¡Que la plata vaya a los jubilados!
“Si no me ayuda mi hija, no sé cómo haría para vivir”. “Me gasto más de la mitad en remedios”. “De la carne a $28 hay que olvidarse”. “¿Qué hacemos con treinta pesos al día?”. “Trabajamos toda la vida, es desesperante terminar así”. “Aporté con la máxima categoría y me dieron la mínima”.
Estos lapidarios comentarios y reflexiones son los que esbozan permanentemente nuestros pobres jubilados. ¿Merecen tanta desprotección de un gobierno que se denomina “nacional y popular”?