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Acaba otro Foro Social sin propuestas y sin plan de lucha antiimperialista

Acaba otro Foro Social sin propuestas y sin plan de lucha antiimperialista
foro social P A 2010Al desnudo los «límites insoslayables» del mayor encuentro de movimientos sociales del planeta.

Al desnudo los «límites insoslayables» del mayor encuentro de movimientos sociales del planeta

(Bolpress).- Concluyó la décima versión del Foro Social Mundial (FSM) en Porto Alegre, capital del estado brasileño de Río Grande do Sul, reivindicando la lucha por «otro mundo posible», pero sin plantear desafíos ni propuestas concretas para hacer realidad ese sueño.
Unos 35 mil delegados de 39 países participaron en 915 actividades en Porto Alegre y otras cinco ciudades de la región metropolitana, sede de la primera edición del encuentro, al igual que los celebrados en 2001, 2002, 2003 y 2005. El Foro tuvo versiones en India (2004), Venezuela (2006), Kenia (2007), Multicéntrica (2008) y Belém (2009).

El FSM fue creado como un espacio de articulación de varios sectores de la sociedad en busca de alternativas al modelo neoliberal, según Joaquim Pinheiro, del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), Nació con la propuesta de que otro mundo es posible, en contraposición al Foro Económico de Davos, dice el empresario Oded Grajew, considerado el padre del FSM.

El FSM es una feria de debates de carácter social y no partidaria, y no obliga a nadie a dejar de creer en nada. «Ese proceso viene cambiando culturas que antes eran puestas por encima del interés colectivo», explica Grajew, presidente emérito del Instituto Ethos de Empresas de Responsabilidad Social.

En una década, el FSM se convirtió en el mayor encuentro de movimientos sociales del planeta, articuló a una sociedad civil global que se expande y algunas de sus propuestas se transformaron en políticas públicas, destaca Grajew.

El Foro ya es más que un espacio sólo para debates; «ese mundo nuevo ya está siendo construido, no sólo en términos de ideas, sino de realidades, de prácticas, el FSM ya comienza a ser un espacio en que esas semillas de un nuevo mundo encontraron posibilidades de crecimiento», asegura Moema Miranda, miembro del Consejo Internacional del FSM.

El FSM como proyecto altermundista continúa aglutinando fuerzas, pero «todavía estamos lejos de expandir lugares o espacios hacia todo el mundo y enraizarlos. Hay partes del mundo en las que el forum no llega y esas partes están enterradas por el modelo neoliberal. También aprovechamos poco la potencialidad de ese proceso», reconoce Francisco Whitaker, otro de los fundadores del proyecto.

El encuentro de este año fue productivo porque abrió debates relevantes sobre la crisis financiera mundial, las bases militares en Colombia, el golpe de Estado en Honduras, la 15ª Conferencia de las Partes de la Convención-Marco de la ONU sobre Cambio Climático, y la crisis alimentaria, entre otros temas, observa Joaquim Pinheiro.

Más de 1.000 líderes de movimientos y organizaciones sociales participaron en una asamblea para trazar acciones prioritarias para 2010. La principal de ellas será una campaña continental contra las bases militares extranjeras en América Latina y el Caribe. La criminalización de los movimientos sociales y el cambio climático también motivarán actividades durante este año.

La gran debilidad del Foro es su carencia crónica de un plan de lucha común que aglutine al movimiento popular mundial. La consigna «otro mundo es posible» ya no es suficiente; y la tendencia es que se torne «menos anti y más pro», al sustituir el discurso de desconstrucción por propuestas para llegar a otro mundo posible, dice Candido Grzybovski.

El cambio de la coyuntura política obliga al Foro a iniciar nuevas discusiones: «La cuestión es ¿cómo avanzar de ahora en adelante?», plantea Joaquim Pinheiro.

«No conseguimos acumular un programa más propositivo. Fallamos en construir un espacio que posibilitara promover acciones a nivel internacional. Y si es verdad que conseguimos mostrar que el neoliberalismo no era el camino, no aglutinamos ninguna forma de propuesta antiimperialista», lamenta João Pedro Stedile, coordinador del MST y de Vía Campesina en Brasil.

Se precisa promover «acciones masivas más contundentes», necesarias para «luchar por la hegemonía en la sociedad» e incluso para evitar «un retroceso político en América Latina». Para cambiar el mundo es indispensable el «movimiento de masas», recalca Stedile.

Sería «un paso adelante» si el FSM adoptase una declaración con posiciones como el «antiimperialismo», la «financiación de la riqueza» y la condena al fracaso de la conferencia Copenhague, opina João Antonio Felicio, presidente de la Central Única de Trabajadores (CUT).

Sin embargo, el FSM tiene «límites insoslayables» por su naturaleza de «encuentro generador de ideas; la acción concreta de hacer otro mundo es tarea más allá del Foro», explica Grzybowski.

Construir una agenda común significaría «jerarquizar» la lucha antiimperialista a otras luchas como el «antisexismo, el antirracismo y el antipatriarcado» y «reducir la diversidad» del FSM, que es una oportunidad de «estar juntos y reconstruir la esperanza, que son un fin en sí mismo», opina la activista de Articulación Marco-Sur de Uruguay Lilián Celiberti.

Grzybowski considera que los nuevos desafíos son profundizar la interdependencia entre la acción mundial y local, poner en cuestión el Estado nacional y «descolonizar nuestras mentes de categorías que no nacieron de nuestras luchas».

Bolpress 1-2-2010