No al “modelo” de represión, corrupción y bajos salarios
“Ni progresista, ni popular, es el gobierno que reprime por luchar”. Así cantaba la columna encabezada por los docentes santacruceños de ADOSAC en la marcha del pasado viernes cuando entraba a Plaza de Mayo, acompañada por miles de personas, distintas organizaciones sociales, independientes y de izquierda. Resumían así lo que ellos vienen sufriendo en la provincia gobernada desde hace años por el kirchnerismo, represión que ahora se dio en plena Capital el jueves pasado. El gobierno quedó mal parado. Tuvo que “limpiar” la calle frente al Ministerio de Trabajo, reprimiendo a los docentes para que no se instalara su acampe, dejando en evidencia que sólo les puede ofrecer palos y bajos salarios.
Cristina y el gobernador Peralta los reprimen y no les aumentan; Filmus salió a avalar la represión y el ministro Tomada ni los recibió. ¿Dónde está el progresismo y el gobierno “nacional y popular”? Una gran pregunta que se tienen que hacer aquellos que se inclinan por votar a la fórmula de la Casa Rosada o a sus candidatos en la Ciudad de Buenos Aires. El mensaje que, para “combatir a la derecha” de Macri hay que votar por Filmus-Tomada, hace aguas por los cuatro costados.
Otro tanto vale para los dirigentes sindicales cooptados por el gobierno, como Yasky (uno de los sectores burocráticos en que se dividió la CTA) y Stella Maldonado (Ctera), que responde a aquél. En la misma marcha se gritó: “Ctera yo te quiero preguntar, si hace falta un muerto para el paro nacional”. Y es cierto. La CTA y Ctera -lo han dicho públicamente- sólo pararían si hay un muerto… ¡y en este caso del gobierno que ellos apoyan! Es decir, cuando las balas asesinas vuelvan a ensangrentar la lucha educativa, como ya pasó con el compañero Fuentealba. ¡Una nueva traición de Yasky y Ctera! Porque para que no haya más un muerto por luchar hace falta un paro y plan de lucha nacional para que esta lucha triunfe. Cosa que estos burócratas se niegan a hacer
La designación del ministro de Economía para acompañar a la presidente es toda una señal que indica hacia dónde apuntará el próximo mandato kirchnerista (el tercero). Ya la Bolsa porteña subió el día que Cristina ratificó su candidatura.
Boudou fue saludado por la Unión Industrial (UIA), el empresario de la Fiat Cristiano Rattazzi, Carlos De la Vega -titular de la Cámara de Comercio-, entre otros jefes patronales. Todos se referían a la virtud del ministro en arreglar con los bonistas y pagar deuda externa con reservas. Claro. Con esa medida, los grandes empresarios pueden acceder al crédito internacional para seguir haciendo fabulosas ganancias. Nadie cuestionó que Boudou fue el mentor de la estatización de las AFJP, ya que la mayor parte de esos fondos -que son de los jubilados y trabajadores- van a parar a subsidios patronales y, también, a pagos de la deuda. O la negociación que el ahora flamante candidato a vicepresidente está llevando adelante con el Club de París para pagar 8.000 millones de dólares de deuda generada por la dictadura. Con lo cual, desmiente el elogio que le propinó la jefa de estado diciendo que Boudou “combatió a las corporaciones”.
Boudou es el candidato de Hugo Moyano, a pesar que a la CGT le dieron pocos cargos en las listas. El amigo del patotero Guillermo Moreno, impulsor de la manipulación en el INDEC. El que niega la inflación. Uno de los que benefició al corrupto Schoklender mientras se sacaba fotos con Hebe de Bonafini. Esa es la “lealtad” y “valentía” que le reconoció Cristina al ex militante de la Ucedé de María Julia Alsogaray y graduado del CEMA, donde se formaron los menemistas Roque Fernández y Pedro Pou. Cualidades que la presidente le seguirá exigiendo. Que se entienda: para seguir destinando el crecimiento para los de arriba.
Si a eso le agregamos que el kirchnerismo ya pactó con Menem para que el impresentable sea Senador por La Rioja, el “modelo” kirchnerista dista mucho de ser como se lo pinta: “transparente”, que “redistribuye la riqueza”, estimula el “crecimiento con inclusión social” y es el paradigma de la “nueva política”. Los hechos demuestran todo lo contrario.
El apoyo electoral que estaría recibiendo el gobierno (fruto de concesiones parciales, doble discurso, la chequera y el desastre de la oposición patronal) le reditúa en que, si se votara hoy, ganaría las presidenciales. Pero será puesto a prueba ante cada hecho político y, en especial, ante cada lucha. Como la que están protagonizando en forma heroica los docentes santacruceños, la de los petroleros de esa misma provincia que descabezaron a la burocracia kirchnerista o, yendo más atrás, la de los tercerizados del Roca, que lograron un triunfo extraordinario reincorporando a 200 despedidos, pasando a planta permanente a 2.000 compañeros, hoy ferroviarios, y metiendo tras las rejas al asesino Pedraza y a su patota.
Cada voto que saquen Cristina-Boudou y sus gobernadores servirá para que continúen la inflación, los bajos salarios, la represión y persecución a los que luchan, los pagos de la deuda externa, las privatizadas, la patota sindical, los pactos con los viejos políticos y el saqueo del petróleo, el gas y la minería. Lo mismo pasará con la oposición patronal, que ya gobernó para los ricos y el FMI.
En cambio, cada voto al Frente de Izquierda será, en primer lugar, para apoyar con más fuerza las luchas. Como lo hacemos con la de docentes de Santa Cruz, la del hospital de Niños de Capital que paró 48 horas esta semana, entre otras. Por salarios y jubilaciones dignas, para que se termine con el trabajo en negro y las tercerizadas. Para apoyar al sindicalismo combativo que enfrente a la burocracia sindical de todo pelaje. Combatiendo a los intereses de los grandes empresarios, multinacionales, la oligarquía y el imperialismo, suspendiendo los pagos de la maldita deuda externa, entre otras medidas de fondo. Cada voto al Frente será para ir gestando una alternativa política de la mano de la unidad de la izquierda, opuesta al peronismo gobernante, a las distintas variantes del PJ, la UCR, PRO y la centroizquierda.
El Socialista 29/06/11