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Otro ataque a los trabajadores de la línea 60

Tercerización de la represión estatal:

Otro ataque a los trabajadores de la línea 60

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El lunes pasado, los choferes de la línea 60 pararon el servicio durante tres horas en respuesta al ataque que sufrieron de parte de la patota del sindicato UTA [Unión Tranviarios Automotor] y de la empresa. Se trató de una amenaza de muerte a un trabajador, en la cabecera de Constitución, para que no declare contra la empresa en una causa penal.

«A la noche un trabajador del lavadero de Monsa fue amenazado con arma de fuego. Es el tercer caso de amenaza en el lavadero, de amenazas por parte de los nuevos empleados que contrata la empresa como parte de su política. La empresa trajo nuevo personal para «minar» la base. Parte de ese personal se encarga de hacer ese trabajo, es una patota» dijo Néstor Marcolín, delegado de base.

Los trabajadores de la línea 60 ya han realizado quince denuncias por amenazas recibidas de parte de la empresa y la burocracia de la UTA, en contra del cuerpo de delegados de base.

Los choferes evaluaron en asambleas lo ocurrido y votaron volver a reunirse para aprobar el estado de alerta y movilización, para luego impedir el ingreso en el playón de Constitución de los empleados que contrató la compañía para conformar la patota que amedrentó a uno de sus compañeros.

Los trabajadores de esta línea vienen protagonizando un largo conflicto, en defensa de sus condiciones de trabajo, contra la triple alianza antiobrera del Estado, la empresa y la burocracia. Hace tres meses, uno de sus delegados, Néstor Marcolín, sufrió el ataque incendiario de su auto, que estaba estacionado en la puerta de su casa (Boletín nº 627).

Pocos días después le tocó el turno al delegado Daniel Farella. Cinco individuos armados irrumpieron en su casa a la madrugada, suponiendo que lo encontrarían, pero él no estaba. Rompieron todo, y agredieron a su nieta de 15 años, a la que ataron y golpearon, mientras le mostraban la foto de la libreta de trabajo de su abuelo y amenazaron con matarlo si continúan los reclamos laborales. (Boletín nº 629).

Estos ataques reiterados son la respuesta del estado, la patronal y la burocracia, a la organización independiente que los trabajadores se dan para defender sus intereses. Como decimos siempre, más temprano que tarde, todo reclamo, todo conflicto, cada lucha, choca con la ineludible represión.

Enfrentarla organizadamente, venga del aparato represivo oficial, con uniformes, o del oficioso, con las patotas de la burocracia sindical, es una tarea imprescindible en el camino de la defensa de los intereses de los trabajadores.

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LaHaine 26/12/11