Monte Chingolo: David contra Goliat
Corría el año 1975, el Gobierno de Isabel Martínez de Perón estaba sumido a una profunda crisis y había autorizado la intervención de las Fuerzas Armadas en la represión al movimiento revolucionario y a los sectores populares. Ricardo Balbín, el presidente de la Unión Cívica Radical, reclamaba que se reprimiera a “la guerrilla industrial”, coincidiendo con la burocracia sindical-los Lorenzo Miguel, Lescano, y Cia.