¿Fifty fifty?
Carlos del Frade (APE)
“…Por los principios sociales que Perón ha establecido…”, dicen los versos cantados por Hugo del Carril.
La Marcha peronista ha atravesado la historia contemporánea argentina y forma parte del recuerdo siempre revisitado por miles y miles de habitantes de estos arrabales del mundo.
A finales del primer gobierno peronista, aquel surgido del subsuelo de la patria sublevado -como decía Scalabrini Ortiz- del 17 de octubre de 1945, los distintos economistas e historiadores coinciden que el 53 por ciento del Producto Bruto Interno, la famosa torta que construyen los trabajadores y gran parte se quedan los empresarios, correspondía al sector laboral.
Nunca más se dio semejante porcentaje en la distribución de la riqueza.
Al viejo general le gustaba hablar de que era el fifty fifty.
Un cincuenta y cincuenta por ciento que justificaba su idea de la tercera posición y la alianza de clases.
Casi sesenta años después, desde la Casa Rosada volvió a surgir aquella ecuación.
-Estamos llegando al fifty fifty del que hablaba Perón – dijo la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, a principios de mayo. Según los curiosos números que maneja entiende que los trabajadores argentinos se quedan casi con la mitad de lo que producen, mientras que los patrones, con la otra. Armonía entre las clases sociales. Inexistencia de desigualdades. Eso dice la presidenta sobre la realidad argentina actual de 2011.
Es una afirmación curiosa, llamativa, provocativa, alejada de la realidad concreta.
Otros números dicen lo contrario.
Por un lado aumentaron los programas de ayuda social pero, en forma paralela, también se incrementa la pobreza.
De tal forma, ¿dónde está, señora presidenta, el fifty fifty del que hablaba el máximo referente del movimiento político que hoy usted encabeza?
Para los integrantes de la Fundación Siena, el gobierno nacional aumentó las partidas sociales de 85 millones de pesos en 2007, a más de 227 mil millones para este año 2011. Un 60 por ciento del presupuesto nacional.
Una cifra que, por otro lado, pone de manifiesto la necesidad de producir paliativos a una realidad que está lejos de la igualdad en el reparto de la torta como pretende la presidenta.
Para la Fundación, uno de los planes que tuvo un fuerte aumento presupuestario en los últimos dos años es Argentina Trabaja, que pasó de 1.500 millones de pesos en 2010 a 3.787 millones, en 2011. De acuerdo a los investigadores, “este programa, cuyo objetivo es la generación de puestos de trabajo en organizaciones comunitarias, presenta una distribución que no responde a criterios objetivos, como la desocupación o la población. Por ejemplo, el programa sólo distribuye los recursos a diez provincias y a la ciudad de Buenos Aires. Pero el territorio bonaerense concentra el 68 por ciento de los fondos previstos para este año y hay distritos no kirchneristas, como Catamarca, Chubut y Tierra del Fuego, que registran tasas de desocupación superiores al 7 por ciento y no recibieron ni un centavo”, apuntan las notas periodísticas que publican la investigación.
En el caso del denominado programa Techo Digno, los mayores aportes se concentran en la provincia de Buenos Aires. Allí va destinado el 37,2 por ciento de los fondos, ya que tiene el 33,8 por ciento de las viviendas del país con privación material en el acceso a los servicios e infraestructura social básica. Pero el mismo programa se distribuye a Jujuy (apenas el 0,6 por ciento) y Salta (1,6 por ciento), que tienen más déficit habitacional que otros distritos.
En forma paralela, “el informe también advierte que llama la atención que Chaco y Santiago del Estero reciban menos recursos en el programa de seguro de desempleo que Chubut, cuando tienen más población y tasas de desocupación más elevadas. Para los investigadores, es fundamental “mejorar la calidad y transparencia en la información sobre la distribución geográfica de los programas y establecer criterios objetivos de asignación del gasto”.
La conclusión es que la ayuda social creció dos veces y media pero la pobreza no baja del 30 por ciento de la población total de la Argentina.
Una clara postal de la temeraria afirmación presidencial sobre que en el país se había alcanzado el fifty fifty del que hablaba el viejo General.
Argenpress 12/05/11