“Lo que tengo claro es que nunca me voy a callar”
En Buenos Aires, durante la marcha a 38 años del golpe genocida, dialogamos con Elia Espen, Madre de Plaza de Mayo, y con Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga. En ambas se mezclaba la bronca y la emoción por ser parte viva del Nunca Más y, sobre todo, por seguir luchando por justicia ayer y hoy. En esta nota, extractos de sus palabras, que conmueven y llenan de orgullo.
Elia Espen, Madre de Plaza de Mayo:
“He visto a sus hijos gritar que sus padres son inocentes”
“Este 24 tendría que ser un día de homenaje hacia todos los desaparecidos, de pensar todo lo que pasó y qué podríamos hacer para cambiar la historia. Evidentemente este gobierno no la cambia y lo demostró con los trabajadores petroleros. Yo estuve en los juicios y te puedo garantizar que es muy triste, no solamente verlos a ellos que son inocentes, porque se comprobó la tortura, sino los familiares también. He visto la angustia de toda su familia y de ellos mismos. Los he visto llorar. He visto a sus hijos gritar que sus padres son inocentes. Eso es tremendo. Fueron torturados. Un gobierno defensor de los derechos humanos, ¿cómo permite la tortura? Quiero que me lo expliquen. Yo me lo explico, pero me gustaría que ellos me expliquen. Que me dijeran ‘vení, sentate y vamos a hablar’. Pero es una ilusión mía.
“No me parece justo haber llegado a esto. Es lamentable. Sufro y sufro bastante, me duele mucho, espero que aunque sea los petroleros y a todos los que están encarcelados por protestar los larguen y dejen de jorobar. Por eso estamos acá, estamos queriendo homenajear a nuestros desaparecidos, a los petroleros, a todo trabajador que lucha.”