Palestina: convocan a tercera intifada
La construcción de una sinagoga y de 1.600 viviendas por parte del Estado de Israel en Jerusalén Este, ocupada por los sionistas, desencadenó masivas movilizaciones que fueron reprimidas violentamente con el ejército Israelí causando 2 muertos y centenares de heridos. Sectores palestinos están llamando a la tercera intifada.
“Consideramos que la Intifada (rebelión en árabe) frente al ocupante es una obligación fundamental para acabar con su desprecio hacia el pueblo palestino y sus lugares santos», destacó el Gobierno de Gaza en un comunicado.
La construcción de las 1.600 viviendas para habitarlas con sionistas es, además, otro paso para expulsar a los palestinos de Jerusalén Este.
Las “intifadas” fueron las grandes insurrecciones populares palestinas en los denominados “territorios ocupados” por Israel, en 1987 y el 2000. Ambas provocaron una crisis en el Estado israelí y un intento de apaciguar a los palestinos con “negociaciones de paz”, auspiciadas por Estados Unidos, con el objetivo proclamado de establecer dos estados: Israel y Palestina (reducida al 22% del territorio original palestino).
La mentira de los “dos estados”
Por el acuerdo de Oslo de 1993 se estableció en Gaza y Cisjordania la Autoridad Nacional Palestina, una administración palestina, pero no de carácter estatal (sin Fuerzas Armadas y sin soberanía).
El acuerdo fue en realidad un gran fraude con el objetivo de engañar a los palestinos y frenar su rebelión. Israel siguió con su política de limpieza étnica, quitándole tierras a los palestinos en Cisjordania, estableciendo colonias sionistas, quitándole el agua y partiendo el territorio que supuestamente sería para el Estado Palestino en más de más de 15 pedazos inconexos, cortados por colonias y carreteras sionistas, además de un enorme y muro de cemento que penetra profundamente en Cisjordania y el bloqueo a Gaza.
Muchas de estas acciones israelíes son consideradas ilegales por la ONU y por la Corte Internacional de La Haya (por ejemplo el muro). Pero esto no impide a Israel continuar adelante, ya que nadie lo sanciona.
En el caso de Gaza, Israel mantiene bloqueado desde hace tres años este pequeñísimo territorio (45 kilómetros de largo por 12 de ancho) habitado por un millón y medio de palestinos y a fines del año pasado lo invadió y bombardeó, causando decenas de miles de muertos y heridos y destruyendo gran parte de su infraestructura productiva, sanitaria, cultural y educativa. Israel cometió crímenes de guerra. Pero goza de impunidad y armas que provee Estados Unidos.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) está dirigida en forma cada vez más dictatorial y corrupta por la organización Al Fatah, presidida por Mahmud Abas, que vendida a Estados Unidos e Israel, apoya el “proceso de paz” a cambio de ayuda occidental para mantener privilegios y cargos burocráticos. Abas solo gobierna Cisjordania. En la otra porción de los territorios ocupados, Gaza, la rebelión popular contra Al Fatah dio origen al gobierno de Hamas, organización islámica que se opone al llamado “proceso de paz”. Israel intentó derrocar al gobierno de Hamas con la invasión de fines del 2008 y comienzos del 2009, pero su ejército debió retirarse sin lograr su objetivo.
La nueva rebelión
En este contexto se produce esta nueva manifestación de masas palestinas en Jerusalén y en muchos puntos de Cisjordania, pese a que la ANP desplegó a la policía palestina para impedirlo. Pero las masas desbordaron a la policía palestina y fueron directamente a enfrentar a los sionistas.
En la semana Israel volvió a bombardear Gaza en represalia, dijo, por un cohete kassam que lanzaron los palestinos bloqueados.
En medio de la nueva crisis, se reunió el llamado “Cuarteto” (Estados Unidos, Unión Europea, ONU y Rusia) y exhortó a Israel a cesar la violencia y cesar en la construcción de casas y colonización de palestina. El compromiso de Washington con la seguridad de Israel es «sólido como una roca», ha dicho Clinton. Garantizar la seguridad de Israel es para mí algo más que una posición política. Es un compromiso personal al que nunca renunciaré», ha manifestado la responsable de Exteriores estadounidense durante su intervención en la AIPAC (Comité Americano-Israelí de Asuntos Públicos, siglas en inglés), el principal lobby proisraelí de Estados Unidos, que celebraba esta semana su congreso anual. La secretaria de Estado ha advertido de que la labor y el deber de EE UU es «decir la verdad cuando es necesario», por lo que urgía a Israel a dar los pasos necesarios para poner fin al conflicto con los palestinos. De lo contrario, el futuro «a largo plazo de Israel como un Estado judío y democrático» está amenazado. Es decir, Clinton aconseja a Israel, ante la rebelión palestina que estaría amenazando su propia existencia.
Pero el supuesto desacuerdo de Estados Unidos con Israel parece que quedará saldado con la reunión entre Barack Obama con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Lo que muestran los hechos una vez más, es el reparto de papeles. Mientras Israel agrede y hace la vida imposible a los palestinos, Estados Unidos, con la ONU, la Unión Europea y Rusia, llaman a formar “dos estados” y a “frenar la violencia”, pero no dejan de entregarle armas a Israel. ¡Una comedia cínica y grotesca!
Es necesaria mantener la solidaridad mundial con la heroica lucha del pueblo palestino. Una forma concreta es la lucha por el boicot a Israel, exigir a todos los Estados e instituciones científicas, deportivas, culturales, comerciales, etc, que rompan toda relación con los genocidas de Israel. Esta campaña es apoyada incluso por miles de judíos antisionistas de Europa y otros lugares del mundo.
La guerra interminable
El origen de la guerra es la ocupación de la antigua Palestina por colonizadores sionistas europeos apoyados por los imperialismos británico y yanqui para dominar Medio Oriente con un Estado enclave a su servicio. En 1948 oficializaron la fundación de Israel precedida por una gigantesca limpieza étnica con la expulsión de 800 mil habitantes palestinos árabes originales y la destrucción de 540 aldeas y ciudades palestinas.
Desde entonces Israel es un enclave instrumento del imperialismo que atacó una y otra vez a los palestinos y a todos los estados árabes vecinos, ocupando porciones de su territorio, como ocurriera con el Líbano en el 2006.
Pero la resistencia árabe ante Israel nunca se doblegó. Hoy resisten 4 millones de palestinos en Gaza y Cisjordania, el 22% de su antiguo país, otros 4 millones están en el exilio, y 1 millón y medio vive dentro de las fronteras del actual Israel, que tiene 5 millones y medio de habitantes judíos mayoritariamente de origen europeo.
El ala nacionalista revolucionaria del movimiento palestino siempre planteó la destrucción del estado de Israel por ser un enclave imperialista y racista, y la construcción de una Palestina democrática, laica y no racista, adonde convivan en igualdad plena judíos, islámicos, cristianos, ateos o de cualquier religión. Una demanda fundamental de los palestinos es el derecho al retorno de todas las familias, con sus descendientes, que fueron expulsadas del país en 1948.
LaClase 22/03/10