La contaminación informativa
Adolfo Pérez Esquivel
Adolfo Pérez Esquivel
Mientras el INDEC viene informando que caen tanto la indigencia como la pobreza, con los datos provinciales sucede lo contrario.
La legisladora Liliana Olivero afirmó que la nueva ley es producto de un contubernio entre la mayoría parlamentaria con el aval de entidades agropecuarias y empresarios inmobiliarios. Calificó de “lamentable” el papel del presiente de la Comisión de Asuntos Ecológicos, el legislador de Unión por Córdoba, Marcelo Falo.
Una nutrida manifestación contra la minería irrumpió hoy en el acto que iba a encabezar la presidenta Cristina Fernández en una plaza del sur de la ciudad de La Rioja, tras lo cual la mandataria permaneció allí unos pocos minutos y suspendió el discurso que iba a pronunciar en el lugar en homenaje del asesinado obispo Enrique Angelelli. las Asambleas Ciudadanas por la Vida, tras el retiro de la Presidenta ocuparon la plaza e iniciaron su propio homenaje al obispo asesinado por la dictadura.
Fuentes: diarios Los Andes, Urgente24 y Pefil
El co-director del Observatorio Ciudadano de Chile considera que la huelga de hambre líquida de los presos mapuches no ha tenido el impacto que «debería producir» por la falta de cobertura por parte de los medios de comunicación privados. Sólo la prensa alternativa ha publicado notas sobre el ayuno que los indígenas llevan desde hace más de 15 días para exigir el fin de la aplicación de la ley Antiterrorista.
La crisis energética es el producto más palpable de la continuidad entre las políticas menemistas y actuales. De las privatizaciones del petróleo y el gas de los primeros años 90, no modificadas ni un centímetro, peor aún, fueron profundizadas por el kirchnerismo.
Caos para conseguir una garrafa. Precios por las nubes. Empresas que paran la producción y la reaparición del fantasma de suspensiones o recortes salariales. Todo mientras el gobierno de Cristina, gran defensor de los negocios de las petroleras, niega que exista “ningún problema de abastecimiento”
Escribe: José Castillo
“Si no me ayuda mi hija, no sé cómo haría para vivir”. “Me gasto más de la mitad en remedios”. “De la carne a $28 hay que olvidarse”. “¿Qué hacemos con treinta pesos al día?”. “Trabajamos toda la vida, es desesperante terminar así”. “Aporté con la máxima categoría y me dieron la mínima”.
Estos lapidarios comentarios y reflexiones son los que esbozan permanentemente nuestros pobres jubilados. ¿Merecen tanta desprotección de un gobierno que se denomina “nacional y popular”?