Abajo la dictadura de Bashar Al Assad! ¡Viva la rebelión popular siria!
Llamado de la Unidad Internacional de Trabajadores
¡Abajo la dictadura de Bashar Al Assad! ¡Viva la rebelión popular siria!
En los últimos días el régimen sirio envió al ejército con tanques, cañones y otras armas pesadas a reprimir a las protestas populares que vienen creciendo desde mediados de marzo. Distintas fuentes hablan ya de más de 500 muertos desde el comienzo de las protestas.
La rebelión del pueblo sirio es parte del levantamiento de los pueblos árabes contra las dictaduras que los someten. El pueblo sirio reclama libertades políticas, aumentos salariales, alivio a la pobreza y el fin de la corrupción.
La ciudad de Deraa está sometida desde el 30 de abril a un bloqueo militar, toque de queda total, el ejército dispara contra la gente que esté en la calle, con corte de comunicaciones, teléfonos, internet y también la electricidad. En la ciudad actúan fuerzas especiales y se reportan enfrentamientos armados. El gobierno afirma que está “destruyendo a los terroristas por pedido de la población”. Deraa, ubicada en el sur del país, de 70.000 habitantes, fue la primera ciudad adonde hubo movilizaciones masivas de protesta contra el régimen y los manifestantes quemaron la sede del partido Baaz gobernante.
Ante las primeras movilizaciones masivas en marzo hubo una feroz represión, con decenas de muertos, pero Bashar al Assad anunció algunas concesiones, un aumento de salarios y el 29 de marzo renuncian todos los ministros (aunque los reemplazó por otros del mismo grupo social y político gobernante, la minoría alauita y el partido Baaz). Al mismo tiempo intenta hacer creer que los hechos represivos y asesinatos no eran responsabilidad del gobierno sino de “terroristas” que querían culpar al gobierno.
Pero las manifestaciones siguen creciendo en número y extendiéndose a nuevas ciudades. El 21 de abril Assad levanta el “estado de emergencia” que regía ¡desde 1963! Según este “estado de emergencia” no estaban permitidas reuniones de más de 3 personas en lugares públicos y la policía tenía carta blanca para detener a cualquiera por tiempo indeterminado sin orden judicial. También liberó algunos presos políticos y disolvió la Corte Suprema de Seguridad del Estado, un odiado tribunal de sentencias inapelables que había condenado a miles de personas por supuesto atentado a la “seguridad” estatal.
Levantar el estado de emergencia y abolir la Corte Suprema de Seguridad fueron los principales reclamos democráticos de las primeras manifestaciones. Lo que ha significado un primer triunfo de la movilización. Pero estas concesiones fueron acompañadas de una continuada y violenta represión que hace que cada manifestación termine con muchos muertos y heridos. Esta situación provocó un cambio en las consignas de los manifestantes que comenzaron a gritar “Abajo Assad”.
Como otros regímenes árabes, el régimen sirio tuvo un origen nacionalista que denominaron “socialismo árabe”, pero en los marcos capitalistas y dictatoriales.
En 1973 sufrió ataques militares del Estado de Israel, con el que tiene fronteras, que ocupó las alturas del Golán, parte del territorio sirio.
En 1982 las fuerzas del régimen masacraron a 20.000 musulmanes que habían comenzado a exigir participación política por influencia de los Hermanos Musulmanes de Egipto y de la revolución iraní de 1979. Sin embargo Assad mantiene estrechas relaciones con el régimen teocrático de Irán con el que en la década del 80 hizo una alianza contra Irak (en ese tiempo gobernado por Saddam Hussein).
Gobierna un partido único, el Baaz desde 1963, y la misma familia Assad desde 1970. El actual dictador Bashar Al Assad asumió el poder al morir su padre en el año 2.000.
La relación con Estados Unidos y Europa fue históricamente tensa, por los vínculos de Siria con Irán, por el conflicto de Siria con Israel y por los conflictos en Líbano, adonde Siria tiene acuerdos con Hezbollah.
Bashar Al Assad inició una apertura económica con la Unión Europea , y privatizaciones de las empresas estatales – bancos, energía eléctrica, cemento y farmacéutica – mediante las cuales los Assad se robaron gran parte de los bienes públicos y mejoraron las relaciones con el imperialismo, en especial con Francia. Sarkozy, el presidente francés, visitó Damasco en el 2008 y 2009 y Assad visitó París en diciembre pasado estableciendo acuerdos económicos y políticos sobre Líbano. En el 2005 Estados Unidos rompió relaciones con Siria. Recién las restableció en enero de este año.
Este giro hacia acuerdos económicos con el imperialismo y privatizaciones del régimen sirio tiene consecuencias sobre la economía popular. La desocupación se sitúa entre el 20 y el 25% (el 10% según datos oficiales), mientras el 50% de la riqueza del país es controlada por el 5 % de la población, especialmente los sectores sociales ligados a la familia gobernante de la minoría alauita y también un sector burgués comercial sunnita de Damasco y Aleppo.
Como en el conjunto de la revolución árabe, en Siria, la tarea de derribar a la dictadura es la más urgente para el pueblo movilizado. Pero esta gran tarea democrática se combina con la lucha por medidas económico-sociales. Para solucionar la miseria de las masas hay que luchar por expropiar a la familia Assad, volviendo a nacionalizar las empresas privatizadas, y romper los tentáculos del imperialismo que ya penetraron económicamente en el país. Sólo un gobierno de las organizaciones obreras y populares, que surgen en la lucha contra la dictadura, puede hacer este cambio de fondo.
El presidente Chávez, que dio antes su apoyo a Kadafi, está dando su apoyo político al dictador Assad, al que llamó “humanista”. Lamentablemente este apoyo de Chávez tiene un fuerte peso negativo, porque confunde a una parte de la izquierda internacional y contribuye a aislar a la rebelión del pueblo sirio, a privarla de la solidaridad internacional obrera y popular que necesita. Chávez avala el discurso de la dictadura siria que dice que enfrenta “una conspiración extranjera” y un “ataque terrorista”.
Como ya pasó en Libia, no puede descartarse que el imperialismo puede intervenir, con la misma excusa que lo hace en Libia: “defender al pueblo”, ante la escalada de la crisis y ante el hecho de que Assad no encuentra una salida política, y especialmente ante la posibilidad cierta de un proceso insurreccional armado, Desde ya es necesario alertar contra esta posibilidad, repudiar cualquier intervención imperialista que tendría el objetivo de impedir un triunfo popular e imponer un gobierno sometido al imperio.
La movilización parece ganar fuerza cada semana. Algunas informaciones dan cuenta de que han surgido centenares de “tansiqyat” (palabra árabe que significa coordinadora) en los barrios populares, y se crean nuevas a diario, coordinadas entre sí por mensajes de texto y facebook. Desde las “tansiqyat” se estarían organizando las manifestaciones y la autodefensa ante la policía y los matones parapoliciales del régimen.
En lo inmediato es urgente denunciar los crímenes de la dictadura, exigiendo que retire el ejército de Deraa y de las demás ciudades en rebelión, que cese la represión, reclamando a los gobiernos romper relaciones con el régimen de Assad. Es necesaria una gran campaña mundial de apoyo al pueblo sirio en su lucha por derrocar a la dictadura de Assad
UIT-CI (Unidad Internacional de Trabajadores-Cuarta Internacional)
4 de mayo de 2011