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No al ajuste, ni en Argentina ni en Cuba

Javier Milei, repetidas veces, ha denunciado “al socialismo” como responsable de nuestra crisis. Y pone como ejemplo del socialismo y su fracaso a Cuba.

Pero la realidad es que en Cuba no hay socialismo, justamente por eso hay ajustes contra su pueblo. Es lo opuesto a lo que dice Milei y sus voceros.  La revolución socialista de los años 60, con el Che como ministro de Industria, que dio grandes conquistas al pueblo cubano (en salud y educación, por poner los dos ejemplos más conocidos) y generó entusiasmo y solidaridad entre los pueblos explotados de todo el planeta, lamentablemente se ha perdido. Hace años que se restauró el capitalismo y ya no existen más, lamentablemente, todos aquellos logros de la revolución. Fueron los propios burócratas del PC cubano los que desde los años 90 llevaron adelante la restauración capitalista y son quienes aún hoy se benefician con ella, como socios de las multinacionales que operan en la isla.

En Cuba hay un gobierno dictatorial, capitalista, que reprime las protestas, impide las huelgas, todo al servicio de los negocios que pacta con las multinacionales del turismo, de la especulación inmobiliaria, del tabaco, del ron o de la explotación del níquel. Transnacionales canadienses, españolas, de otros países de la Unión Europea, chinas, rusas, saquean las riquezas de la isla y superexplotan a sus trabajadoras y trabajadores con salarios de miseria, de apenas unas pocas decenas de dólares.

En Cuba hay un ajuste capitalista y lo denunciamos

El primer ministro cubano Marrero Cruz, por supuesto, arrancó culpando al bloqueo yanqui, que existe y siempre denunciamos. Pero no pudo esconder la responsabilidad principal, la del propio gobierno del PC cubano, admitiendo que “persisten insuficiencias propias y problemas subjetivos que afectan la capacidad de programas y proyecciones económicas”. A partir de esto Marrero Cuz pasó a anunciar lo que llamó “el plan de estabilización económica”, en línea con lo que previamente el presidente Miguel Díaz Canel denominara “economía de guerra”. 

La argumentación parece calcada de lo que escuchamos en nuestro país en boca de Macri primero y de Milei después. Marrero dijo que el Estado no puede seguir con el derroche en subsidios al agua, la electricidad, el gas licuado, el transporte y los combustibles: “no es justo que reciban lo mismo los que mucho tienen que los que muy poco tienen. Hoy nosotros le subsidiamos lo mismo a un ancianito pensionado que al dueño de grandes negocios privados, que tienen mucho dinero” afirmó sin que se le cayera la cara de vergüenza (Perfil, La Nación, France 24 en español, 23/12/2023).

Lo concreto es que las medidas inmediatas incluyen un alza del 25% en la tarifa eléctrica residencial, la triplicación del costo de abastecimiento de agua y una suba del 25% del precio del cilindro de gas licuado que se usa en la isla. Se anunció también “nuevas tarifas” para el transporte público, el fin de los subsidios universales en los alimentos básicos que figuran en una cartilla de abastecimiento cada vez más vacía, incrementos para los precios de los medicamentos, cigarros y una devaluación del peso respecto del dólar (este actualmente tiene una tasa oficial al que acceden de las empresas de 24 cup por dólar, pero para los cubanos de a pie el cambio oficial es de 120 cup, aunque en el mercado negro se ofrece a 273). Por si esto fuera poco, se informó también que se congelará el ingreso de trabajadoras y trabajadores a la planta del estado. También un incremento en el impuesto a la compra-venta de bienes, una especie de IVA, que afecta a los que menos tienen pegando directamente en el precio de los productos de consumo popular.

Este ajuste no es el primero. Medidas anteriores ya habían generado fuertes protestas el 11 y 12 de julio de 2021, con miles de cubanos saliendo a la calle gritando “tenemos hambre”, lo que provocó una feroz represión con un saldo donde aún hoy permanecen más de 500 manifestantes encarcelados (algunos de ellos con condenas de hasta 25 años). 

Hoy, este nuevo y brutal ajuste contra las condiciones de vida demuestra, una vez más, que en Cuba no hay socialismo ni nada parecido. El gobierno del Partido Comunista cubano sigue hablando de “socialismo” con el fin de justificarse, pero gobierna para los acuerdos con las multinacionales y los nuevos ricos cubanos. Es algo semejante a lo que pasa en China donde el gobernante Partido Comunista de ese país encabeza una de las grandes potencias capitalistas del mundo.

Hay una perversa coincidencia entre Díaz Canel, Raúl Castro, el resto de los burócratas del PC cubano y los libertarios de Milei: ambos dicen que lo que hay en la isla es socialismo. Lo refutamos una y otra vez, es una vulgar mentira. Es capitalismo, explotación del pueblo trabajador.

Desde Izquierda Socialista denunciamos todos los planes de ajuste y los gobiernos que lo llevan adelante, sean del signo político que sean. Así como enfrentamos y salimos a la calle contra el que lleva adelante el ultraderechista Milei en la Argentina, también decimos que hay que denunciar el actual ajuste que llevan adelante Díaz Canel y el actual gobierno capitalista cubano. En Argentina, en Cuba y en todo el mundo: ¡qué la crisis no la paguen las y los trabajadores, sino quiénes la provocaron y se benefician con ella, los capitalistas, los banqueros y las multinacionales! Nosotros luchamos por un verdadero socialismo, que es la democracia para el pueblo trabajador, donde en vez de negocios para las multinacionales, los banqueros y la deuda externa se pongan todos los recursos al servicio de una economía planificada que priorice resolver las más urgentes necesidades populares: salarios y jubilaciones dignas, educación, salud y vivienda para todas y todos.

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