro que seguramente no tendría fecha de finalización; en Río Turbio y 28 de Noviembre las fuerzas políticas, algunas aprovechando la división partidaria interna, declararon al Gobernador Peralta persona no grata y todos los estamentos públicos, gremios y comercio adhirieron a un paro de actividades en repudio.

La justicia no ha llegado aún. El principal actor, el sujeto que debiera estar sometido a un intensivo análisis por parte de los fiscales y jueces, sigue en la calle. Las fotos y los videos (en ésta y otras agresiones) lo muestran como el jefe de la banda que pega como uno más y aún hay sectores que tratan de encubrirlo. Santa Cruz se juega ante la opinión pública nacional, una vez más, la imagen de lo que es como ghetto político de un pasado que nadie quiere revivir o la esperanza de que existen políticos, jueces y líderes gremiales que buscan transparentar lo ocurrido, castigar a los culpables y evitar, en el futuro, que estas ignominias sigan sucediendo.