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Los siete peores dictadores respaldados por EE.UU.

No es sólo Mubarak

Los siete peores dictadores respaldados por EE.UU.

El beso de Bush
Joshua Holland
AlterNet
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El controvertido presidente egipcio Hosni Mubarak, cuyo régimen ha recibido miles de millones de dólares de ayuda estadounidense, está últimamente en el centro de la atención mediática global. Hace tiempo que es “nuestro hijo de puta”, pero no es el único.

Echemos un vistazo a los demás dictadors del planeta que son lo bastante afortunados para gozar del beneplácito del Tío Sam.

  1. Paul Biya, Camerún

Biya ha gobernado Camerún desde que ganó una “elección” en 1983. Fue el único candidato y le fue bastante bien: obtuvo un 99% de los votos.

Según el artículo de Wikipedia sobre el país: “EE.UU. y Camérun trabajan juntos en las Naciones Unidas y en otras organizaciones multilaterales. Cuando estuvo en el Consejo de Seguridad de la ONU en 2002, Camerún colaboró estrechamente con EE.UU. en una serie de iniciativas. El gobierno de EE.UU. sigue suministrando un financiamiento sustancial para organizaciones financieras internacionales, como el Banco Mundial, el FMI, y el Banco de Desarrollo Africano que proveen ayuda financiera y otras a Camerún”.

Amnistía Internacionales detalla ejecuciones ilegales, periodistas encarcelados y muchás otras actividades repugnantes.

Como parte de una estrategia para asfixiar a la oposición, las autoridades perpetraron o condonaron violaciones a los derechos humanos, incluidos arrestos arbitrarios, detenciones ilegales y restricciones de los derechos de libertad de expresión, asociación y reunión. Defensores de los derechos humanos y periodistas fueron acosados y amenazados. Hombres y mujeres fueron detenidos por su orientación sexual.

  1. Gurbanguly Berdymuhammedov (o Berdymukhamedov), Turkmenistán.

Berdymuhammedov llegó al poder en 2006 cuando murió su predecesor y el sucesor constitucional fue encarcelado.

Según el Departamento de Estado: “Durante varios años en los noventa, Turkmenistán fue un protagonista clave en la Iniciativa Energética de la Cuenca del Caspio de EE.UU., que trataba de facilitar negociaciones entre socios comerciales y los gobiernos de Turkmenistán, Georgia, Azerbaiyán y Turquía para construir un gasoducto bajo el Mar Caspio y exportar gas turkmeno al mercado interior turco de energía y más allá –el denominado Gasoducto Trans-Caspio (TGGP)-” La lista de Parade Magazine de los peores dictadores del mundo señala que “EE.UU. sigue importando petróleo de Turkmenistán (por valor de 100 millones de dólares en 2008), mientras Boeing suministra aviones al gobierno turkmeno. Chevron… abrió una oficina en la capital turkmena, Ashgabat”.

Human Rights Watch dice que aunque Berdymuhammedov ha dado algunos pasos “para revertir algunas de las políticas sociales más ruinosas” de su predecesor, “el gobierno sigue siendo uno de los más represivos y autoritarios del mundo”.

  1. Teodoro Obiang Nguema, Guinea Ecuatorial.

Hace treinta y dos años, Obiang Nguema depuso –y luego ejecutó– a su tío, Francisco Macías, en un golpe sangriento. Peter Maas lo calificó no sólo de “el peor dictador de África”, sino de “un hombre cuya vida parece una parodia del género dictatorial”.

Obiang… prometió más benevolencia y amabilidad que su predecesor, pero en los años noventa, incluso el embajador de EE.UU. en Guinea Ecuatorial recibió una amenaza de muerte de una persona de confianza del régimen y tuvo que ser evacuado. Poco tiempo despué se descubrió petróleo mar adentro y la primera ola de ingresos –unos 700 millones de dólares– fueron transferidos a cuentas secretas bajo el control personal de Obiang.

Según Parade: “EE.UU. importó más de 3.000 millones de dólares en productos petroleros de Guinea Ecuatorial” en 2008.

  1. Idriss Deby, Chad

Ese año también importamos petróleo por valor de 3.000 millones de dólares de Chad. Según el Departamento de Estado: “EE.UU. mantine relaciones cordiales con el gobierno de Deby. Chad ha demostrado ser un socio valioso en la guerra global contra el terror y al proporcionar refugio a unos 200.000 refugiados de la crisis de Darfur en Sudán a lo largo de su frontera oriental.”

El informe de 2010 de Amnistía Internacional sobre Chad contiene un cuadro impresionante:

Civiles y trabajadores humanitarios fueron asesinados y secuestrados; mujeres y niñas fueron víctimas de violaciones y otras violencias; utilizaron a los niños como soldados. Las autoridades no tomaron medidas adecuadas para proteger a los civiles de los ataques de bandidos y grupos armados. Presuntos opositores políticos fueron ilegalmente arrestados, detenidos arbitrariamente y torturados o maltratados de otra manera. Continuó el acoso y la intimidación a los periodistas y defensores de los derechos humanos. La demolición de casas y otras estructuras continuó durante todo el año 2009, dejando sin vivienda a miles de personas.

A pesar de que los militares de Chad han sido acusados de utilizar a niños soldados, Parade señala que “EE.UU. sigue entrenando comandos de Chad”.

  1. Islam Karimov, Uzbekistán

Lo que hace que Karimov sea tan especial es su (supuesto) gusto por hervir a sus oponentes políticos hasta que mueren.

Karimov ha sido presidente de Uzbekistán desde 1990, cuando ganó por un inmenso margen en la primera de una serie de elecciones fraudulentas. Torturas, detenciones arbitrarias y redadas masivas de minorías religiosas son comunes en Uzbekistán, según Human Rights Watch. Pero el país ha sido un socio crucial de EE.UU. en su “guerra contra el terror”, albergando tropas de EE.UU. en la base aérea Karshi-Khanabad hasta 2005. Las relaciones se enfriaron un poco después que Karimov alentó a EE.UU. a abandonar la base, pero como señala Parade: “El comercio con Uzbekistán se duplicó en 2008, ya que los estadounidenses siguen importando inmensas cantidades de uranio uzbeko, utilizado para centrales y armas nucleares”. Al año siguiente “Uzbekistan Airways compró aviones jet de Boeing porvalor de 600 millones de dólares”.

  1. Meles Zenawi, Etiopía

Zenawi ha gobernado Etiopía durante 20 años. Sólo el año pasado, después de lo que Human Rights Watch llamó “meses de intimidación de partidarios de partidos de oposición”, el partido de Zenaqi, el Frente Revolucionario Democrático Popular Etíope, obtuvo un 99,6% de los votos. ¡Legitimidad!

Etiopía es un socio estratégico esencial en la “guerra contra el terror”, y contribuye significativamente a las operaciones africanas de mantenimiento de la paz. Según la Agencia de Desarrollo Internacional de EE.UU., EE.UU. ha sido el mayor donante para Etiopía. El Congreso aprobó una ley, a pesar de las objeciones del gobierno de Bush, que limita la ayuda militar al país hasta que tenga una prensa libre y el régimen de Zenawi mejore sus datos de derechos humanos, pero –y es un pero muy importante– excluye la ayuda al “contraterrorismo”. Por lo tanto, a pesar del hecho de que, según Amnistía Internacional, los grupos opositores etíopes son ilegales, las ONG han sido prohibidas y los etíopes desaparecen a menudo sin juicio, EE.UU. sigue entrenando tropas etíopes.

  1. Rey Abdullah Bin Abdul-Aziz, Arabia Saudí.

Al parecer, cuando un Estado teocrático islámico comete horribles crímenes contra sus ciudadanos, sólo es importante si ese Estado se llama Irán. Arabia Saudí, claro está, es uno de los aliados más importantes de EE.UU. El gobierno de EE.UU. ha suministrado la seguridad para la familia real saudí durante décadas, a cambio de… petróleo.

Abdullah ha instituido algunas reformas desde que llegó al poder en 2005, pero Human Rights Watch dice que “las iniciativas han sido en gran parte simbólicas, sólo pequeñas mejoras concretas o protección institucional para los derechos”. El informe de Amnistía Internacional de 2010 acusa a las autoridades saudíes del uso continuo de “una amplia gama de medidas represivas para eliminar la libertad de expresión y otras actividades legítimas”.

Cientos de personas han sido arrestadas como presuntos terroristas. Otros miles, arrestados en nombre de la seguridad en años anteriores, siguen en la cárcel; incluyen a prisioneros de conciencia. Unos 330 sospechosos de seguridad recibieron juicios injustos ante un nuevo tribunal especializado y excluyente; uno fue condenado a muerte y 323 fueron condenados a penas de prisión.

Ahí los tenéis –una grandiosa colección de hijos de puta, sí. Pero recordad: ¡son nuestros hijos de puta!

Joshua Holland es editor y escritor de AlterNet. Es autor de The 15 Biggest Lies About the Economy (and Everything else the Right Doesn’t Want You to Know About Taxes, Jobs and Corporate America).

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Fuente: http://www.alternet.org/story/149805/