Duhalde, el caudillo y la Triple A
Eduardo Duhalde comenzó su carrera política de la mano de los fascistas de la Triple A y El Caudillo, la revista del terrorismo de estado dirigida por Felipe Romeo.
Hay rastros de sangre, muertos y desaparecidos en la carrera politica del Dr. Eduardo Duhalde. Ex intendente de Lomas de Zamora, ex Gobernador de la Pcia. de Buenos Aires, Vice presidente de Carlos Saul Menem y ex Presidente Provisorio, y que hoy aspira nuevamente a la Presidencia, comenzó su carrera política de la mano de los fascistas de la Triple A y El Caudillo, la revista del terrorismo de estado dirigida por Felipe Romeo.
La burocracia sindical de la UOM (Victorio Calabro, entonces Gobernador después de la renuncia forzada de Bidegain, y Lorenzo Miguel, de las 62) derrocaron al intendente provisional de Lomas de Zamora, Pablo Turner, quien era apoyado por la JP, el 15 de mayo de 1974. En su lugar pusieron a un oscuro Concejal, el entonces joven abogado de la burocracia sindical, Eduardo Duhalde
Bandas armadas presionaron a otros dos concejales para que renunciaran al puesto, mientras la Triple A desembarcaba en Lomas de Zamora para liquidar a Pablo Turner y sus partidarios de la Juventud Peronista que eran fuertes en la Universidad local y en algunos barrios.
El apoyo a Duhalde de El Caudillo y la Triple A
Duhalde tomó dos decisiones en 1973: empezó a militar en el Sindicato de Empleados Municipales y, meses más tarde, se afilió al Partido Justicialista de Lomas de Zamora.
En cuestión de meses consigue ganarse la confianza de los principales dirigentes de la 62 Organizaciones, fue nombrado secretario de organización del Sindicato de Municipales de Lomas de Zamora y en 1973 logra el segundo lugar como concejal de su ciudad natal.
Roberto Ortiz, que ocupaba el cargo de intendente, fue destituido por un juicio político por un hecho de corrupción. Su sucesor, Pablo Turner, que ocupaba el puesto de primer concejal, también fue destituido, esta vez porque la burocracia sindical lo consideraba un “zurdo.”
Duhalde asumió como intendente de Lomas de Zamora, con treinta y dos años de edad, el 8 de agosto de 1974, pocas semanas después de la muerte de Juan Domingo Perón.
Durante los meses previos, casi desde su afiliación al PJ, Duhalde comenzó a reunirse asiduamente no solo con miembros de las 62, sino con reconocidos dirigentes de la Triple A como Felipe Romeo, Director de El Caudillo, y con elementos de la ultra derecha dirigida en la Provincia de Buenos Aires por el Gobernador Victorio Calabro, de la UOM.
Desde marzo de 1974, los efectivos de la Triple A, la Juventud Sindical Peronista (JSP) los elementos de la ultra derecha comenzaron a operar contra el Intendente Turner y a exigir su reemplazo por Duhalde. Duhalde mantuvo numerosas reuniones en la Ciudad de Buenos Aires, Temperley, Lomas de Zamora y otras localidades con elementos de estas organizaciones.
Felipe Romeo comenzó una campana en El Caudillo a favor de Duhalde y contra Turner. En la edición Nro. 29 del 31 de mayo de 1974 publica un articulo de dos paginas escrito por el mismísimo Romeo titulado “Lomas de Zamora: Expectativa Peronista” .
Allí se ataca furibundamente al Intendente Pablo Turner a quien llama “perfecto burócrata Marxista”, defiende al destituido ex Intendente Ortiz afirmando que fue la víctima de una conspiración Marxista diseñada por el entonces Gobernador Bidegain y el propio Turner (cuando en realidad había sido destituido por robar fondos de la municipalidad).
El articulo de El Caudillo afirma que, bajo Turner, Lomas de Zamora “se había convertido en ‘aguantadero’ de cuanto guerrillero y delincuente se hallase prófugo” y que repartía agua y elementos de construcción a las unidades básicas de la Tendencia. En aquella época, así era como se dictaban las sentencias de muerte de la Triple A.
Remata el articulo de este pasquín de la Triple A afirmando que “Eduardo Duhalde tiene la oportunidad de revertir el proceso de anarquía, corrupción y marxistizacion, imponiendo a su gestión una política peronista. Los peronistas y el pueblo todo de Lomas de Zamora, mantienen una esperanzada expectativa.”
Junto a esta propaganda incitatoria comienzan el mismo mes los ataques armados contra unidades básicas, amenazas y las muertes. In crescendo, culminando en la “Masacre de Pasco” menos de un año después.
En la misma edición de El Caudillo se publica una extensa entrevista al Dr. Duhalde bajo el titulo “Habla el Dr. Duhalde, el nuevo intendente.” El articulo glorifica al personaje y entre otras preguntas se le indaga sobre su opinión sobre el discurso de Perón del 1ro. De Mayo de 1974, cuando expulsa a la Tendencia y los Montoneros de Plaza de Mayo. Así contesta Duhalde, para satisfacción de los redactores de El Caudillo:
“Existe una masa minoritaria contagiada de infantilismo revolucionario, que pretenden ser mas peronistas que el Líder y que además pretenden implementar proyectos políticos propios. Bien a las claras el General Perón ha puesto fuera del Movimiento a quienes se auto marginaron del proceso. A quienes no interpretan que el peronismo es un gran movimiento nacional que tiene un único conductor y que todo lo que se haga fuera de su idea rectora deja de ser peronismo.”
El Caudillo, que se dedicaba a hacer propaganda esos años por la destitución de Gobernadores como Bidegain, Cepernic, Obregón Cano y otros a los que les endilgaba simpatías con la izquierda peronista y contra quienes lanzo a la Triple A como avanzada militar de sus derrocamientos, rara vez utilizaba los mismos métodos en cuestiones municipales.
Con Lomas de Zamora y con Duhalde, hizo una excepción.
Luego sobrevendrían los asesinatos de la Triple A, bajo el gobierno de Duhalde, en Lomas de Zamora y también con la participación de la Policía Provincial con la que Duhalde mantenía una buena conexión.
Duhalde, que era un hombre agradecido, demostró repetidamente su gratitud por esta ayuda.
La Masacre de Pasco
El 21 de marzo de 1975, Duhalde recibe nuevamente la colaboración de la Triple A. Ese día ocho autos modelo Ford Falcon y Torino más un colectivo, y algunos otros vehículos de apoyo que ayudaban a cortar el trafico en las intersecciones (algunos testigos hablan de hasta 16 vehículos), tripulados por una patota de mas de 40 miembros de la Triple A, irrumpió a la fuerza casa por casa y secuestró a ocho hombres y una mujer, todos militantes de la JP alineada en la entonces ala izquierda del peronismo.
La Policía de la Provincia había recibido órdenes estrictas de dejar “zona liberadas” las zonas donde vivían los secuestrados.
La operación de búsqueda y secuestro tomo alrededor de tres horas en las cuales la caravana de vehículos circulo con absoluta libertad por las calles de Lomas de Zamora, Temperley y zonas circundantes, con los hombres de civil mostrando sus armas automáticas y escopetas Itaka a través de las ventanillas de los vehículos.
Los secuestrados eran el concejal lomense Héctor Lencina, presidente del bloque de la Juventud Peronista en el legislativo municipal y principal dirigente opositor del intendente Eduardo Duhalde, Aníbal Benítez, Héctor Flores, los hermanos Alfredo y Eduardo Díaz -14 y 16 años, respectivamente-, Germán Gómez, Rubén Bagninia, Omar Caferatta, y Gladys Martínez.
Todos fueron subidos al colectivo y trasladados a un terreno baldío ubicado en la entonces avenida Pasco, donde los fusilaron y, a continuación, resultaron volados con dinamita, por lo cual los restos quedaron desperdigados en los alrededores y sin identificación posible. A esta acción se le llamo “Masacre de Pasco”.
Así narra la operación de la Triple A la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión de la Universidad de Lomas de Zamora lo que sucedió entonces (ver nota completa en http://www.auno.org.ar/leer.php/3766):
“Ese día, según los testigos, 16 «lanchas» (autos) con cuatro hombres cada una llevó a cabo el operativo que recorrió Temperley este para buscar al concejal de la Juventud Peronista (JP), Héctor Lencina, y a varios más, entre los cuales estuvieron Héctor Flores, Aníbal Benítez, Germán Gómez, Eduardo y Alfredo Díaz, Omar Cafferata, Gladis Martínez y Rubén Bagnina.
”Héctor Flores era el referente del barrio «Los Pinos» y se acercó a la JP –representada institucionalmente por los entonces concejales Héctor Lencina, César Dolinsky y Hugo Sandoval– cuando se organizó la toma de un complejo de viviendas en ese barrio.
Pero la relación no duró demasiado. Irma Santacruz, entonces vicepresidente del Concejo Deliberante (que había obtenido su banca por la JP, de la que luego se alejaría) lo tentó para ser su secretario. Flores aceptó y esto lo ubicó más cerca de ella y del sector que respondía a Eduardo Alberto Duhalde, que ejerció la intendencia luego de que fuera destituido Pablo Turner, militante de la JP.
Santacruz dijo alguna vez que cuando la Triple A se llevó a Flores de su casa, en realidad la habían ido a buscar a ella…
De todos modos, su secretario estaba tildado en las listas negras; algunos testigos hablan de peleas y discusiones directas entre él y los dirigentes del sector más ortodoxo del peronismo.
”Aníbal Benítez, cafetero del Concejo Deliberante. Ese era el trabajo que los concejales de la JP le habían conseguido para que no siguiera desempleado. Benítez conocía a Héctor Lencina del barrio, del trabajo que como militante de la JP realizaba.
Había participado de las tomas de los hospitales Estévez, Español, Gutiérrez (hoy Alende) y Gandulfo, colocando interventores que regularizan la atención de los pacientes de una manera acorde al presupuesto que parecía quedar siempre entre los directivos.
La noche de la masacre estaba en la casa de Lencina, quizá compartían un cafecito mientras veían un partido de Independiente. Y tal vez Gloria, la mujer de Aníbal, estaba cerca de ellos atenta a su bebé de cinco días y a Alejandro, el hijo de Héctor.
”Héctor Lencina fue uno de los más valiosos cuadros políticos de Lomas de Zamora. No bien asumió como concejal en mayo de 1973, conformó el bloque de la JP luego de renunciar a la presidencia del Frejuli, el espacio que aglutinó a todo el ajusticiáis.
Esta fractura enfrentó en las tablas a dos sectores del peronismo; Lencina era el referente de la JP y Eduardo Alberto Duhalde pasó a serlo del ala más ortodoxa.
El día de la masacre, Lencina estaba en la casa que alquilaba y cuya entrada tenía un pasillo lindero al bar de don Pascual. La «Orga» (Montoneros) le había advertido «levantar» (desocupar) esa casa.
Esa noche, en el bar, los clientes estaban boca abajo en el piso, tal como lo habían ordenado los matones de la caravana de la AAA. Héctor pudo haberse resistido y morir en combate; Aníbal no era un cuadro militar. Sin embargo, el motivo por el que se entregaron fue la presencia de sus hijos. Lencina y Benítez fueron subidos a los autos. A Alejandro lo rescató su madre, que había estado dando vueltas por el barrio ante la advertencia de lo que sucedía; los dos fueron llevados a Morón. Gloria y su bebe fueron llevados por Hugo Sandoval, mientras Dolinsky cumplía la tarea de reconocer los cuerpos de sus compañeros.
”Germán Gómez y los hermanos Alfredo y Eduardo Díaz. Gómez, mayor en edad, estaba más comprometido con la agrupación, y como cuadro político en formación representó Santa Rosa en las reuniones que el Consejo de Juventud lomense de la JP realizaba en distintas zonas con dos representantes por barrio.
“Los hermanos Díaz tenían edad para estar en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), pero debido a sus empleos colaboraban con la JP desde el barrio; y aquí fue donde conocieron a Lencina. Daban una mano en la salita de primeros auxilios que ellos mismo habían construido al lado de la casa del concejal; compartían asado, falda y corazón con un poco de vino y guitarras junto a Héctor, Sandoval y Dolinsky.
“La comida y la música eran el recreo luego de reparar un cruce de calle, extender una red de agua o arreglar una vereda; entre la (dama)»Juana» de vino, la pala y la música surgían las consignas.
Las compras de los materiales de obra se realizaban, la mayoría de las veces, con fondos de la comuna. Los trabajos se hacían luego de que los concejales de la Juventud consultaran a los vecinos sobre los déficit del barrio.
Otras veces, los materiales eran aportados por los adherentes a la JP, como Germán Gómez, que daba una mano luego de volver de su trabajo en el puerto. Los hermanos Díaz se encargaban de organizar torneos de fútbol que permitían juntar el dinero para más obras; ambos vieron cómo «reventaban» la casa de Lencina y corrieron a advertirle a Gómez, pero fue tarde porque la Triple A ya había ido por él.
”Omar Cafferata, Gladis Martínez, Rubén Bagnani. Los tres eran «compañeros de la JP», así los reconocían en el barrio San José, donde tenían una casa sobre la calle Salta, aunque su trabajo territorial no fuera allí. Omar y Gladis estaban casados y llegaron a Temperley escapando de los servicios de inteligencia. Junto con Rubén, habían «levantado» casa tras casa desde la Capital Federal.
Sus secuestros fueron la última parada antes de que los 16 autos se detuvieran en el baldío de Sánchez y Santiago del Estero, en José Mármol, e hiciera explotar sus cuerpos y los de sus otros seis compañeros.”
El único beneficiario de esta matanza y de otros 15 asesinatos cometidos en distintas circunstancias en Lomas de Zamora, en esa época, por la Triple A, era el intendente Dr. Eduardo Duhalde ya que todos las víctimas adultas eran miembros destacados de la oposición al intendente ortodoxo y realizaban trabajos de base para derrotarlo políticamente.
La venganza contra Pablo Turner
Pablo Turner, el intendente provisional que Duhalde había derrocado en mayo de 1974 se salvo milagrosamente de la matanza de 1975 y continuo dedicándose a tareas territoriales en oposición a Duhalde y la política de derecha. Sin embargo, la larga mano de la venganza del terrorismo de estado lo alcanzaría después del golpe militar de 1976.
Turner fue el único jefe comunal de la denominada «Tendencia revolucionaria» representativo de las organizaciones políticas del peronismo de izquierda.
También el único intendente lomense perseguido y víctima del terrorismo de Estado.
Se había «exiliado» en Chaco, donde fue detenido por la Policía provincial. Fue trasladado a Buenos Aires, torturado y asesinado. Su cuerpo apareció en Avellaneda, el 16 de mayo de 1976. Aún permanece sepultado en una fosa común.
Así describe hoy Ailín Bullentini en la agencia de noticias de la Universidad de Lomas de Zamora al desaparecido dirigente de la izquierda peronista:
“Trabajador del sector gráfico, miembro de la CGT de los Argentinos y uno de los más relevantes militantes del movimiento peronista, Pedro Pablo Turner fue el primer y único intendente que representó a la denominada «Tendencia revolucionaria» en el partido de Lomas de Zamora y que luego fue víctima del terrorismo de Estado, que lo asesinó el 16 de mayo de 1976. Su cuerpo fue encontrado en el partido de Avellaneda. Su gestión al frente del gobierno municipal, entre 1973 y 1974, es recordada por el trabajo conjunto entre dirigentes y la comunidad.
”Su compañeros de militancia lo recordaron como “el encargado de la difusión” de la Tendencia. Los aires de apertura democrática que llegaron durante los primeros años de la década de 1970 se cimentaron en 1972.
El Frente Justicialista de Liberación (Frejuli), que aglutinaba a todos los sectores del peronismo, de cara a las elecciones abiertas del 73 reservó para Turner la posición de primer concejal lomense en la lista que llevó a la Presidencia de la Nación a Héctor Cámpora.
El segundo concejal fue el recién recibido y flamante abogado del Sindicato de Trabajadores Municipales, Eduardo Alberto Duhalde. El intendente electo ese año fue Ricardo Ortiz.
”El período de Ortiz como jefe comunal fue más bien breve. Luego de ocho meses y tras encontrar irregularidades en su gestión, el Concejo Deliberante decidió desplazarlo del cargo. Fue así que en octubre de 1973, Pablo Turner, que además de ser primer concejal era presidente del Concejo, asumió como nuevo intendente.
”El cambio instaló en la ilusión de los militantes de la JP la sensación de que, a partir de allí, eran ellos los que tendrían las riendas del municipio.
”Su gestión, signada por la concreción de obras públicas en los barrios más postergados, puede ser definida como la unión entre la comunidad y los dirigentes a través del trabajo en conjunto.
”En diálogo con AUNO, el ex concejal de la bancada de la JP Hugo Sandoval definió a la administración del joven intendente como «una etapa en la que el pueblo y los representantes (en el gobierno) trabajaron codo a codo para mejorar la realidad cotidiana de los vecinos».
”Las necesidades nacían de las organizaciones partidarias de cada barrio, que presentaban los proyectos en el Concejo. Los dirigentes, a través de la estructura municipal se encargaban de conseguir los materiales y las maquinarias, mientras que la mano de obra provenía de los mismos vecinos y de los militantes.
”El denominado «Operativo Chacho Peñaloza», en el que se realizaron mejoras en la infraestructura urbana en la zona de Provincias Unidas, fue uno de los ejemplos que más rápido aparecieron en el recuerdo de Sandoval, que también relató los arreglos del ex Camino Negro y el tendido de la red de agua potable en la localidad de Villa Albertina, visibilizado en el tanque de la plaza de Santa Marta, con el cual se habilitó el servicio para más de cinco mil personas.
”Sin embargo, el ex concejal reconoció que las cosas no eran tan fáciles. Al igual que la conformación de la lista que los llevó al triunfo, las secretarías del gobierno municipal fueron divididas entre las diferentes ramas del peronismo que conformaban el Frejuli. Así, mientras la JP tomó el control de Obras Públicas, Salud y Gobierno, la rama conservadora del movimiento mantuvo bajo su poder a la Secretaría de Hacienda. «Nosotros podríamos tener miles de proyectos, pero sin la plata, las cosas se complicaban siempre», reconoció Sandoval.
”La primavera juvenil comenzó a tambalear a mediados de 1974. Según Sandoval, «los de afuera no lo veían como peronista, sino cómo un reaccionario, un ‘zurdo’, y eso, por aquellos tiempos, empezaba a ser una amenaza».
”El fin llegó con una denuncia por presunta malversación de fondos por la compra de cuatro mil ladrillos para una sociedad de fomento y la concesión de la recolección de residuos de la que Turner no salió bien posicionado.
”Paralelamente, la ortodoxia peronista fue posando en el abogado Duhalde esperanzas de retomar la gestión. Finalmente, en mayo de 1974 Turner fue destituido de su cargo y reemplazado por quien 27 años después llegara a la Presidencia de la Nación a través de otro golpe palaciego.
”En el sur del Conurbano, el hecho que mostró ese terror desatado fue la «Masacre de Pasco», en el que nueve militantes de la agrupación fueron secuestrados en la localidad de Temperley, luego fusilados y sus cuerpos posteriormente dinamitados en un terreno baldío de José Mármol, en Almirante Brown.”
”¿Qué fue, entonces, del hombre de Budge? Si bien no volvió a ocupar un cargo dirigencial en el municipio, se mantuvo activo en la arena política del territorio. Hasta que en 1976 partió hacia la provincia de Chaco.
Allí lo fue a buscar la Policía provincial. No tuvieron éxito en la búsqueda, pero fue Turner quien se presentó por su propia voluntad en la comisaría. Estuvo preso un mes y medio, y su causa en manos del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Sin embargo, su cadáver fue encontrado en el partido bonaerense de Avellaneda el 16 de mayo, torturado. Aún hoy, 32 años después, permanece en una fosa común.”
La familia de Turner recibió, con el tiempo, un certificado de defunción, pero su cuerpo nunca les fue entregado.
Es de destacar que los elementos de la Policía Provincial que viajaron al Chaco a buscar a Turner incluían hombres de la Triple A, algunos conocidos por el Dr. Duhalde. Es importante notar que esa acción policial se hizo con la autorización de las FFAA que ya habían dado el golpe y sostenían el poder, y el terror, en todo el territorio nacional.
El agradecimiento de Duhalde a la ultra derecha y la Triple A
Inmediatamente después de asumir como intendente de Lomas de Zamora, el Dr. Eduardo Duhalde nombro como sus principales colaboradores a docenas de miembros de la ultra derecha del sindicalismo, las 62 y la burocracia sindical incluyendo a Rogelio Policarpo como Secretario de Gobierno, Felipe Lociccero, en Bienestar Social, Alberto Larcamon en Obras y Servicios Públicos y Carlos Rosente en Economía y Hacienda.
Miembros de la Juventud Sindical Peronista (JSP) y de la Triple A, así como de la CNU (Concentración Nacional Universitaria), parte estudiantil de la organización terrorista de estado, también obtuvieron cargos en la administración municipal.
Alberto Durán, un connotado juez de la ultra derecha, conectado en los 70 con el terrorismo de estado, que sirvió luego a la dictadura militar fue promovido de juez en Lomas de Zamora, a juez federal durante el breve lapso en que Eduardo Duhalde fue presidente. El juez Alberto Durán era también protector y amigo de los peores elementos de la Barra Brava de Gimnasia y Esgrima, infestada de ex miembros de la Triple A. Incluyendo Marcelo Gustavo Amuchastegui, el “Loco Fierro”, según el periodista Gustavo Veiga. El Loco Fierro murió en su ley en un tiroteo con la policía de Rosario durante un robo en los 90.
Durante una ausencia de Carlos Saúl Menem de la Argentina en el 2003 por sus funciones, Eduardo Duhalde asumió la presidencia como es protocolar ya que era su vicepresidente. En ejercicio de ese poder transitorio dicto una amnistía de numerosos miembros de la Triple A que se hallaban encarcelados.
Uno de los liberados por Duhalde fue Luis Oscar Mao, pariente de Carlos Mao, entonces secretario privado de Duhalde (Pagina 12, 20/6/08) , del que también se sospecha pertenencia a la organización del terrorismo de estado, por entonces el secretario privado de Duhalde.
A instancias de Eduardo Duhalde, Menem también incluyo en lista de amnistiados a Juan Domingo López, funcionario de carrera que ocupó el área de Tránsito de Lomas de Zamora desde 1998 y seguía firme en su puesto junto al contemporáneo intendente Jorge Rossi
López es el mismo que integró la Triple A desde 1973 y que fue procesado y condenado por los secuestros y asesinatos del obrero naval Enrique Valverde en Boulogne y del presidente del Concejo Deliberante de Chacabuco, Miguel Máximo Gil.
Ambos hechos ocurrieron en abril de 1975. Ex militante de la derecha peronista, fue delegado normalizador de la Juventud Peronista de la República Argentina (bautizada por sus opositores Jotaperra), brazo juvenil de la Triple A dirigida a nivel nacional por Julio Yessi, estrecho colaborador de López Rega, hasta 1975.
López cayó detenido el 24 de marzo de 1976, fue condenado a cadena perpetua y terminó salvado por Carlos Menem el 7 de octubre de 1989 con el decreto 1003, uno de los cuatro que firmó el ex gobernador riojano cuando indultó a 220 militares y 70 civiles.
Luego de su liberación por el decreto de amnistía, fue puesto a cargo de la Dirección de Transito de Lomas de Zamora desde 1998, por las influencias de Duhalde, y a fines de marzo del 2008, fiel a su historia, intento asesinar a balazos al inspector municipal Carlos Leyes y a al delegado sindical municipal José Nadal. Las víctimas denunciaron que la policía y la fiscalía protegieron nuevamente a López (Crítica, 12/4/08).
Tanto López como Mao participaron juntos en asesinatos de la Triple A, con otros personajes como Sergio Mario Ibáñez y Miguel Trerotola. Juntos tal cual declaro el propio Mao, asesinaron al dirigente peronista opositor a la derecha del partido en Chacabuco, Miguel Gil. También habrían actuado como “grupo de tareas” de la Triple A en el conurbano bonaerense, incluyendo Lomas de Zamora. López era miembro también de la CNU (Concentración Nacional Universitaria) y en aquellos años, “delegado normalizador” de la juventud.
A principios del 2007, cuando se reinició la investigación de la Triple A, Duhalde declaró “el pasado del peronismo esta cerrado” y se sumó a la burocracia sindical en su demanda “No jodan con Perón.” Al mismo tiempo, Duhalde se ofreció como abogado defensor de Isabel Perón cuando dos jueces pidieron su extradición para que enfrentase un juicio por los crímenes de terrorismo de estado bajo su gobierno.
El 27 de abril del 2007 llego al colmo de la justificación política del terrorismo de estado y de la ayuda inestimable que le brindo la Triple A y El Caudillo para lanzar su carrera política cuando declaro al Diario Perfil que “En la época que Perón vivía, la Triple A era un movimiento político como puede ser el Movimiento Evita.” Una mentira atroz, ya que la Triple A nació en 1973 como una forma de terrorismo de estado y nunca fue un movimiento político.
Ahora proclama que hay que terminar con los juicios de crímenes de lesa humanidad y que el desea “gobernar con los que quieren y los que no quieren a Videla.” Se ha pronunciado repetidamente para que cesen los juicios por delitos de lesa humanidad y “por el olvido y la reconciliación” todo lo cual, observamos, tiene que ver mas con sus propios intereses para que no se investigue su pasado, que con cualquier otra cosa.
El hombre que termino su breve mandato presidencial en el 2002 sobre los cadáveres de Kosteki y Santillán, asesinados por su querida “maldita policía” en Avellaneda , termino esa fase de su vida política como la empezó en 1974: con muertos y sangre, mucha sangre.
Ahora se dispone, según sus propias palabras, volver a gobernar como “dialoguista”. Cuando con quien debería dialogar es con la Justicia. ■