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Cuba: También indignados

Cuba: También indignados

Por:

José L. Pérez

El actual vicepresidente, compañero Machado Ventura, dijo hace muy poco… no estamos poniendo parches ni improvisando, sino buscando soluciones definitivas a viejos problemas. Con pies y oídos bien puestos sobre la tierra, muy atentos a la opinión de la gente, listos para rectificar sobre la marcha, ajustar el ritmo y adoptar nuevas decisiones.

Sería bueno que se demostrara con respecto a las limitaciones de ayuda a los enfermos discapacitados y sus familias en el marco de reducir gratuidades y paternalismos.

¿Dejaremos perder una de las conquista cimeras de la revolución –la reducción de gastos sociales- sin análisis más detenidos y exhaustivos? ¿Se va a repetir en Cuba la escandalosa acción que han realizado los socialistas y parte de la izquierda española con la reciente reforma constitucional para afectar a los trabajadores y que todo el mundo vio en la TV?

En Cuba todos pasamos dificultades. Nadie como los enfermos crónicos y discapacitados. Es cierto que muchos que no tienen problemas con discapacidades también tienen sueldos y jubilaciones insuficientes. Tampoco sus hijos se alimentan bien. Debemos luchar y luchamos porque eso se mejore, pero ello no es culpa de los enfermos, sino en todo caso de prioridades inadecuadas del Gobierno.

Porque observamos con preocupación que la fundamentación para la reducción o eliminación no es ni siquiera la crisis, sino una nueva concepción. Así es como debe ser, siguiendo el camino erróneo de que socialismo es igualdad de oportunidades, o sólo soberanía e independencia. SOLAMENTE y de aplicar recetas neoliberales a asuntos totalmente diferentes.

Recientemente en estas mismas páginas de Kaos alguien escribió…ciertamente, también hay que crear conciencia, y exigir responsabilidad a aquellas familias, muchas veces numerosas y llenas de personas bien nutridas, que tienen en su seno a personas con limitaciones, y en lugar de atenderlas, las usan solamente para reclamar medios materiales (incluyendo televisores para ciegos y teléfonos para sordos) (que muchas veces después venden), o hacen de ellas un negocio (yo he visto hasta 4 buenos y sanos “ayudando” a un ciego a vender en una mesa cuatro chucherías) y después las lanzan a la calle a malvivir, a mendigar o las abandonan sin más ni más.

De eso se trata.

NO, de eso no se trata. De lo primero que se trata es de tener la seriedad de escribir con más objetividad y propiedad sobre temas tan sensibles. ¿Será verdad que en Cuba familias muchas veces numerosas y bien nutridas hacen de la ayuda a sus familiares con limitaciones un negocio y después los abandonan? En Cuba, donde el amor a la familia es proverbial y la solidaridad llevo a medio millón de cubanos a defender los derechos de gente que ni siquiera conocía a 12,000 Km de distancia. En Cuba, donde 50 años de separación no han hecho que los de fuera olviden a los de dentro. En Cuba, donde cualquier desconocido es invitado a repartirse el escaso plato de comida que hay en la mesa. Lo dudamos. Lo negamos.

Utilizar informaciones subjetivas -o claras excepciones- para desvirtuar argumentos sobre asuntos humanitarios tan medulares, no parece digno de persona seria en este mundo. Las subjetividades y los igualitarismos canijos no pueden presidir políticas humanas ni socialistas. Ni se pueden cerrar los ojos ante prioridades mal jerarquizadas por el Estado, aunque este último este lleno de buenas intenciones.

Porque tampoco es tan verdad que no haya recursos. Sí hay recursos. Tal vez ahorrar dinero de combustible si se pudieran parquear todos los carros estatales los fines de semana, o reducir un poco los viajes al exterior, y volver a ahorrar divisas, además de ser severos en la aprobación de eventos –diz que para enfrentar el bloqueo,- pero en realidad para hacer curriculum y amigo que inviten al exterior , pudiera ayudar. O eliminar bastantes de las miles de casas de visita de todos los organismos en cada una de las provincias, y porque no, concentrar las numerosas organizaciones de masas en algo así como un frente de la patria, eliminar todas sus estructuras provinciales y dejar sólo las del municipio que en definitiva es la que trabaja. Y con ese ahorro -y muchísimos otros de igual esencia- resolver la falta de fondo para los discapacitados.

La discapacidad es un problema de salud. Hasta que no se entienda que NO es una asistencia social a la pobreza, ni a niños o ancianos solos, ni a madres o padres solos con muchos hijos -todas legitimas e igualmente necesarias- no se podrá enfrentar correctamente. Y enfermos discapacitados y crónicos hay en El fanguito, Siboney, el Cotorro, la Ciénaga de zapata o Nuevo vedado. Y se vive en la doble moneda, se tiene una tarjeta de racionamiento, y se tienen sueldos miserables en todos ellos por igual- excepto algunos que no es el tema aquí.

Las mujeres –o padres, o abuelos- que tienen y atienden niños discapacitados están en desventaja total. Hasta para mantener el matrimonio o buscarse marido las mujeres que tienen y atienden niños discapacitados están en desventaja total, la gente le huye al sufrimiento. La carga de los hombres no es menos significativa, las presiones de trabajo no hacen excepciones al estress o las enfermedades derivadas de mantener con vida una criatura absolutamente indefensa o parcialmente indefensa. Obviamente gente así no es promovida y son candidatos a irse para su casa a la primera dificultad, tampoco pueden ser vanguardias en la emulación, ni es común que reciban estímulos extras.

Incluso subiendo sueldos y pensiones, estas no resuelven el problema, primero, no afecta a todos los familiares en cuanto al sueldo pues muchísimos de ellos no pueden trabajar y segundo, si junto con ello no se hacia un comparación entre los aumentos y el aumento a su vez del costo de la vida, todo podía y puede inducir a error.

Este país y su gente ha dado muestras de capacidad de hacer los sacrificios que sean necesarios por la revolución, pero antes de llegar a ese punto, lo que hay que resolver y rápido, muy rápido, es eliminar todas las trabas al desarrollo de la economía, es eliminar la política que conduce a Cuba hacia un país de viejo porque nuestros jóvenes no ven futuro en ella y las mujeres no quieren parir para ver sufrir a sus hijos. Lo que hay que resolver es dejar de politizar este asunto social y permitirles a los familiares recibir la ayuda venga de donde venga.

Lo que hay que acabar de hacer es construir el verdadero Socialismo

Por último una pregunta. ¿Dónde están la FMC, las diputadas a la Asamblea Nacional del Poder popular y el alto numero de mujeres recién electas para el Comité Central del PCC? ¿Esto no es asunto que debiera alarmarlas? Las madres que tienen este problema y que son en realidad quienes llevan la carga, ¿NO son parte de la esencia de las organizaciones que dirigen y sus funciones?

O van a repetir el error de la CTC que en vez de defender a los trabajadores fueron los que comunicaron los despidos.

Actúen, porque también pueden surgir acá… LOS INDIGNADOS.

Viva la Revolución Cubana.

02/09/11