Cisjordania: la resistencia, un asunto de mujeres
«Ellos me llaman el diablo palestino»
En 2009, un grupo de madres pertenecientes a una misma familia lanzó un movimiento de contestación no-violenta en el pueblo de Nabi Saleh, al norte de Ramala. Seis años más tarde, una de ellas era herida por una bala durante una manifestación. Con la esperanza de ver a sus hijos crecer en una sociedad en paz, estas mujeres continúan luchando por sus derechos y los de la sociedad palestina.
Por Paul Lorgerie.
«Ellos me llaman el diablo palestino». El diablo, o más bien la diablesa, ya que esa palabra se refiere a una mujer llamada Manal Tamimi. A ella le hace gracia este apodo. De hecho, la enorgullece. Con «ellos» se refiere a los soldados del Ejército israelí, que dispararon a su pierna una semana antes de nuestra llegada. Desde 2009, Manal los desafía todas las semanas en su pueblo, Nabi Saleh, al noroeste de Ramala. Cada viernes, tras el rezo, se celebra una manifestación sin armas, en cuya primera línea se ve las mujeres de una misma familia: «El ama de casa es la luz del techo de la familia palestina. Si la luz es débil, se reflejará sobre la familia entera. Si es fuerte, la familia será fuerte. Esta es la razón por la que las mujeres están en la primera línea de estas manifestaciones. Sin mujer, la sociedad palestina no está totalmente representada. La mujer no es una víctima, sino el personaje más fuerte en este combate», prosigue Manal.