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Encuentro sindical contra la represión y los ataques a trabajadores

Pollo Sobrero y Daniel Farella

Encuentro sindical contra la represión y los ataques a trabajadores 

Daniel Farella y Néstor Marcolín, delegados de la línea 60

Más de 200 delegados y trabajadores se reunieron ayer por la tarde en el Hotel Bauen para consensuar propuestas y acciones conjuntas ante la creciente persecución, judicialización y ataque a los luchadores obreros y populares. En las diferentes intervenciones se señaló la intención de mostrar voluntad de unidad y de dar la pelea “como un golpe de conjunto”. También se recalcó la necesidad de “laburar en la conciencia de todos los trabajadores”. Entre los primeros acuerdos, se definió marchar el próximo 20 de octubre, día en que se cumplirá el primer aniversario del asesinato de Mariano Ferreyra a manos de una patota de la Unión Ferroviaria, y consensuar una declaración conjunta. El 31 de octubre se prevé una nueva reunión.

 

El 7 de septiembre, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ironizó acerca de la tendinitis que los trabajadores del subte manifestaron sufrir. Pocos días después, el 19 de septiembre, Néstor Marcolín, delegado de la línea 60 de colectivos, denunció que alrededor de las 3 de la madrugada incendiaron su auto “en la puerta de su casa como señal de amedrentamiento a toda su familia”. Ante ese ataque, se declaró el estado de alerta y asamblea, y la patronal respondió, tal como afirmaron los trabajadores, con «un ataque de patotas armadas en la cabecera de Ingeniero Maschwitz. Días antes, el delegado de la línea H de subterráneos, Fernando Cavalieri, fue amenazado por un grupo de cuatro personas armadas acompañadas por Alejandro Kruger, delegado de la UTA”.

 

Septiembre concluiría con otro golpe hacia la clase trabajadora: el 30, era detenido el delegado ferroviario Rubén “Pollo” Sobrero -junto con otras 5 personas, entre ellas el delegado docente Leonardo Portorreal- en el marco de una causa armada por el incendio de trenes ocurrido el 2 de mayo. Ante las masivas movilizaciones en distintos puntos del país que exigían la libertad de Sobrero y Portorreal, el 4 de octubre, el juez Juan Manuel Yalj debió dictar la excarcelación de los detenidos, al tiempo que pidió disculpas, sugiriendo que fue víctima de una maniobra.

 

A estos hechos, se sumó el ataque a la nieta de otro delegado de la línea 60, Daniel Farella. En la madrugada del 7 de octubre, en el Barrio San Alberto, La Matanza, cinco personas ingresaron a su domicilio, maniataron y amordazaron a su nieta, al tiempo que la amenazaron con armas y un cuchillo. “Todo esto es por la lucha que Daniel Farella mantiene contra DOTA”, afirmaron los trabajadores.

 

El ataque a un familiar, a una menor de 15 años, produjo el rechazo de diferentes comisiones internas que se solidarizaron de forma inmediata con Farella. Pero también se planteó la necesidad de consensuar acciones ante los crecientes hostigamientos -desde el poder político y judicial, la burocracia y las patronales- que vienen resistiendo quienes luchan por otro modelo gremial.

 

Por ello, ayer por la tarde, se reunieron más de 200 trabajadores y delegados en el Hotel Bauen. En un recinto que quedó chico para la convocatoria -por lo cual, muchos de los presentes debieron escuchar las intervenciones desde el pasillo- se comenzó el camino para concretar medidas conjuntas contra estas embestidas.

Néstor Marcolín, en la mesa junto a Farella y Sobrero, abrió la convocatoria y señaló el origen de la misma: “Después de lo de Farella, nos juntamos varios cuerpos de delegados. La idea era armar algo para ver cómo damos una pelea de acá en más. Empezar a tener una relación concreta y a darnos una política con todos los cuerpos de delegados que estén dispuestos a llevar una pelea para la defensa de cada trabajador perseguido, de cada trabajador apresado, de cada trabajador enjuiciado, o todas las variantes que usan las patronales, los gremios y el gobierno para acallar nuestros reclamos. Si encarcelan a alguno, como pasó, salir, y que sea instantáneo. Tener esa política clara como para dar esta pelea, cómo armamos una organización entre todos para dar una respuesta real y no ficticia”.

En este sentido, el delegado remarcó la necesidad de “laburar en la conciencia de todos los trabajadores”. Y recordó que “cuando paramos la línea 60 por el asesinato de Mariano Ferreyra nos costó un montón hacer un paro de una hora. Los compañeros no lo veían. El compañero de base, el mismo tercerizado que habíamos logrado pasarlo a convenio, no entendía por qué teníamos que salir a parar”. Y agregó que lo prioritario es “dar una pelea concreta con todos los laburantes para dar una respuesta en apoyo, darnos solidaridad, y trabajar para que los compañeros estén concientizados. Hacer un laburo a largo plazo con las bases, una construcción verdadera y genuina. No sirve que vengamos como figurones”.

Por último, el delegado afirmó: “Que esto no quede en lo que pasó con el compañero Pollo, o con Farella, que no nos olvidemos en el tiempo”.

Luego, hubo más de 30 intervenciones (*). En la mayoría de ellas se aseveró la intención real de mostrar voluntad de unidad y de seguir dando pelea. “Que no sea solo una reunión, darle continuidad”, se escuchó más de una vez. “Los ataques que estamos sufriendo los trabajadores es porque justamente estamos saliendo a luchar, estamos planteando una pelea de frente contra todo lo que se viene”, señaló un obrero de FATE. En este sentido, las diferentes voces subrayaron la responsabilidad que le cabe a los gobiernos nacional, de la Ciudad de Buenos Aires y provinciales, así como al empresariado y a la burocracia sindical, en los aprietes e intimidaciones que pretenden golpear a la clase trabajadora. Y, frente a ello, la “necesidad de coordinar rápida e inmediatamente”, o, en otras palabras “elevarlo como un golpe de conjunto”.

También se recordó la campaña por la libertad de los petroleros de Las Heras –Víctor Oñate y Juan Acosta– y de Carlos Olivera de SITRAIC, así como la exigencia del desprocesamiento a los más de 5000 luchadores populares.

Otras intervenciones, que siguieron el puntapié de Marcolín, giraron en torno al trabajo de base y a tomar como esencial que se “coordine con otros compañeros y en todo el país”. “Unir la mayor cantidad de ejemplos democráticos que se vienen construyendo hace años”, sostuvo Claudio Dellacarbonara, delegado de la línea B de subtes.

Entre los primeros acuerdos, se definió marchar el próximo 20 de octubre, día en que se cumplirá el primer aniversario del asesinato de Mariano Ferreyra a manos de una patota de la Unión Ferroviaria, y consensuar una declaración conjunta, tomando como base, por un lado, la convocatoria a la movilización firmada por varias organizaciones y, por otro, la declaración de la «Mesa contra la represión y persecución sindical», coordinada por comisiones internas y trabajadores de la zona norte de Buenos Aires.

En este sentido se remarcó que los principales ejes para dar la pelea son:
-  Libertad a los trabajadores y luchadores populares presos
-  No a la judicialización
-  No a la represión
-  Condena a los responsables del asesinato de Ferreyra

Por último, se concretó la fecha para un segundo encuentro: será el lunes 31 de octubre a las 18:00hs. En un principio, se realizaría en el Hotel Bauen.

Cabe destacar que, iniciada la reunión, llegó la noticia de represión en el acampe que voceros de familias jujeñas están realizando por tierras en Av. de Mayo y 9 de Julio. Una delegación fue hasta el lugar a manifestar su solidaridad. Más tarde, retornaron a la reunión, acompañados de dos representantes del acampe, quienes relataron la persecución y amenazas que sufren y denunciaron la falta de respuesta del gobierno provincial y nacional.


Concluido el encuentro, ANRed dialogó con Norberto Señor, Secretario General de la Seccional Gran Buenos Aires Sur de ATE e integrante de la Corriente Político-Sindical “Rompiendo Cadenas”:

-  ¿Qué te pareció este primer acercamiento entre tantos trabajadores y comisiones internas?

-  Me pareció un encuentro importantísimo. Habla a las claras de que en toda la vanguardia, en el activismo más combativo que hoy tiene presencia en muchos sindicatos, en muchos sectores de laburo, hay una comprensión de que sin una respuesta unificada y sin una línea en la cual se apunte masivamente al protagonismo de los trabajadores no le vamos a parar la mano a aquellos intereses que vienen fundamentalmente de las patronales, de los monopolios, de sectores ligados a los principales partidos del gobierno y de la oposición, que nos quieren hacer pagar a los trabajadores la crisis y que para eso necesitan descabezar al movimiento combativo, romper toda experiencia independiente de participación de las bases, atacar los métodos asamblearios e incluso a los sectores burocráticos que se convirtiesen, por presión de las bases, en un escollo para aplicar estas políticas antiobreras.

-  Para varios analistas, los próximos 4 años de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner estarán marcados aún más por la intención de disciplinamiento de la clase obrera. ¿Estás de acuerdo?

-  Sin duda. Hay que ver cómo se desenvuelve en los hechos, pero en la medida que la crisis indudablemente vaya a repercutir, lo haga con mayor o menor intensidad, está claro que este gobierno ha defendido y defenderá fundamentalmente los intereses de las grandes empresas, de los grupos monopólicos. Ellos son los que más han ganado, como nunca quizás en la Argentina, fortuna durante estos años, y eso se ha hecho a costa de una mayor explotación, de una mayor opresión, de un ataque -a veces más velado, pero ataque al fin- a aquellos casos donde se han planteado fuertes respuestas y con mucha independencia. Ahí no han vacilado, desde el Estado y sus distintos instrumentos, en provocar crímenes, en encarcelar compañeros y en una judicialización generalizada, con presos políticos. Aparte, cada vez es mayor la aparición de patotas sindicales. Es un disciplinamiento que tenemos que combatir. Sólo los trabajadores y el pueblo vamos a impedir esto. No va a hacer pidiendo favores a los que gobiernan o a los distintos resortes del Estado.

-  En tu intervención hablaste del trabajo en las bases. Estamos a pocos días del primer aniversario del asesinato de Mariano Ferreyra y justamente, si uno mira desde ese asesinato a hoy, no dejó de haber represión ni judicialización. Entonces, ¿por qué trabajar con las bases?

-  Porque esto no se resuelve con una respuesta de grupos. No se resuelve ni siquiera con una o con el doble ni con el triple de la Plaza de Mayo llena. Se resuelve con millones de trabajadores conscientes de que para dar vuelta la tortilla tienen que estar unificados fuertemente. Tenemos y necesitamos construir nuestro propio proyecto, un verdadero proyecto de liberación del pueblo, de los trabajadores. Terminar con la opresión, con la explotación. Y, en camino a esa necesidad, si no hay un protagonismo masivo, generalizado, si no hay asambleas genuinas, si los delegados, los dirigentes, se despegan de esta base, no actúan conforme al ánimo, a la voluntad, a la decisión masiva, más tarde o más temprano nos quedamos aislados y es más fácil golpearnos. Se necesita la unidad de la vanguardia, pero la más importante es la unidad de esa vanguardia con la más amplia masa de trabajadores y de sectores populares si realmente queremos ganar y no simplemente mostrarnos, figurar o hacer propaganda política.


(*) Estuvieron presentes trabajadores ferroviarios, de subtes, línea 60 de colectivos, Frigorífico Rioplatense, Pepsico, Paty, FATE, SITRAIC, Ecotrans, telefónicos, Teatro Colón, Hospital Garrahan, ATE, SUTEBA, AGD-UBA, Fábrica Brukman, INDEC, Banco Provincia, UOM-Santa Fe, entre otros.

Foto portada: Daniel Farella y Néstor Marcolín, delegados de la línea 60

Anred 12/010/11