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Las mentiras de Hugo Moyano

Historia, reivindicaciones y demandas:


Las mentiras de Hugo Moyano

Por Carlos Petroni

Había muchos trabajadores y entre ellos muchos jóvenes. No llegaron ni remotamente a las cifras anunciadas de 500.000, pero hoy día hay pocos aparatos que puedan movilizar tantos obreros y jóvenes a un acto político. Moyano lo hizo, y ese es el peligro que persiste. Dio un discurso repetido y esperable, donde relato una historia a la medida de sus intereses, no expreso las principales demandas de los trabajadores sino las de la burocracia sindical y se colgó de las polleras de la candidatura de CFK porque sabe que después de las presidenciales comienza su turno en la lucha por la sucesión.

Asistencia

Contando los metros cuadrados y las cuadras que ocupaba el acto en la 9 de Julio -utilizando imágenes y cálculos satelitales- , obtenemos una superficie total ocupada por el acto de 62.000 metros cuadrados. Sin embargo, de allí hay que descontar unos 12.000 metros cuadrados de arboledas y terrenos no aptos para la actividad y unos 8.000 metros cuadrados de espacios vacíos controlados por la propia seguridad del evento, la circulación y la infraestructura, incluyendo las áreas del escenario, de espera y de vehículos.

Tanto la SIDE (controlada por el Gobierno Nacional), como el gobierno de la Ciudad (opositor al acto) y la PFA (controlada por Nilda Garre) dan a la actividad una participación de entre 48.000 y 60.000 personas. Nuestro cálculo, en concordancia con otros similares se basa en considerar 50.000 metros cuadrados (unos cinco mil por arriba del cálculo más conservador) con una densidad de 2 y media personas por metro cuadrado (cuando evidentemente había vastas zonas con densidad), algunos claros significativos y densidades de hasta 3 por metro cuadrado alrededor y frente al palco oficial.

El cálculo no supera entonces los 130.000 participantes. Moyano se ocupo de mencionar la cifra 500 o 600 mil atajándose de que seguramente algunos medios le darían muchos menos. Moyano exagero por razones políticas hasta el plano de lo ridículo.

Las expectativas de la burocracia fueron subiendo a medida que se acercaba el día del acto de 300 a 500 mil. No lo cumplieron, pero es necesario señalar que hay pocos o ningún aparato político que pueda movilizar esta cantidad de trabajadores y sobretodo tantos jóvenes a un mitin de apoyo a un líder, en este caso Hugo Moyano.

Camioneros, SMATA, UPCN, Ferroviarios, UOCRA, Plásticos y Peajes aportaron lo suyo y participaciones menores de Canillitas, Taxistas y otros, así como asistencias cuasi simbólicas de Judiciales y del gremio de JC Schmid. No vimos a los de la UOM, pero seguramente estarían, así como tampoco divisamos la columna de la UTA.

La columna de la JSP tendría unos 6.000 participantes – tal vez un poco mas -, importante, pero menor a la movilización que garantizaron para el acto de River.

Hubo ausencias notables de trabajadores de Comercio, Rurales, Bancarios (envueltos en el día de la fecha en un paro), Luz y Fuerza, Alimentación y otros sindicatos importantes, así como también se notó la ausencia de muchos gremios pequeños.

La movilización fue nacional y el aparato Moyanista se jugó a fondo. Había delegaciones de docenas de ciudades de la Pcia. de Buenos Aires y contingentes de Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes y hasta de Misiones, Formosa, Salta y la lista sigue.

Estaban las huestes del Movimiento Evita, el 26 de Julio, gente de la FTV y otros aliados sociales de Moyano que aportaron números, pero no muy grandes, incluyendo algunos destacamentos de La Cámpora.

La asistencia denota la base social del Moyanismo en algunos gremios que es muy fuerte, pero lo circunscribe a ellos y un poco mas, cuando fue notable que aun fuerte, es un fenómeno parcializado de la clase, circunscripto y acotado que solo puede ser movilizado en pleno como el 29 mediante acuerdos con la patronal en un día laborable, y gastando una cifra aproximada a los 30 millones de pesos.

Algo obviamente irrepetible en un Domingo (el verdadero día de los Trabajadores este año) o en una movilización rápida con un tinte político de distinto signo, supongamos, para una manifestación de protesta como la que se planeaba cuando Moyano lanzó la idea del paro nacional por las “persecuciones” de la que decía era objeto y que luego levantó ignominiosamente.

Un acto cuasi oficial

Una nota de saludo al acto de la Presidenta CFK y la casi totalidad del Gabinete Nacional encabezado por Tomada, DeVido, Boudou, Giorgi, Aníbal Fernández, el Secretario Zannini y tantos otros, le dio al evento toda la impresión de un acto oficialista.

La nota de CFK se refirió a un largo homenaje a Néstor Kirchner, solo mencionó a Moyano en el encabezado de la carta y llamó a “cuidar el modelo.” Su mensaje fue una especie de contrapunto al carácter del acto que era el de fomentar, con la parafernalia, banderas, camisetas impresas y discursos, la figura de Moyano. La carta era una eulogia a Néstor Kirchner.

Los ministros, por su parte, se codeaban y empujaban entre ellos para sonreírle al líder camionero, acercarse a él, intercambiar un comentario y sonrisas. A pesar de algunas ausencias notorias de algunos “izquierdistas” Kirchneristas, la representatividad del gobierno estaba garantizada y se completaba con la presencia estelar del Gobernador Scioli, sentado al lado de Moyano y un grupo de intendentes – aunque pequeño – algunos diputados nacionales y provinciales y hasta algunos concejales. también se sentaron en el palco oficial los tres referentes más importantes de La Cámpora.

El mensaje

O los mensajes, valdría decir, fueron los esperados. Abrió el acto Juan Carlos Schmid de Balizamiento y Dragado que leyó un poema en honor de Moyano destacando su negritud y su origen popular, su sufrido trabajar en camiones y como los ataques que recibe en realidad son ataques de los blancos por prejuicios a dirigentes de color. Toda una fantochada que nada tiene que ver con la realidad sino con la coartada con la que intenta cubrir retóricamente su accionar el camionero y sus cómplices.

Moyano es interpelado por la historia por su estrecha relación con la Triple A y su terrorismo de estado en los 70; su pertenencia a la extrema derecha que hoy trata de revivir. Esta tocado por investigaciones de medicamentos y troqueles truchos en las Obras Sociales probadas prima facie y esta bajo sospecha en innumerables hechos delictivos como la de su sociedad en la firma recolectora de residuos Covelia. Estas son las verdaderas razones y no, por su apariencia, color, o forma de hablar.

Por supuesto la burguesía trata de utilizar todos estos fenómenos de corrupción y violencia para desacreditar el sindicalismo en general y eso es de esperar. La causal de esa campaña es consecuencia de los actos de Moyano y otros dirigentes burocráticos de los que no puede excusarse porque son utilizados por la patronal sino que requieren, precisamente por ello, que sean limpiados por el movimiento obrero desembarazándose de semejante dirigente.

Después del “Poema a Moyano” buscando imponer un improbable culto a su personalidad, vino el discurso del líder. Podemos dividirlo en tres partes: La revisión de la historia a su medida, la reivindicación de aspectos del llamado “modelo” y el pedido de que CFK sea candidata a Presidenta y el de las exigencias al respecto.

Tengamos en cuenta de que esta es la conmemoración del 1ro. de Mayo, instituido para pasar revista a las luchas y levantar el programa para las que vienen, iluminando la historia de los mártires de Chicago y todos los héroes caídos de la clase obrera. Moyano hizo algunas alusiones a los muertos en general y condenó tibiamente a la dictadura militar del Proceso “olvidándose” por supuesto, de que militaba en las filas del Calabrosismo (por Victorio Calabró, metalúrgico y Gobernador de la Pcia. de Buenos Aires antes del golpe) y que, como tal, había apoyado activamente a los militares en “su lucha contra la subversión antinacional y antipopular” y luego al propio golpe en sus inicios.

No hizo mención al asesinato de Mariano Ferreyra, ni embanderó la causa de los desempleados y trabajadores en negro, ni de los pueblos originarios.

No hizo mención alguna al 1ro. de Mayo militante y combativo, sino que claramente lo declaró “día de Fiesta” en lugar de día de Lucha.

Hizo un recuento de la “historia de su fracción sindical” que la comenzó con el Grupo de los 25, el MTA y luego con su oposición a la Ley Banelco. Esa historia comienza en las postrimerías de la dictadura, ignorando unos 20 años de su historia como jefe camionero, de la CGT y del PJ marplatense donde se ubicó en la ultraderecha, “llamó a identificar y detener” Montoneros, colaboró con la CNU/Triple A, con la que estaba asociada políticamente y su época temprana durante el Menemismo cuando apoyó al Riojano.

Por supuesto no hubo recuento de las grandes luchas de los 70, ni del clasismo, ni de grandes dirigentes obreros que se merecen homenajes como Tosco, Salamanca y tantos otros que se destacaron por el gremialismo combativo y cayeron víctimas de la persecución y asesinato en muchos casos de la dictadura militar.

Su discurso estuvo mechado con vanaglorias a su propia persona, al gremio camioneros y a algunos de sus aliados. Parecía la saga del “Poema a Hugo” leído por Schmid. Incrustadas en esas alegorías introdujo el orgullo que siente por ocho años de acuerdos con las patronales, mas allá de los esporádicos “tiroteos.”

Le llegó el turno luego a las demandas. “Los trabajadores no estamos solo para depositar el voto sino para aspirar a algún puesto también” que, junto a otras expresiones resultaron claras para quien quisiera oír que demandaba más puestos en las listas del Justicialismo y el FPV para las próximas elecciones.

Esto fue precedido por alusiones a Néstor Kirchner a quien ensalzó, entre otras cosas, por haberle concedido a la burocracia las paritarias truchas (sin asambleas, sin consulta a las bases y sin patear ningún tablero patronal); por pagar la deuda fraudulenta al FMI y “casi” haber logrado, este gobierno, hacer accesibles 15 vacunas.

Reivindicó la Ley de Medios y deploró que aun no pueda ser instrumentalizada. Saben todos que Moyano favorece la extinción de algunos “monopolios” mediáticos solo para que emerjan otros que sean manejables para ocultar los crímenes de su lado del mostrador y coartar la libertad de prensa de los que se opongan al “modelo” o la burocracia sindical.

Se deshizo en elogios en medidas tales como la AUH (Asignación Universal por Hijo) como si 220 pesos por mes (unos 50 dólares) resolvieran los ingentes problemas de la maternidad de las trabajadoras y las mujeres pobres.

No nos detendremos en oscuridades profundas como su aseveración de que NK se “enfrentó con arco y flechas a la OTAN” y otras particularidades.

Dirigiéndose a su asesor letrado, Héctor Recalde, le pidió que esta año se aprobara la llamada Ley de participación en las Utilidades, el cual representa un incentivo a las inversiones patronales, ya que si esta las hace, serían exceptuadas del reparto de utilidades entre sus empleados.

No hubo demandas de aumentos de salarios para todos los trabajadores o un significativo aumento del salario mínimo vital y móvil, un clásico sindical en este tipo de reuniones. No dijo absolutamente nada sobre los jubilados o el 82 por ciento.

No exigió la nacionalización de todo el sistema de salud, sino que destacó a las Obras Sociales manejadas turbiamente por la burocracia sindical.

No faltaron en su discurso las acusaciones de siempre contra Clarín, los medios y todos aquellos que se erigen en fiscales “con la bragueta abierta” en clara alusión de que cualquier ataque contra el o algún otro dirigente era un acto contra todo el movimiento obrero, no simplemente una acusación contra algunos de sus dirigentes, empalmado a la demanda de que los hijos de la Noble se sometan al ADN.

Esto, sin embargo, dicho al paso y sin mayor convicción, como alguien que debe recitar algo aprendido para desviar la atención. Paso rápidamente de tema. No vaya a creerse que existen convicciones serias sobre los DDHH.

El futuro

Estoy un poco cansado de las especulaciones que, por lo bajo, se tejen en los ambientes políticos. “Hay tensión entre Moyano y CFK”, dicen. “La relación es una de enfrentamientos cotidianos”, susurran. La realidad es que CFK y el gobierno y la burocracia sindical son aliados.

Como tales discuten cotidianamente porciones de poder, buscan avanzar un casillero a expensas del otro, El resultado, sin embargo es que los trabajadores están presos tras las rejas de la burocracia y el gobierno consiente, aunque sea por un interés bastardo de la coyuntura.

Moyano odia hasta el aroma aggiornado de las remembranzas setentistas de los K ortodoxos, aunque los sabe inofensivos a la hora de la acción. Odia con más énfasis que se le recuerde su propia historia de ese periodo que no es más que el de su formación para estas circunstancias.

también sabe que si los ex nacionales y populares, ex Tendencia, ex “maravillosos” de los 70 reciclados, no son mas que una comedia; su propio armazón y reconstrucción de la derecha burocrática y anticomunista tendrá poca aceptación democrática en la sociedad, pero se asienta en un poderío institucional que ha convertido la tragedia de sus inicios en la década de plomo en un centro de poder, hasta ahora indisputado.

Supongamos por un momento que CFK sufriera, digamos, un infarto por el gran stress de sus funciones, su edad de riesgo y otras circunstancias y muriera o no estuviera en capacidad de ser candidata en las próximas elecciones. ¿Cual sería el escenario más creíble? El Kirchnerismo se desharía como cenizas al viento, Cobos asumiría como Presidente y el PJ y su aparato nacional quedaría en manos de Moyano, Scioli y lo peor de la derecha peronista.

Una repetición del Modus Operandi de Moyano desde los 70 cuando se quedó con el gremio, la CGT y el PJ marplatenses por default.

Saquemos ese escenario del camino y pongamos otro, tal vez el más probable. CFK goza de buena salud, es candidata y gana. Al día siguiente de su elección comenzaría la cuenta regresiva hacia la nada y la disgregación del Kirchnerismo, amen de la lucha feroz por su sucesión en la que una alianza Scioli-Moyano marcaría el paso de todos y comenzarían la carrera como favoritos por varios cuerpos.

Supongamos que CFK, gozando de buena salud, decida NO ser candidata. El final sería igual que en las otras dos alternativas. Sellaría el triunfo inminente de Scioli y Moyano. El país, el pueblo, los trabajadores, deberían temblar ante esa perspectiva y, sin embargo, la clase dirigente del FPV y el gobierno dirigen a la Nación hacia el escenario de una de esos tres desastres.

En el horizonte, aun no hay nadie que pueda frenar ese desenlace anunciado. A menos, claro, que uno sea de la UCR de Alfonsín o el ARI/CC de Carrió y crean que entienden lo que esta sucediendo o puedan amortizar las consecuencias. Serán barridos del mapa. Los únicos capaces de frenar estas posibilidades son el movimiento obrero y sectores populares. Si encuentran o construyen una herramienta apropiada para hacerlo.

Izquierda info 30/04/11