La oposición también quiere pagar
La oposición patronal aprovechó el traspié del gobierno peronista de los Kirchner para hacerle sentir al matrimonio presidencial su poder en el nuevo Congreso. Cobos junto a la UCR, Carrió, Macri, Duhalde y el peronismo disidente salieron a poner freno a los decretos de la presidenta y a postularse como alternativa “seria” de recambio para 2011. Pero todos coincidieron con el gobierno en seguir pagando la fraudulenta e ilegitima deuda externa.
A pesar de su heterogeneidad, la oposición patronal logró, al menos por algunos días, poner en jaque las iniciativas kirchneristas de pagar la deuda con reservas y de remover al presidente del Banco Central Martín Redrado. Alentados por una composición del Congreso donde el oficialismo por primera vez en seis años no tiene mayoría en las cámaras, radicales, peronistas disidentes, el PRO y la Coalición Cívica salieron a copar el centro de la escena rechazando la utilización de los decretos de necesidad y urgencia de la presidencia.
Sus máximos referentes desfilaron por los principales programas políticos de radio y televisión presentándose como los garantes de la democracia y los intereses nacionales, despertando una tibia simpatía en sectores populares por hacerles “morder el polvo” a los K. ¿Pero qué plan distinto al de los Kirchner plantearon estos supuestos opositores? Ninguno.
Sus críticas se centran en las formas en que el gobierno toma las decisiones, pero en el fondo todos ellos coinciden en seguir pagándole puntualmente miles de millones de dólares a los organismos internacionales de crédito y a la banca usurera. Ante cualquier mención sobre que la deuda es ilegítima se apresuran, al igual que la presidenta, a tirar la pelota afuera, descargar responsabilidades en otros, para sostener que hay que pagar hasta el último centavo. El presidente del radicalismo Ernesto Sanz dijo: “A esta altura del partido, cuestionar la legitimidad del origen de la deuda no me parece. En 2004 este debate quedó zanjado”.
Cobos, Gerardo Morales, Duhalde, Solá y demás políticos patronales siguen coherentemente la línea de sumisión al imperialismo que llevaron adelante cuando sus partidos, la UCR y el PJ, fueron gobierno en los últimos 25 años. Carrió, de origen radical, aunque ha roto con la UCR, sigue fiel a estas políticas. Recordemos brevemente.
El gobierno de Alfonsín reconoció más del 95% de la deuda ilegitima contraída durante la última dictadura militar pese a que “no había ningún inventario de la deuda externa cuando Alfonsín llegó a la Casa Rosada en 1983” (Crítica, 17-01), reconoció en estos días el alfonsinista Jesús Rodríguez. Los radicales cuentan sobre sus espaldas también con el gobierno entreguista de De la Rúa que en solo dos años rebajó salarios y jubilaciones para seguir pagando miles de millones de dólares y, mediante la “blindaje y el megacanje”, hicieron crecer sideralmente la deuda con el FMI y demás usureros.
Si de entreguistas hablamos, el gobierno de Menem, apoyado en su momento tanto por los peronistas oficialistas y disidentes de hoy en día, ha hecho escuela continuando con el robo de la deuda e incrementando el saqueo con la entrega de las empresas públicas a precios irrisorios tomando los papeles de esa deuda a valores nominales, mucho mayor que el real, como parte de pago.
Cuando de pagarle al FMI y a la banca usurera se trata, oficialistas y opositores están todos de acuerdo. Por eso juntos apoyaron oportunamente la reapertura del canje de deuda por 20.000 millones de dólares, más 10 mil de intereses, para beneficiar a los fondos buitre y aprobaron el Presupuesto para el año 2010 que incluye el pago de los famosos 6500 millones de dólares. Ninguno de ellos es una alternativa favorable para los intereses del pueblo trabajador.
El Socialista 20/01/10