Francia: El mayor sindicato asegura que la protesta continuará pese a la aprobación de la ley
El líder del mayor sindicato francés argumentó que «nadie puede pensar que la adopción de una ley en un tema como éste puede acabar con el debate, que va a continuar mientras siga el descontento»
El secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Bernard Thibault, se mostró hoy convencido de que la protesta contra la reforma del sistema de pensiones continuará aunque se adopte definitivamente la ley, y pidió al presidente francés, Nicolas Sarkozy que abra negociaciones.
«La movilización va a continuar», aseguró en una entrevista hoy a la cadena de televisión ‘France 5’ Thibault, que pidió a Sarkozy que no promulgue la ley -que debe adoptar definitivamente el Parlamento la próxima semana- y recordó que el objetivo último es «la apertura de negociaciones con los sindicatos sobre el futuro de las pensiones».
El líder del mayor sindicato francés argumentó que «nadie puede pensar que la adopción de una ley en un tema como éste puede acabar con el debate», que «va a continuar mientras siga el descontento», y apostilló que «los parlamentarios no decretan el fin del debate sobre las pensiones».
El Senado votó el pasado viernes el texto legislativo que retrasa la edad de jubilación en dos años, de los 60 hasta los 62 años para la voluntaria, y de los 65 a los 67 para poder cobrar una pensión completa cuando no se ha cubierto el periodo de cotización (41,5 años en el futuro).
Preguntado sobre las acciones que han conducido al desabastecimiento en carburante de un cuarto de las gasolineras por el paro de las 12 refinerías del país y el bloqueo de muchos depósitos de combustible, Thibault respondió que «el bloqueo no es un objetivo» pero «puede ser una consecuencia» de la posición de Sarkozy.
También señaló que las actuales movilizaciones «no tienen las mismas características que las precedentes» contra otras reformas de las pensiones, ya que en este caso hay «una base interprofesional» y «el nivel de descontento no se va a desvanecer».
La razón de la situación actual -añadió- es «la intransigencia del presidente de la República», tras haber recordado que de acuerdo con la última sentencia publicada hoy por ‘Le Journal du Dimanche’ la popularidad de Sarkozy ha vuelto a caer dos puntos en el último mes hasta el 29%, mientras un 70% de los franceses dicen estar descontentos con él.
El secretario general de la CGT criticó la reforma de las pensiones por «injusta», y para ilustrarlo señaló que no se han tenido en cuenta sus propuestas para que los trabajos más penosos dispongan de una cotización particular y atender así a que la esperanza de vida de quienes los ejercen es más baja.
Los sindicatos se concertaron el pasado jueves para organizar dos nuevas jornadas de protesta, la primera con huelgas y manifestaciones el próximo jueves, y la siguiente con nuevos desfiles el sábado 6 de noviembre.
Por otro lado, la patronal francesa MEDEF alertó hoy de «la gravedad del impacto sobre la economía del país de las perturbaciones actuales» y pidió, entre otras cosas, «moratorias» en el pago de las cotizaciones sociales para «las empresas ya fragilizadas por la crisis».
Las huelgas consiguen paralizar la economía nacional
El fantasma del caos ronda a Francia. En vísperas de la sexta jornada de movilización contra la reforma del sistema de jubilación, los camioneros pasaron a la ofensiva bloqueando rutas y depósitos de combustible. Los estudiantes se enfrentaron violentamente con la Policía. Los ferrocarriles sufrieron serias perturbaciones y las refinerías siguieron paralizadas por sus empleados en huelga. Ante este escenario, el gobierno de Nicolas Sarkozy empezó a usar las reservas estratégicas para evitar la parálisis del país.
Las autoridades repiten desde hace días que no faltará combustible en Francia. Sin embargo, la situación ha sido considerada lo suficientemente preocupante como para que las autoridades decidieran activar el centro interministerial de crisis a fin de “asegurar la perennidad del abastecimiento”.
Las doce refinerías del país seguían paralizadas; unos 200 depósitos de combustible permanecían bloqueados, y las 13,200 estaciones de servicio carecen de nafta.
“De las 4,000 estaciones de servicio en los hipermercados, que distribuyen el 60% del carburante en Francia, hay unas 1,500 sin combustible”, declaró Alexandre de Benoist, delegado general de la Unión de Importadores Independientes Petroleros, UIP.
Según los responsables empresariales del sector, “la situación es realmente crítica”. La verdad es que, desde hace 48 horas millones de franceses experimentan serias dificultades para llenar el tanque.
La célula de crisis activada por el Gobierno, que empezó a funcionar la semana pasada con supervisión del ministro del Interior, Brice Hortefeux, reúne a los responsables de los Ministerios de Economía, Energía y Ecología.
La decisión del Gobierno se produjo después de que el primer ministro francés, François Fillon, asegurara el lunes por televisión que no habría escasez porque se tomarían las decisiones necesarias para evitarlo. “No dejaré que un bloqueo en el abastecimiento de combustible ahogue a la economía francesa”, afirmó Fillon.
Pocas horas después, los camioneros se sumaron al conflicto con “operaciones tortuga” que paralizaron el tránsito en las principales autopistas y en las inmediaciones de grandes ciudades.
Un tribunal francés desautoriza el desalojo de las refinerías
La Justicia francesa invalidó el viernes por la noche la orden prefectoral de requisición que había servido al presidente Nicolás Sarkozy para ordenar el asalto de los gendarmes contra la entrada de la refinería de Grandpuits (región de París), y para obligar a los huelguistas a trabajar so pena de cárcel. Con esa decisión de los tribunales, se abría este sábado una batalla jurídica de los sindicatos destinada a permitir que prosiga la huelga contra el recorte de pensiones.
Tras el asalto de los gendarmes en la madrugada del viernes, numerosos obreros de la refinería fueron obligados a trabajar. El prefecto había invocado, en su orden de embargo, «los intereses de la Defensa nacional», algo que, según pensaba, le autorizaba a obligar a trabajar a un porcentaje importante de obreros. Pero el Tribunal Administrativo estimó que el prefecto había «causado un perjuicio grave y manifiestamente ilegal al derecho de huelga» por lo que suspendió la orden prefectoral.
El prefecto procedió a firmar una segunda orden, más moderada, en la que «se limita a requisicionar el personal estrictamente necesario», según dijo el Ministerio de Interior. Esa es una particularidad del derecho administrativo francés: una decisión de la Administración que es juzgada ilegal puede ser legalizada después con otra nueva, más acorde a las obligaciones del Estado. Los sindicatos ultimaban el sábado un nuevo recurso de urgencia contra esa segunda orden de requisición.
La estratégica refinería de la región de París seguía paralizada porque no puede ser relanzada sólo con el personal embargado. Sólo cargaban algunos camiones el poco combustible que queda, del refinado hasta hace 12 días, cuando empezó la huelga. Según un jefe de operarios de la estación de cargamento, Philippe, «quedan aproximadamente tres o cuatro días de autonomía, y las cubas están casi a seco. Vaciamos el stock, y cuando estén vacías, no sé muy bien como vamos a abastecer el país, puesto que las plantas de refinado están paradas».
Previsión
La Agencia Internacional de Energía AIE, con sede en París, reconoció que las medidas de fuerza en curso han obligado al Gobierno a utilizar las reservas estratégicas de combustible, cuyo caudal está previsto para 30 días.
Previendo que las medidas de fuerza en ferrocarriles y autopistas puedan extenderse al tráfico aéreo, los responsables de la aviación civil solicitaron ayer a las compañías que redujeran el 50% de sus vuelos hacia los aeropuertos franceses.
“La mitad de los vuelos serán anulados el martes en el aeropuerto de Orly y el 30% en las otras terminales de París, entre ellas Roissy-Charles de Gaulle”, advirtió ayer la Dirección General de Aviación Civil.
La sexta jornada de huelgas y manifestaciones se produjo en vísperas de la votación del Senado, que debería ratificar la propuesta del presidente Nicolas Sarkozy de prolongar la edad mínima de la jubilación de los 60 años, vigente actualmente, a los 62 en 2020. El proyecto ya fue votado por la Cámara de Diputados a fines de septiembre.
El Gobierno se vio confrontado, además, al endurecimiento de la protesta estudiantil: 261 establecimientos secundarios se vieron perturbados por las manifestaciones, según el Ministerio de Educación, y 850, según los dirigentes estudiantiles. Los alumnos se enfrentaron violentamente con las fuerzas del orden en numerosas ciudades y consiguieron bloquear por algunas horas dos autopistas principales. Unos 196 jóvenes violentos fueron detenidos por la Policía en diferentes ciudades.
Apoyo
A pesar de las perturbaciones, los franceses expresan su simpatía por la movilización. Según un sondeo del instituto CSA publicado ayer, el 71% de los encuestados dice apoyar o simpatizar con la jornada de acción de hoy, decidida por las centrales sindicales.
Tanto los sindicatos como la oposición de izquierda exigen que el Gobierno retire el proyecto en su forma actual y se siente a la mesa de negociaciones para reformarlo profundamente.
El Partido Socialista, por su parte, ha prometido que -en caso de que sea aprobada- derogará la ley el día que llegue al poder.
Sarkozy y su gobierno advierten que esa ley debe ser votada, pues consideran que es la única forma de poder financiar la jubilación de los franceses, manteniendo el sistema actual.
Las centrales obreras contaron el martes con una participación popular al menos tan importante como en las cinco jornadas anteriores de protesta nacional.
En función de esos resultados, los dirigentes sindicales se reunieron el jueves para analizar las próximas acciones por adoptar.
Una semana antes de las vacaciones escolares, que comienzan el viernes próximo, los líderes obreros temen que el receso consiga desinflar la movilización social. El Gobierno, por su parte, cuenta justamente con ello.
La popularidad de Sarkozy cae a mínimos históricos
La tasa de aprobación del presidente francés Nicolas Sarkozy ha caído a su menor nivel en medio de las protestas por la propuesta reforma al plan de pensiones que han producido cierres de escuelas, escasez de gasolina y caos en el transporte, indicó una encuesta el domingo.
La consulta, publicada en el periódico Journal du Dimanche, revela que sólo el 29% de los consultados están satisfechos con el desempeño del presidente. Esa cifra bajó 3 puntos respecto de la de septiembre y es la menor tasa de aprobación del líder francés desde que asumió en el 2007. También está entre las más bajas de todo presidente de que se tiene memoria, agregó el periódico.
La consulta a 1.828 personas fue conducida personalmente y por teléfono por la agencia encuestadora Ifop del 14 al 22 de octubre. No se reveló el margen de error.