31/05/23. Agotados los gestos propagandísticos sin éxito (entradas de cine, juventud, vivienda…) le queda sólo una última carta polarizando la campaña: reactivar el voto de la izquierda con un “o yo o Vox”.
Deja sin tiempo de maniobra a los barones en el PSOE y cierra la crisis interna obligando a unificar filas; aprovecha la crisis de Podemos-Sumar-IU que vienen del descalabro del 28M para apurar el voto útil PSOE «para parar la derecha»; escenifica la dependencia del PP de Vox para el gobierno de comunidades autónomas y ayuntamientos… y saca partido a los actos que inaugurarán la presidencia española de la UE. Puede que no sea suficiente, pero no hay más en el arsenal. Si ha sido una huida hacia adelante se verá el 23 de julio. Al menos, le puede servir para intentar minimizar los daños en el PSOE.
Las elecciones del 28 M fueron efectivamente un voto de castigo al Gobierno, y, como ha venido sucediendo en anteriores elecciones, se castiga más a la izquierda del ejecutivo, a quien más ha defraudado a su electorado: IU/Podemos. Se hunde el mantra de Pablo Iglesias a propósito del descalabro de la izquierda portuguesa que dio apoyo electoral al PS sin entrar en el Gobierno, y que la diferencia en el estado español era que IU/Podemos había sabido entrar en el Gobierno…. Y descalabra igual. Con esos precedentes, Sumar, el proyecto de Yolanda Díaz nace tocado y, a contra reloj, se intentan reparar las grietas y llegar a un acuerdo con Podemos.