Patota agrede a nieta de delegado de la línea 60
En la madrugada de hoy, en el Barrio San Alberto, La Matanza, cinco personas ingresaron a la casa de Daniel Farella, delegado de la línea 60 de colectivos. Allí, maniataron y amordazaron a su nieta, al tiempo que la amenazaron con armas y un cuchillo. “Todo esto es por la lucha que Daniel Farella mantiene contra DOTA”, señalaron en un comunicado de prensa los trabajadores, quienes decretaron un paro en todos los ramales entre las 15:00 y las 20:00hs. Esta agresión se suma a una serie de amedrentamientos e intimidaciones que los chóferes han denunciado de manera constante. El próximo martes se prevé una reunión con la participación de diferentes sectores “para ver cómo vamos a dar la lucha cada vez que tocan a un trabajador”.
En la madrugada del viernes 7 de octubre, en el Barrio San Alberto -La Matanza, Provincia de Buenos Aires- cinco personas ingresaron al domicilio de Daniel Farella, quien hace 6 años es delegado de la línea 60 de colectivos, que pertenece a la empresa MONSA, propiedad de DOTA.
Allí, la patota maniató con un cable de computadora y amordazó a la nieta de Farella, quien no estaba en su domicilio. La joven, de tan sólo 15 años, sufrió torturas psicológicas y amenazas con armas de fuego y un cuchillo. Relatando lo sucedido, la nieta del delegado afirmó que las personas a través de teléfonos celulares “hablaron con gente de afuera. Parecía que recibían órdenes”.
En un comunicado de prensa, los trabajadores de la línea 60 aseveraron que “mientras le pegaban, le dejaron un mensaje patotero: que todo esto es por la lucha que Daniel Farella mantiene contra DOTA”, al tiempo que anunciaron un paro de actividades desde las 15:00hs, medida que se extendió hasta las 20:00hs.
Desde Constitución, donde los trabajadores brindaron una conferencia de prensa y recibieron la solidaridad de otros sectores sindicales, el delegado Néstor Marcolín señaló que esta agresión “es un hecho sucesorio de todo lo que viene ocurriendo en la línea 60”, y sostuvo que la empresa “quiere aplastar la lucha, pisarnos la cabeza, no sólo porque reclamamos un salario justo sino también condiciones de trabajo dignas”. Los hostigamientos y aprietes por parte de la empresa comenzaron a la par del plan de lucha de los trabajadores por el reconocimiento del cuerpo de delegados, el pago de salarios adeudados y mejores condiciones laborales.
Cabe recordar que el 19 de septiembre, Marcolín denunció que alrededor de las 3 de la madrugada incendiaron su auto “en la puerta de su casa como señal de amedrentamiento a toda su familia”. Ante ese ataque, ese mismo día, los colectiveros declararon el estado de alerta y asamblea. MONSA respondió, tal como afirmaron los trabajadores, con «un ataque de patotas armadas de la empresa” en la cabecera de Ingeniero Maschwitz.
Marcolín adelantó que “el martes tendremos una audiencia en el Ministerio de Trabajo y luego una reunión con otros trabajadores en el Hotel Bauen para definir una pelea concreta, para ver cómo vamos a dar la lucha cada vez que tocan a un trabajador”.
Entre los presentes en Constitución, estaba el delegado ferroviario Rubén Sobrero, recientemente procesado y detenido por una causa judicial armada. Sobrero sostuvo que hay un “avance colosal para apretar a quienes construyen democracia gremial en sus gremios”, y afirmó: “Se pasó un límite, se atacó a las familias y por eso varias comisiones de transporte nos reuniremos para poner un freno”.
Anred 07/10/11