Egipto: Represión brutal contra manifestantes deja 1100 heridos
29 de junio.- Más de 1.114 personas resultaron heridas por la feroz represión policial en la plaza Tahrir de El Cairo este martes y miércoles. Uno de los civiles heridos tiene una herida de bala y permanece bajo observación médica. Alrededor de 2.000 personas permanecen en Tahrir y han levantado barricadas para protegerse de la agresión gubernamental. Los manifestantes están movilizados contra los acuerdos para dejar en la impunidad a los cabecillas del régimen de Mubarak que asoló durante casi 30 años a la nación africana.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el órgano que gobierna ‘de facto’ el país desde la caída de Hosni Mubarak, ha sostenido que la lucha popular «no tienen otra justificación que alterar la seguridad y la estabilidad de Egipto en un plan organizado que trata de aprovecharse de la sangre de los mártires revolucionarios y pretende dividir al pueblo y al aparato de seguridad» del Estado.
Más de 30 personas han sido detenidas por participar en los disturbios.
Las gobernaciones de Suez, Alejandría y El Cairo, en protesta por la represión, han anunciado el comienzo de una sentada de duración indefinida para pedir que sus demandas sean obedecidas.
La violencia comenzó después de que familiares de fallecidos durante los levantamientos que derrocaron en febrero al ex presidente Mubarak protestaran a última hora del martes a las afueras de la capital.
«El pueblo está enfurecido porque los juicios contra los altos cargos (del régimen de Mubarak) continúan dilatándose», ha explicado Ahmed Abdel Hamid, de 26 años y testigo de las refriegas nocturnas de este martes.
El Movimiento 6 de Abril ha pedido al pueblo egipcio que se dirija a Tahrir, para que se inicie una huelga general indefinida con el objetivo de que se cumplan sus demandas. Asimismo, exhorta a que las manifestaciones previstas para el próximo 8 de julio se adelanten, tras la primera oración del día 30 de junio.
Los participantes en la protestas reclamaban un rápido desarrollo de las reformas exigidas durante la revuelta popular que acabó con la renuncia del presidente egipcio, Hosni Mubarak, el pasado 11 de febrero y el procesamiento judicial de los altos cargos del régimen responsables de la muerte de más 800 manifestantes durante esa ola de movilizaciones antigubernamentales.
«La gente que comenzó esta revolución quería cambios, libertad, igualdad social y justicia, y no ha conseguido ninguna de estas cosas. Ahora estamos incluso peor que antes, el Consejo Supremo del Ejército está utilizando los medios para ganar legitimidad», dijo una testigo de los incidentes, Gigi Ibrahim.
En cuanto a las declaraciones del Ejército sobre los incidentes, Ibrahim fue contundente: «Obviamente, acusan a todo el mundo». «El juego es el mismo, nos atacan por cualquier acto de protesta y acusan a los manifestantes de ser contrarrevolucionarios».
29/06/11